Tensión y mucha risa hipócrita en la última cena navideña de Ciudadanos

05 de Diciembre de 2022
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¿Ha sido la última cena deCiudadanos? Los naranjas viven horas críticas, dramáticas y todo apunta a que el proyecto se ha ido definitivamente al garete. Además, Edmundo Bal acaba de anunciar que presentará batalla a Arrimadas en las próximas primarias del partido de cara a las elecciones, de modo que el ambiente no puede estar más enrarecido. En ese escenario prebélico, la militancia de Cs se fue de cena de confraternización, uno de esos obligados saraos de empresa donde todos ponen buenas caras mientras el rencor hacia el jefe, la inquina entre compañeros y el mal rollo laboral va por dentro de cada cual. No consta que Albert Rivera, padre, fundador y verdugo del proyecto, fuese invitado.

Los principales rostros del partido compartieron este viernes una cena navideña de ¿hermandad? en el barrio madrileño de Cuatro Vientos. Una celebración que, según informa El País, tuvo lugar tan solo unas horas después de que Edmundo Bal anunciara que se enfrentará a Inés Arrimadas por el liderazgo de la formación naranja. En un intento por mostrar unidad, el candidato aseguró que “cada uno tiene su papel” en el partido y afirmó que Cs tiene “un montón de activos, un montón de talento y no vamos a desperdiciar ninguno”. A los vinos, Bal se arrancó, empuñó el micrófono y flanqueado por ambas lideresas (la nacional y la madrileña) lanzó su primer alegato político con el que pretende recuperar la moral de las huestes naranjas. No pasa el casting de atractivo y mazao “tronista” que en los últimos años, tanto para ellos como para ellas, ha sido la gran seña de identidad de la formación eternamente emergente, pero el hombre le pone ganas, esfuerzo e ilusión, y eso, en los tiempos decadentes que corren en Ciudadanos, es algo de agradecer. “Guapo no soy, pero currante como pocos”, dijo. Arrimadas no ha conseguido reflotar el barco prácticamente hundido (hizo virar el timón a la derecha y se estrelló contra los acantilados de Vox). Ahora Bal intenta darle una pátina algo más moderada al partido. El problema es que ya es demasiado tarde, las encuestas apuntan a un descalabro inevitable y además los poderes fácticos inesistas no lo van a dejar.

En pleno brindis y justo al lado de Arrimadas y Begoña Villacís, el aspirante a la jefatura aseguró que pretende “volver a gritar unidad”, al tiempo que se mostró “totalmente convencido” de que sus dos compañeras de partido harán lo mismo, es decir, cerrar filas y remar todos juntos. Lo tiene claro el pobre Bal. Los puñales están prestos para la lucha en unas primarias que se prevén cruentas, convulsas, sucias. Durante todo su discurso, las dos grandes damas de Ciudadanos se lanzaban miraditas cómplices, como dos leonas a punto de devorar al cervatillo. Por momentos a Arrimadas se la veía tensa, revuelta por dentro (no en vano ha exigido a su contrincante que retire la candidatura alternativa) mientras que Villacís, contemporizando con el rioja en la mano, se debatía entre la cara de póquer y un gesto forzado como queriéndole decir al candidato opositor: “La que se te viene encima, chaval”.

En Ciudadanos, la guerra latente se recrudeció este viernes. Hacía tan solo una semana que los líderes del partido se habían dado una tregua, pero todo saltó por los aires con el anuncio de Edmundo Bal. El abogado del Estado quiere que Arrimadas deje de ser “la cara” de Ciudadanos y, por ese motivo, se presentará a las primarias. Pero, sobre todo, va en busca de un giro ideológico en la formación, informa Público. De esta manera, Bal representaría el espíritu menos conservador de los naranjas, que no compartirían la estrategia actual de renunciar a ser un partido bisagra capaz de pactar a izquierda y derecha. Este sábado, fue todavía más allá al pedirle a Arrimadas que dé un paso a un lado para que la refundación del partido sea “creíble”. Asimismo, aseguró que quiere que la líder naranja se incorpore a su candidatura a las primarias.

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