Castigo y premio al mismo tiempo. El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, ha aprovechado la canícula y que buena parte de Andalucía está de vacaciones para llevar a cabo una amplia remodelación de su ejecutivo, que más tiene de intercambio de sillones que de caras nuevas para su Consejo de Gobierno semanal. En una comparecencia institucional grabada de apenas cuatro minutos, sin presencia de periodistas y con media hora de retraso sobre el horario anunciado, el presidente andaluz ha informado del cese de algunos de sus consejeros más polémicos durante estos dos primeros años de su segunda legislatura al frente de la Junta de Andalucía, ya con holgada mayoría absoluta desde las autonómicas de junio de 2022.
Salud, Educación y Turismo han acaparado buena parte de las críticas de la oposición política y también de sindicatos y organizaciones ciudadanas. Son precisamente los departamentos donde Moreno Bonilla ha puesto el ojo para acometer una remodelación que se venía rumoreando desde hace meses. La hasta ahora titular de Salud y Familias, Catalina García, centro de las iras de la oposición política y sindicatos por su gestión de la sanidad pública en general, pasa a ocupar ahora la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente, que hasta ahora venía dirigiendo el también portavoz del ejecutivo autonómico, Ramón Fernández-Pacheco, quien a partir de ahora pasa a ocupar la cartera de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, que ya ha venido dirigiendo de forma transitoria desde que hace tres meses se abrió esta crisis de gobierno que ahora cierra al fin el presidente andaluz tras la salida de Carmen Crespo para concurrir como candidata número dos del PP a las pasadas elecciones europeas de junio.
Los rumores de una crisis de gobierno no han parado de acrecentarse en todo este tiempo, sobre todo en las carteras de Salud, Educación y Turismo, las más cuestionadas y polémicas por su gestión y la imagen que transmiten de un ejecutivo que ha llegado al ecuador de su mandato sin resuello, pese a la comodidad que se le presuponía con la holgada mayoría absoluta que ostenta el PP en Andalucía. “Este es un Gobierno tranquilo y los cambios no hay que hacerlos rápido”, ha dicho el presidente en reiteradas ocasiones cuando se le sacaba el tema de la supuesta crisis de gobierno.
La oposición asegura que Moreno Bonilla “está en su peor momento” porque “ha cambiado casi todo lo que decía que iba bien” y añade que “el problema es el modelo del PP”
También el titular de Turismo, Arturo Bernal, ha sido protagonista de no pocos encontronazos, incluso personales, con algunos diputados de la oposición de izquierdas en el Parlamento de Andalucía. Bernal pasa a dirigir ahora la nueva Consejería de Turismo y Andalucía Global, ya sin Cultura, mientras que Patricia del Pozo, que hasta hoy era la consejera de Desarrollo Educativo y Formación Profesional, cesa en este cometido para asumir la cartera de Cultura y Deporte “con el objetivo de potenciar dos sectores claves y estratégicos para Andalucía”, según el presidente andaluz. La hasta hoy consejera de Desarrollo Educativo y Formación Profesional ha sido muy cuestionada por sindicatos y asociaciones de madres y padres de alumnos por lo que han denominado “el desmantelamiento” de la educación pública en una deriva con afán privatizador. A Del Pozo la sustituye en este departamento Carmen Castillo, que ya fue viceconsejera de Educación con Ciudadanos en la anterior legislatura bajo mandato del fallecido Javier Imbroda.
La nueva consejera de Salud y Familias será Rocío Hernández Soto, pediatra de formación, que dirigía hasta ahora el distrito sanitario Aljarafe-Sevilla Norte y que, además, es presidenta de la Sociedad Española de Directivos de Atención Primaria.
El último cambio en el organigrama del ejecutivo andaluz lo protagoniza la consejera de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, Carolina España, que ocupará también la Portavocía del Gobierno de Moreno Bonilla. El resto de áreas del Gobierno autonómico se mantienen como están con Rocío Díaz al frente de Fomento; Rocío Blanco como consejera de Empleo; José Carlos Gómez Villamandos en Universidad; José Antonio Nieto en Justicia; Loles López como consejera de Inclusión; Jorge Paradela en Industria, Energía y Minas y Antonio Sanz como consejero de la Presidencia, Interior, Diálogo Social y Simplificación Administrativa, sobre el que recae la coordinación del Gobierno.
De este modo, el ejecutivo andaluz pasa a tener una consejería más de las 13 que tenía en los dos primeros años de legislatura y cumple con la paridad, al contar con ocho mujeres y siete hombres, incluido Moreno Bonilla.
“Autoenmienda” de la gestión de Moreno Bonilla
La oposición ha valorado al completo –tanto la extrema derecha de Vox como las formaciones de izquierdas, PSOE, Por Andalucía y Adelante Andalucía– en la misma dirección los cambios realizados por el presidente andaluz en su equipo de gobierno. El líder de los socialistas andaluces, Juan Espadas, asegura que Moreno Bonilla “reconoce que Salud y Educación eran un desastre”. En el mismo sentido ha opinado el portavoz de Vox, Manuel Gavira: “Ha cambiado casi todo lo que decía que iba bien”, y ha denominado “autoenmienda” la remodelación llevada a cabo por el presidente andaluz.
Por su parte, la portavoz de Por Andalucía, Inmaculada Nieto, ha señalado en su cuenta de la red social X que “ningún cambio de caras ni el reparto de carteras entre viejas conocidas arregla el destrozo de Moreno Bonilla en Andalucía”, y añade que “el problema es el modelo del PP”.
Más allá incluso ha ido en su valoración el líder de Adelante Andalucía, José Ignacio García, en la incidencia de este cambio de rumbo emprendido por el presidente andaluz, al asegurar que “está en su peor momento: En la mayor crisis de gobierno y de proyecto” desde que ostenta el poder en Andalucía hace más de cinco años.