La Fiscalía concluye que los millones le llovían del cielo al rey emérito

13 de Mayo de 2022
Actualizado el 02 de julio de 2024
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El rey emérito en una imagen de archivo.
El rey emérito en una imagen de archivo.

La Fiscalía Anticorrupción ha acordado el archivo de las diligencias abiertas en 2018 contra el rey emérito por las supuestas comisiones de hasta 80 millones de euros por el AVE a La Meca al no haberse podido acreditar un delito de corrupción en las transacciones internacionales. De esta manera, el misterio del inmenso patrimonio del rey emérito sigue sin respuesta y en el aire. ¿De dónde salieron los 100 millones de dólares que Su Majestad le regaló a Corinna Larsen en gratitud a su cariño? ¿Cómo puede ser que el emérito haya acumulado un patrimonio de 2.000 millones de euros, según Forbes y The New York Times? Solo cabe una respuesta: fue un maná llovido del cielo, una fortunilla que el buen Dios envía a las monarquías europeas para que vayan tirando y no desaparezcan como consecuencia de los nuevos tiempos republicanos y antisistema que corren.

La resolución de la Fiscalía no resuelve ni aclara nada, es más, lo enturbia todo. El sufrido contribuyente se pregunta cómo puede ser que un señor que ha regularizado una millonada con Hacienda, reconociendo gravísimas irregularidades fiscales que según algunos expertos rozan lo delictivo, puede irse de rositas de este escabroso asunto. Una cosa es la inviolabilidad real sancionada en la Constitución Española y otra muy distinta es que tomen a los españoles por idiotas. El dineral que el emérito se ha encontrado de la noche a la mañana no ha podido brotar de la nada en los jardines de Zarzuela, ni se los ha podido encontrar la monarquía en el panteón de El Escorial, ni siquiera han podido ser pescados por los marineros del yate Bribón porque del mar no salen fardos con billetes, solo peces contaminados por los sulfitos y microplásticos. Obviamente, todo ese pastizal acumulado con los años, y que la prensa extranjera atribuye a nuestro monarca, solo ha podido salir de unos arreglillos, un apañito internacional aquí otro allá, una chapucilla entre viaje y viaje ofiicial, en definitiva, una economía sumergida que iba para arriba. A fin de cuentas, en este aspecto Juan Carlos no hace nada distinto al resto de españolitos de a pie, solo que a diferente escala, es decir, a lo bestia y en plan emprendedor.

Tras una pandemia, una crisis monumental y una guerra mundial, muchos ciudadanos de este país ya se han acostumbrado a ganarse la vida como mejor pueden, trapicheando y facturando en B. ¿Cómo diantres espera nuestro Gobierno que una familia numerosa con todos sus miembros en paro pueda sobrevivir con la miseria de renta básica vital que no llega ni al salario mínimo interprofesional, o con unas prestaciones sociales que duran lo que dura una flor de primavera? En esta España del sálvese quien pueda donde la izquierda claudica de la revolución social para darse al navajeo descarado para mantener el carguete, cada cual se gana la vida como puede, y eso es lo que ha hecho nuestro exmonarca, labrarse a tope su puente dorado hacia la jubilación, que la vejez es muy jodida y resulta imposible vivir con las migajas del Estado de bienestar. Ya lo dice Fiscalía: no puede probarse nada, aunque el fortunón este ahí. Esto es como el milagro de los panes y los peces solo que dos mil años después y en otro desierto mucho más fructífero y jugoso que el de las bodas de Caná.

Ahora que van a cumplirse 60 años de la boda acordada entre el rey Juan Carlos y doña Sofía, la periodista Pilar Eyre nos revela la triste y gran verdad de la dinastía fundada en el 78:“Sofía y Juan Carlos se casaron sin amarse y al final llegaron a detestarse”. El matrimonio está roto y lleva años sin hablarse. Ahí radica, probablemente, el origen del mal de este sufrido país llamado España que se destruye, indefectiblemente, cada cuarenta años. Cuando se condena a dos reyes a estar juntos por conveniencia dinástica, la familia falla, la política falla y el reino falla. La historia nos dice que en la monarquía borbónica suele fallar el amor, pero no el negocio. Y esa máxima ha vuelto a cumplirse una vez más con un rey emérito que ha terminado solo, exiliado, atormentado entre las dunas como Lawrence de Arabia, pero rico.

Ahora que acabamos de descubrir que un agujero negro inmenso del tamaño de millones de soles anida en el corazón mismo de nuestra galaxia volvemos a confirmar que el universo, la materia, no es algo eterno, sino que puede ser engullido en cualquier momento por unos monstruos cósmicos que ni siquiera podemos llegar a imaginar. Al parecer el bolsillo del rey Juan Carlos funcionaba como uno de esos gigantes del cosmos que se lo tragan todo vaporizándolo y reduciéndolo a la nada. Sobre todo la pasta. Ahí esta esa fortuna de 2.000 millones que se ha generado sin dejar ni rastro. Y es que este universo en el que nos movemos es algo mágico e insondable imposible de entender. Ya lo dijo Carl Sagan: en algún lugar algo increíble está esperando ser descubierto. La fortuna del emérito, un suponer.

La decisión de Fiscalía

Según han confirmado fuentes fiscales, la Fiscalía Especializada ha dado por finalizada la investigación que no se encontraba judicializada, sino en una fase anterior –de diligencias fiscales– que podía concluir en archivo o en pase a disposición de lo investigado a un juez.

Anticorrupción abrió las diligencias en diciembre de 2018 para intentar aclarar el destino de 80 millones de euros que, según Corinna Larsen, se habrían repartido (entre otros el rey emérito) por la adjudicación del AVE a La Meca a empresas españolas en 2011.

El departamento que dirige el fiscal Alejandro Luzón no ha encontrado indicios de un delito de corrupción en las transacciones internacionales y ha acordado el cierre de las diligencias preprocesales abiertas en 2018.

Las pesquisas se abrieron a raíz del hallazgo de las revelaciones realizadas por la empresaria alemana Corinna Larsen, la que fuera amante del rey Juan Carlos, al excomisario José Manuel Villarejo sobre ese contrato. Después de que el juez que ha investigado el caso Villarejo en la Audiencia Nacional acordara dar carpetazo a la pieza Carol, al entender que el rey emérito era inviolable cuando se produjo dicha conversación entre Larsen y el policía en Londres en 2015, la Fiscalía Anticorrupción optó por seguir indagando en esa adjudicación por si se hubiera producido la comisión de un delito de corrupción en las transacciones internacionales. Al no haberse podido determinar, Anticorrupción ha acordado el sobreseimiento de las diligencias.

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