Putin impuso sus propias condiciones para un alto el fuego en Ucrania un día antes de la cumbre de paz en Suiza. En vísperas de la negociación, a la que Rusia no ha sido invitada, el dirigente del Kremlin aseguró: “Las condiciones son muy simples, que Kiev entregue todo el territorio de las regiones de Donetsk, Luhansk, Kherson y Zaporiyia en el este y sur de Ucrania”. Es decir, la política de hechos consumados que dinamita el Derecho internacional e impone la ley del más fuerte. La guerra como forma de lograr objetivos políticos.
“Tan pronto como declaren en Kyiv que están listos para esa decisión y comiencen una retirada real de tropas de esas regiones, y también anuncien oficialmente el abandono de sus planes de unirse a la OTAN, por nuestra parte, inmediatamente, literalmente en el mismo minuto, seguirá una orden de cesar el fuego y comenzar las negociaciones”, dijo. “Repito, lo haremos inmediatamente. Naturalmente, al mismo tiempo garantizaremos la retirada sin trabas y segura de las unidades y formaciones ucranianas”. Además, Putin exige a Ucrania que dé garantías de que nunca entrará en la OTAN. Si Ucrania acepta esas condiciones, Rusia cesará el fuego y comenzarán las negociaciones.
El director del Real Instituto Elcano, Charles Powell, tiene claro que la OTAN no emprenderá un diálogo con Rusia hasta que el país detenga la guerra. En una entrevista con EFE, Powell recuerda que hace 12 años, cuando se estaba preparando el “concepto estratégico” de 2010, hoja de ruta de la organización, “se hablaba de Rusia como socio privilegiado”.
“Creíamos que era posible, entre otros motivos porque al abrirnos al comercio pensábamos que estaríamos cada vez más interconectados y que los propios rusos no iban a querer tensar la cuerda tanto”, añade. En esa línea, cree que “el diálogo no volverá hasta que se acabe la guerra”.
“Somos conscientes de que no es fácil hablar con el régimen de Putin, tampoco creemos que sea tarea nuestra exigir un cambio de régimen en Rusia, es algo que tienen que exigir libre y democráticamente los rusos si fuese posible, cosa que quizá no sea posible en un futuro próximo”, analiza. El Instituto Elcano es una fundación privada creada en 2001, centrada en estudios internacionales y estratégicos, cuya labor es contribuir a la elaboración de respuestas “innovadoras, sólidas, inclusivas e informadas” sobre los retos globales y su gobernanza, y sobre el papel de España en el mundo, según explica la organización.
Powell estima, según dijo a EFE, que hay que “reconocer que Rusia no se va a ir a ningún sitio, va a seguir estando donde está”, por lo que “en el momento en el que sea posible” habrá “que tender puentes con ellos para intentar crear una futura estructura de seguridad en Europa”.
Esos puentes no llegarán hasta “el momento oportuno, nunca antes de que Rusia se retire de Ucrania y que ponga fin a esta guerra ilegal, bárbara e injustificada”. “En todo caso los rusos tienen que saber que nosotros estamos dispuestos a hablar y eventualmente a negociar un acuerdo de paz justo y duradero”, incide.
El historiador explica que el Foro Público también centrará parte de su programación de mañana a analizar “qué se puede hacer para que la OTAN tenga una mayor capacidad de disuasión que la que ha tenido hasta la fecha” en el conflicto entre Rusia y Ucrania. Sobre las voces críticas con la OTAN asegura que promover la paz con la acción militar “no es fácil, pero es necesario”. “En el caso español, según una encuesta de Elcano, el 83 por ciento de los españoles apoyan la pertenencia de España a la alianza, el mayor sentimiento de apoyo en los últimos cuarenta años, eso se debe tener en cuenta”, alude.
De la misma manera, demanda “respetar el pluralismo que existe en los Estados”. “Se habla a menudo de una posible escalada de armas nucleares que de hecho está sucediendo, pero nuestra respuesta tiene que ser que la Alianza es una institución defensiva y pretende ante todo la disuasión y la paz, pero para lograr la paz hay que prepararse para la guerra”, considera.