No sabemos si en el hogar del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, los cubiertos son de plata o no, aunque probablemente la familia sí es mucho de bendecir la mesa en las tres comidas diarias dada la férrea tradición católica del matrimonio que conforma junto a Teresa Urquijo, que espera “con ilusión” la llegada de su primer hijo. Lo que es difícil de pronosticar a priori es cómo se las ingeniaría el regidor municipal madrileño y su familia si solo tuvieran para llevarse a la boca cada día un solo plato de comida y un pan de pita. “Es lamentabilísimo tachar de genocida al Estado de Israel”, dijo este lunes Martínez-Almeida, quien añadió, respecto a la polémica de Eurovisión, que “si les molesta que los españoles dieran los doce puntos a Israel [máxima puntuación], lo que les está molestando en realidad es que piensen diferente a la postura que tiene el Gobierno de España”.
Si difícil es pensar qué se le pasa por la mente a los dirigentes europeos que permiten que Israel siga participando en un certamen musical como Eurovisión pese al genocidio que está practicando día a día en Gaza, más inconcebible aún es hacerse una mínima idea de qué pasa por la cabeza de todos aquellos políticos españoles que, como el alcalde de Madrid y todo el Partido Popular en pleno y los ultraderechistas de Vox, defienden a capa y espada que Israel haya obtenido la máxima puntuación del televoto en España durante el cuestionado concurso musical. Avalan sin más la argumentación del gobierno israelí de que esta puntuación de Israel en España es una “bofetada” al ejecutivo de Pedro Sánchez, según el ministro israelí de la Diáspora y Lucha contra el Antisemitismo, Amichai Chikli. “Parece que los españoles han hablado y la bofetada la hemos escuchado aquí en Jerusalén”, ha dicho el ministro ultraderechista.
Sanchez, parece que los españoles han hablado y la bofetada la hemos escuchado aquí en Jerusalén.@sanchezcastejonpic.twitter.com/hRYC3bsII6
— עמיחי שיקלי - Amichai Chikli (@AmichaiChikli) May 18, 2025
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, con una orden internacional de busca y captura de la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra y de lesa humanidad, ha accedido, después de las presiones de ciertos sectores de su principal aliado, EEUU, a la entrada irrisoria de cinco camiones de comida en la franja de Gaza tras casi tres meses de bloqueo absoluto, que mantenía a la población gazatí en serio peligro de hambruna. A día de hoy, el 20% de la población de Gaza, medio millón de personas, afronta síntomas de inanición, según un informe de Naciones Unidas.
El Gobierno haciendo política de todo.
— NNGG España 🇪🇸 (@NNGG_Es) May 17, 2025
Los españoles respondiéndole. pic.twitter.com/qnkfNATFlo
¿Qué haría cada votante español de Israel en Eurovisión con un plato de comida al día y un pan de pita después de tres meses sin apenas haberse podido llevar un bocado a la boca? La pregunta se responde por sí sola. La miseria humana no conoce límites y lo estamos comprobando estos días con un genocidio retransmitido en directo y al instante, minuto a minuto. Son ya más de 61.000 los gazatíes asesinados por el ejército israelí desde la matanza de Hamás del 7 de octubre de 2023. De ellos, la amplia mayoría son civiles, entre los que se encuentran más de 26.000 niños y más de 10.000 mujeres, según datos de Naciones Unidas y la organización Save The Children.