Podemos, tan cerca del suelo como del cielo, pero prefiere que las izquierdas ardan en el infierno para expiar sus pecados

Belarra lanza una enmienda a la totalidad a la lucha contra la corrupción escenificadas durante décadas de bipartidismo mientras obvia el peligro real de las derechas en el poder

09 de Julio de 2025
Actualizado a las 12:11h
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Ione Belarra debate corrupcion Podemos,
Ione Belarra, durante su intervención este miércoles en el Congreso de los Diputados

“El papel de la izquierda no puede ser defender al PSOE como acaban de hacer Díaz y Rufián. Y no porque el PSOE no lo merezca, sino porque eso refuerza a las (ultras)derechas”. La consigna la había dado ya de antemano en una entrevista radiofónica la mano alargada de Podemos en la retaguardia, Pablo Iglesias, el aún santo y seña de una formación a la que el dogmatismo más intransigente está ubicando ahí donde decidió estar, en el Grupo Mixto del Congreso, desde el 5 de diciembre de 2023. Este miércoles 8 de julio, su secretaria general, Ione Belarra, en un discurso intenso y directo que ha sido abortado abruptamente por la Presidencia de la Cámara al haber cumplido el tiempo estimado, ha nombrado por primera vez en el debate parlamentario la palabra clave que hasta ese momento ningún portavoz había dado: “Acciona”, a la que ha añadido el nombre de otras grandes constructoras como OHL o “la ACS de Florentino Pérez”, auténticas protagonistas de unas prácticas que el bipartidismo político imperante prácticamente desde la Transición ha permitido sus prácticas ilegales, por acción u omisión, hasta hoy, en pleno 2025, al estallar el enésimo caso de mordidas protagonizadas por políticos y constructoras.

La formación morada, en claro retroceso representativo, aún no ha tomado conciencia de que luchar contra las derechas no se ejerce, paradójicamente, de la mano precisamente de ellas

La formación morada, en claro retroceso electoral y ya arrinconada poco después de tocar el cielo del poder, aún no ha tomado conciencia de que luchar contra las derechas no se lleva a cabo así, paradójicamente de la mano precisamente de ellas, sobre todo en momentos como los actuales, con los ultras más reaccionarios engolados y con el pecho henchido de odio y ansia de venganza enarbolando un patriotismo ajeno a los intereses verdaderamente patrios. Parece como si se hubieran quedado anclados en el “No a la guerra” de 2003, cuando muchos de sus dirigentes aún ni siquiera habían salido del instituto. Un anacronismo más en una formación que sigue teniendo su norte en el sur, en los más desfavorecidos y desprotegidos, pero parece que se siente plenamente a gusto en el “no” por sistema así lluevan chuzos de punta, con las fauces de las corrientes más ultraderechistas afiladas como nunca con ganas de desgarrarlo todo ahora que han olido a sangre.

La líder de Podemos nombra por primera vez en el debate parlamentario la palabra clave que hasta ese momento ningún portavoz había dado: “Acciona”, a la que suma también “la ACS de Florentino Pérez”

Por todo ello, el discurso de Belarra, tan real como apocalíptico, de ahí su incongruencia, su inconsistencia práctica, ha ido dirigido contra este bipartidismo como parte actora decisiva en un modus operandi estructural de la corrupción, en el que tanto PP como PSOE han sido protagonistas cómplices durante décadas hasta hoy. “El problema es que ya el cortafuegos no es posible”, “son sólo medidas cosméticas”, “básicamente están de acuerdo en lo fundamental, son cómplices en el genocidio en Palestina”, “no son la solución, forman parte del problema”… Y para terminar, la cuadratura del círculo: achacarle al PSOE directamente que es esta formación la que ha traído al parlamentarismo a la ultraderecha con sus políticas. “Ustedes son los que traen a la ultraderecha”.

Como siempre, Podemos está tan cerca del suelo como del cielo, pero llegados a este punto prefiere que la izquierda arda en el infierno con la espita puesta por las derechas cuando asuman el poder a la más mínima oportunidad que tengan.

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