Estaba claro que iba a ocurrir, aunque nadie esperaba que tan pronto. Una vez que el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, tiene más o menos claro que no necesitará a Ciudadanos para poder gobernar la próxima legislatura en la Junta, empieza a soltar lastre.
Por su parte, el de Ciudadanos, el vicepresidente de la junta de Castilla y León, Francisco Igea, reconoce el golpe de Mañueco y responde con una rueda de prensa por sorpresa para hoy, después del pleno, para hablar de la situación del pacto de Gobierno.
El inicio
Todo empezó ayer, cuando Mañueco aceptó reunirse hoy con el secretario general de los socialistas de Castilla y León, Luis Tudanca, tras anunciar que apoyaría una propuesta en las Cortes de los socialistas sobre Sanidad.
Una Sanidad que lleva Ciudadanos a través de la consejera, Verónica Casado.
Crisis
Esta crisis de los socios de Gobierno puede acabar de cualquier manera. Así, con su acercamiento a Tudanca, Mañueco juega a ser un líder moderado, aunque quienes le conocen bien saben que es uno de los más conservadores del PP.
Sobre las diferencias sobre Sanidad, ayer quedaron aún si cabe más patentes cuando Igea, a una pregunta de Pablo Fernández, de Podemos, reconoció la mala calidad de la Sanidad Pública, no sólo en Castilla y León, sino en toda España.
La polémica está servida y, sin duda, continuará.