Los reiterados tics machistas de Feijóo no son flor de un día

21 de Julio de 2023
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Con el machismo no hay término medio, o se es machista o no, no se puede ser un poco machista o muy machista, o haber protagonizado una concatenación de supuestos lapsus machistas extendidos a lo largo de los años, prácticamente como llamar “inexactitudes” a las mentiras con todas sus letras. Tampoco se acuesta uno machista y se levanta feminista de la noche a la mañana como si tal cosa, y viceversa. Acusar a una diputada de la oposición en un pleno del Parlamento de Galicia de estar “muy necesitada”, o catalogar de “divorcio duro” el caso del líder ultraderechista de Vox en la Comunitat Valenciana, condenado por violencia machista sobre su ex pareja, o el protagonizado este jueves en plena campaña electoral al decir que la candidata de Sumar, Yolanda Díaz, “de maquillaje sabe mucho”, no son más que una acumulación de pruebas inequívocas que directamente delatan al líder del PP y candidato a la Presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, como machista de manual. No hay término medio.

Pero esta catarata de inequívocos tics machistas de libro del líder del PP no son deslices sin más o salidas del tiesto esporádicas del todo excusables. Su historial en este terreno viene de muy atrás en el tiempo y sus señales proceden desde los años en que acumula mayoría absoluta tras mayoría absoluta en su tierra natal.

Diputadas del Parlamento gallego coinciden en señalar que Feijóo “siempre habla de una forma distinta a las mujeres, con un tono paternalista muy molesto”. De ahí que el incuestionable ataque machista que en 2018 dirigió a la diputada Ana Pontón, del BNG, no fue solo un desliz, pese a que rápidamente lo retiró con la aquiescencia cómplice del presidente de la Cámara autonómica, que apenas dejó intervenir a la diputada nacionalista pese a haber sufrido un ataque machista en toda regla delante de todo el Parlamento autonómico.

Las evasivas para posicionarse sin ambages contra el negacionismo de Vox delatan una postura ambigua en la lucha contra la violencia de género, después de llegar a negar incluso la existencia de la violencia vicaria

Tampoco merece explicación ni excusas la catalogación por parte de Feijóo de “divorcio duro” el caso de violencia machista sobre su ex pareja por el que fue condenado el líder ultraderechista de Vox en Valencia. El PP corrió un tupido velo ya que estas declaraciones las pronunció el líder popular en pleno proceso de conformación de gobiernos autonómicos de coalición con los ultraderechistas.

El debate televisivo cara a cara con el líder socialista al comienzo de la campaña electoral fue otro ejemplo a añadir a la extensa lista de tics machistas de Feijóo, donde evidenció un indisimulado afán blanqueador de la violencia de género. Cuando la moderadora Ana Pastor planteó el tema del minuto de silencio por una mujer asesinada por su pareja que se negó a secundar la presidenta de las Cortes Valencianas, de Vox con el apoyo del PP, el líder del PP eludió la pregunta sin más y ni siquiera se atrevió a condenar públicamente esta escena negacionista de la violencia machista protagonizada una vez más por los dirigentes de Vox. Suma y sigue.

Otro episodio lamentable protagonizado por el candidato del PP en este terreno fue cuando definió como violencia intrafamiliar que un padre mate a sus hijos “por un problema con su pareja”. En marzo de 2022, cuando Feijóo era ya el único candidato a presidir el PP nacional, argumentó que la violencia machista y la intrafamiliar son “dos tipos de violencia que existen” y son “perfectamente compatibles”. Se da la circunstancia de que el PP gallego había apoyado un año antes, en 2021, modificar la ley gallega para reconocer la violencia vicaria como violencia machista. Diputadas gallegas aseguran que su feminismo “es de boquilla”, al igual que las políticas de igualdad que en teoría apoya la Xunta de Galicia pero que, a la hora de la verdad, no se dotan presupuestariamente para su ejecución. El ejecutivo autonómico gallego sí viene protegiendo a las víctimas de violencia de género, ya que el PP forma parte del Pacto de Estado contra la violencia de género firmado por todo el espectro parlamentario a excepción de Vox. Pero el quid de la cuestión viene cuando se trata de asumir políticas de prevención contra esta violencia machista.

Eso sí, al igual que sucede en otras comunidades como la andaluza de Juan Manuel Moreno Bonilla, Galicia viene reservando periódicamente desde el año 2009 una importante dotación presupuestaria para organizaciones antiabortistas. En el caso de Galicia, se reserva una importante dotación anual para Red Madre, una organización de activistas contrarios a la libertad de las mujeres para ejercer el derecho a interrumpir el embarazo. Feijóo, mientras tanto, y en contra de esto, asegura públicamente que defiende el marco legal actual sobre el aborto, aunque matiza que es un derecho pero no “fundamental”.

Dudas sobre el feminismo

Sobre el feminismo y todo lo que conlleva, Feijóo también ha evidenciado severos nubarrones al respecto. En 2019, durante una rueda de prensa, un periodista le preguntó directamente si se consideraba feminista. La pregunta era perfectamente clara. La respuesta no lo fue en absoluto. El candidato del PP a la Presidencia del Gobierno le pidió al periodista “concretar el contenido y alcance” del concepto, y añadió: “Si usted me pone un tema para hacer una redacción y me explica exactamente cómo se concreta esa pregunta, yo le contesto”. A continuación, Feijóo dijo que “las mujeres tienen, por supuesto y sin ninguna discusión, los mismos derechos que los hombres”. A esta obviedad sobre la que nadie le preguntó ni nadie cuestionó, el líder popular añadió que “replantear” este debate sería, en su opinión, “un disparate”. Suma y sigue, lo de este jueves de Yolanda Díaz y el maquillaje solo fue una muesca más de una lista ya interminable.

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