Susto o muerte en el PSOE de Andalucía

09 de Junio de 2021
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PRIMARIAS PSOE-A

Una vez pasado el premeditado masaje a seis manos que los tres candidatos socialistas a la Presidencia de la Junta de Andalucía han protagonizado este martes en el único ‘debate’ de las primarias del PSOE de Andalucía, sólo cabe resolver la cuestión clave: susto o muerte. La militancia tiene la palabra este domingo 13 de junio por primera vez en la historia del granero por excelencia de los socialistas españoles. Están convocados a la cita más de 46.000 afiliados. Este martes, el monólogo a tres atriles que protagonizaron Susana Díaz, Juan Espadas y Luis Ángel Hierro apenas lo vieron en directo por Youtube unas 3.000 personas.

El único cara a cara de los tres candidatos no ha sido más que la confirmación de que entre todos había un acuerdo tácito previo de no agresión marcado a sangre y fuego desde arriba, desde Ferraz. A nadie en el PSOE le interesa a estas alturas que se vuelen todos los puentes de entendimiento de Despeñaperros para abajo, sobre todo con temas tan calientes a nivel nacional como el de los indultos a los políticos condenados por el procés catalán, que por supuesto se eludió en el debate a tres.

Campaña ‘flower power’

De ahí que la líder de la campaña flower power“en libertad” que ha protagonizado la secretaria general de los socialistas andaluces en ningún momento quiso ni tuvo que entrar al trapo que, en alguna que otra ocasión, le tendió el valido de Ferraz, que reitera hasta el hartazgo que representa el “cambio”, un candidato que ya en los 90 fue consejero con Manuel Chaves y José Antonio Griñán y que también sabe qué es morder el polvo durante años en la oposición municipal de Sevilla. Si él representa la savia nueva que el PSOE quiere ofrecer a la militancia andaluza, Díaz es la Virgen de Fátima reencarnada en hippy.

Porque si el debate hubiera acabado en el barro, a la hora de recriminarse quién es más perdedor que quien, el único que ahí está libre de pecado de los tres es el candidato que acude a esta cita sin nada que perder, el profesor universitario y ex diputado Luis Ángel Hierro. Perdedor fue durante mucho tiempo Espadas hasta lograr en la actualidad un mandato cómodo en el consistorio hispalense tras pactar a derecha e izquierda sin mayores complejos ideológicos y perdedora es ahora también Díaz, a la que evidentemente le resquema más la derrota en las históricas primarias  de 2017 frente a Pedro Sánchez que su amarga victoria en las últimas andaluzas de diciembre de 2018, que sirvió por primera vez en la historia de este país para poner la alfombra roja a que una formación de ultraderecha llegara a tener no sólo representación parlamentaria sino que incluso influyera decisivamente en el primer ejecutivo conservador en la historia de la autonomía andaluza. Así que cada uno lleva su cruz, y como todo el mundo sabe también, en el pecado lleva la penitencia.

Algo que estas históricas primarias andaluzas han evidenciado es que no han logrado ilusionar a la militancia en ningún momento ni de lejos como las que llevaron a Sánchez al liderazgo del partido en el último proceso de primarias a nivel estatal. Aunque los directores de campaña de unos y otros se empeñen en colocar a la prensa datos más o menos fidedignos del pulso realizado a la militancia durante estas anodinas primarias.

La batalla en sordina que han protagonizado en Andalucía la hasta ahora líder indiscutible del socialismo andaluz durante casi la última década frente al elegido por Ferraz tras un proceso de sucesivos autodescartes que comenzó la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, culminará este domingo 13 casi como empezó: con apatía generalizada de los afiliados, un sentimiento extendido de resignación ante la inminente derrota en las próximas andaluzas y, sobre todo, conscientes de que, gane quien gane de los tres candidatos, ninguno de ellos, ninguno, será el líder por aclamación que la federación más importante y decisiva del PSOE debe tener a medio plazo para que Andalucía vuelva a ser esa fortaleza inexpugnable y principal referencia de los socialistas en todo el país que sirva para afrontar con garantías de éxito una cita electoral a nivel estatal como las que encumbraron a González, Zapatero y también a Sánchez.

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