Cuando una persona se compra una camiseta falsificada de un equipo de fútbol, a esa prensa se la califica como “trucha”. Ahora se está volviendo a demostrar que los currículos de los políticos españoles tienen la misma veracidad que esas camisetas compradas en determinadas páginas de internet o en mercadillos.
Ignacio Higuero de Juan, hasta ahora titular de la Consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural de la Junta de Extremadura, ha presentado su dimisión tras la polémica desatada por supuestas irregularidades en su currículum académico. El anuncio llega apenas un día después de que El Plural publicara que Higuero habría incluido una titulación inexistente en su CV.
En un comunicado emitido por la Junta de Extremadura, se informó que la presidenta autonómica, María Guardiola (PP), ha aceptado la renuncia, recibida formalmente el jueves. Higuero ha definido su salida como una “decisión responsable” con el fin de “no causar perjuicio al Gobierno autonómico”.
El consejero saliente también expresó su agradecimiento por la confianza depositada en él y por el trato recibido por parte de sus compañeros durante su tiempo en el cargo. “Me ha permitido trabajar al servicio de los ciudadanos de Extremadura, especialmente en el entorno rural”, declaró.
La dimisión será formalizada en una sesión extraordinaria del Consejo de Gobierno que se celebrará hoy, donde también se decidirá quién asumirá la cartera de Gestión Forestal y Mundo Rural. La Junta ha indicado que el nuevo nombramiento será anunciado públicamente en rueda de prensa.
Según El Plural, Higuero incluyó en su currículum una licenciatura en Marketing por el CEU obtenida en 1993, una titulación que, según el medio, no existía en España en aquel momento.
De acuerdo con la investigación, las primeras licenciaturas específicas en Marketing en universidades españolas no comenzaron a impartirse hasta el curso 2009/2010, con las primeras promociones graduándose en 2013. Por tanto, si Higuero terminó sus estudios en 1993, no podría haber obtenido una titulación oficial en esa materia.
Además, el CEU (donde Higuero asegura haber cursado sus estudios) no fue reconocido oficialmente como universidad hasta febrero de 1994, a través del Real Decreto 149/1994. Hasta entonces, operaba como un Centro de Estudios Universitarios fundado en 1933 por la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), pero no tenía competencias para expedir títulos universitarios homologados por el Estado. En aquellas fechas, el CEU estaba adscrito a la Complutense, al igual que la Universidad María Cristina en San Lorenzo de El Escorial, donde estudió Pedro Sánchez.
Estas incongruencias han puesto en entredicho la veracidad del perfil académico de Higuero y han generado presión mediática y política sobre la Junta de Extremadura.
Hasta el momento, Ignacio Higuero no ha ofrecido una explicación detallada sobre las acusaciones en su contra, ni ha comparecido públicamente para aclarar el asunto. Desde el Ejecutivo regional tampoco se ha dado información sobre si se abrirá algún procedimiento interno para investigar lo ocurrido o si se revisarán otros nombramientos.
La rápida aceptación de la dimisión por parte de la presidenta Guardiola, sin mención directa a las causas del cese, sugiere una voluntad de cerrar el episodio con celeridad y evitar mayor desgaste político.
El caso de Ignacio Higuero se suma a una larga lista de polémicas en España relacionadas con la falsificación o embellecimiento de currículums por parte de cargos públicos. Casos como el máster de Cristina Cifuentes, las tesis plagiadas, o titulaciones inexistentes han generado en los últimos años una creciente desconfianza ciudadana hacia los responsables políticos.
Aunque en esta ocasión la dimisión ha sido casi inmediata, la falta de transparencia en la verificación de los méritos académicos y profesionales de los altos cargos sigue siendo una asignatura pendiente para muchas administraciones públicas.