Sánchez no echó a Redondo, le convirtió en su «aliado estratégico»

10 de Septiembre de 2021
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Sanchez y BlackRock

El pasado día 10 de julio Pedro Sánchez sorprendió a la nación al anunciar una profunda crisis de, según Moncloa, «su Gobierno», en la que se vieron afectadas personas de un peso importante dentro del Ejecutivo y que se habían caracterizado por una lealtad absoluta hacia Sánchez como José Luis Ábalos, Carmen Calvo, Juan Carlos Campo o Isabel Celaá. Sin embargo, quien conozca la trayectoria del actual presidente sabe a la perfección que los niveles de aprecio de la lealtad los aplica en base a sus intereses personales, no a criterios políticos o profesionales.

No obstante, lo que más sorprendió aquel día no fue la salida de tal o cual ministro o ministra, sino el anuncio de que Iván Redondo también dejaba de ser jefe de Gabinete. Mucho se ha hablado de las razones por las que Sánchez prescindió de Redondo. El entorno del exjefe de Gabinete afirmó, según publicó El Mundo, que el presidente le ofreció un ministerio, algo que los socialistas desmienten al señalar que fue Redondo quien le lanzó un órdago amenazando a Sánchez con su dimisión si no le nombraba ministro de la Presidencia, cargo que ocupaba Carmen Calvo.

El pacto

Lo cierto es que la crisis de Gobierno terminó tanto con la exvicepresidenta en el Gobierno y con el secretario de Organización y mentor político del socialismo Sánchez (no en vano, según se conoce en los círculos cercanos a la operación de retorno de Pedro a Ferraz que fue Ábalos quien aconsejó a Sánchez la incorporación, exaltando su prestigio, feminismo, ética y valor socialista, de Carmen Calvo a la nueva ejecutiva de Pedro Sánchez Pérez-Castejón), como con Redondo fuera del Ejecutivo. Sin embargo, ¿qué ocurrió con el súper asesor? ¿Se produjo una situación tan violenta o sólo fue una performance?

Fuentes de extremada solvencia han confirmado a Diario16 que el cese de Redondo fue consecuencia de un pacto entre el exjefe de Gabinete y Pedro Sánchez. Las condiciones de este acuerdo, que podría ser denominado como «sociedad de intereses mutuos», pasa por la marcha de Redondo a Estados Unidos donde creará una compañía privada que gestionará asuntos públicos de España en materia de asesoramiento en las subvenciones de la Unión Europea.

Las mismas fuentes señalan que esa empresa estará muy apoyada por las más importantes sociedades del IBEX35 y que esta información les fue confirmada por un exmiembro del Gabinete Sánchez.

La importancia de las fechas

La crisis de Gobierno y la salida de Redondo se produjeron el pasado 10 de julio, por sorpresa, dado que todo el mundo ya daba por hecho que las remodelaciones que pudiera hacer Sánchez se realizarían más tarde.

Diez días después, Pedro Sánchez, casualmente, viaja a Estados Unidos y allí se reúne con importantes representantes del capitalismo más deshumanizado. No tuvo ningún encuentro político, todo fueron reuniones empresariales, en principio, para intentar captar inversiones para España que, por cierto, no se cerraron.

¿Puede ser que ese viaje y las reuniones que mantuvo Sánchez, además del marketing o técnicas de entetanimiento propagandístico que tanto gustan al presidente, tuvieran como finalidad abrir caminos y puertas a la nueva empresa de Redondo?

Además, muchas de las empresas del IBEX35 que apoyan este pacto, sobre todo la banca, unos más que otros, tienen acceso suficiente como para concretar reuniones con altos ejecutivos de los más importantes fondos de inversión o de las principales multinacionales norteamericanas. ¿Fue el IBEX o algún banco quien le abrió la agenda a Sánchez para que fuera taladrar puertas para el nuevo negocio de Iván Redondo? Si así fuera, estaríamos ante un caso muy grave de utilización de la Presidencia del Gobierno de España para favorecer intereses privados. Una situación similar a la protagonizada durante décadas por el rey emérito.

¿Preparando el terreno?

Pedro Sánchez sabe que lo tiene muy complicado para renovar su mandato. Lo que no tiene claro es la razón de por qué el pueblo no le adora. La falta de autocrítica es una de las mayores debilidades de los mejores líderes y Sánchez jamás ha reconocido un fracaso propio, siempre los ha achacado a terceros. Como dijo Confucio, «el mal líder sabe lo que se vende mejor», y el presidente sabe mucho de marketing, por cuestiones obvias, pero ha demostrado ser un desastre a la hora de gestionar tanto el PSOE (por mucho que haga purgas y apruebe reformas que le blindan en el cargo) como el Gobierno de España.

Todo el mundo sabe que Sánchez es un enamorado de Estados Unidos, al igual que Iván Redondo y el Instituto de Empresas (muy relacionado con servicios de inteligencia), no en vano, tras su salida de la Secretaría General del PSOE, estuvo un tiempo allí buscando trabajo, cosa que no consiguió y que le provocó un importante bajón anímico.

¿El pacto con Redondo y el viaje a Estados Unidos pudieron ser una estrategia para abrirse caminos una vez que deje la Moncloa? ¿Esa empresa de Redondo es el lugar donde aterrizará Sánchez una vez que el actual presidente pueda empezar a trabajar sin incumplir con las leyes de incompatibilidad? ¿O es el IBEX35 y la banca (en concreto un par de entidades muy concretas) las que le están preparando el camino y, de este modo, tener controlado a Sánchez para que no cumpla con el pacto firmado con Podemos y no implemente las medidas de importante calado social incluidas en el acuerdo firmado con Pablo Iglesias Turrión?

Sánchez es Sánchez y hará lo que haga falta, por muy teóricamente legítimo que sea, para sacar beneficio de cualquier situación agarrándose donde haga falta, incluso a quienes, por ideología, debería controlar.

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