Carles Puigdemont ya está en Barcelona y ha lanzado un discurso a las masas que se concentran ante el Parlament de Catalunya para darle la bienvenida.
El discurso de Puigdemont demuestra que sigue viviendo en la ensoñación de que lo que sucedió en octubre de 2017 fue legal, cuando, en realidad, no, se cometieron múltiples delitos recogidos en el Código Penal de un Estado democrático, no de una dictadura. En consecuencia, Puigdemont no es un exiliado, sino un prófugo de la Justicia. "No será un delito convocar un referéndum", ha dicho. La cuestión es que ese referéndum del 1 de octubre de 2017 no fue legal porque lo que se consultaba al pueblo de Cataluña era algo que no está reconocido en las leyes.
En este punto, el expresident ha vuelto a insistir en la supuesta represión del Estado español contra Cataluña y ha lamentado la "politización de la justicia".
Eso sí, ha dejado claro que van a volver a intentar llegar a la independencia de Cataluña. "Tenemos que estar preparados para nuevas oportunidades porque las tendremos. No sé cuánto tiempo pasará hasta que nos volvamos a ver, pero cuando nos volvamos a ver espero que podamos gritar 'Visca Catalunya Lliure'", ha dicho.
Eso sí, no ha olvidado lanzar un recado a Pedro Sánchez. "La ley de amnistía tenía que servir para devolver a la política aquello que nunca se había tenido que ir de la política", ha señalado dejando claro que "tener una amnistía y no amnistiar no sirve de nada".