El Presidente de la Generalitat lanza undardo envenenado al Cardenal Juan José Omella después de la misa celebrada enla Basílica de la Sagrada Familia y a la que asistieron 500 personas. Elreligioso ha apelado a la libertad de culto y el Presidente de la Generalitatlamenta que Omella “durante todos estos años no haya alzado nunca la voz paracondenar la represión que vive Cataluña”. Quim Torra, que no ha ocultado nuncasu fe católica, hace un alegato a favor de una Iglesia humilde y comprometida:“yo me crie en los jesuitas, soy católico. Amigo de curas que trabajan enBellvitge y en la Mina. Mi Iglesia es laque está al lado de los pobres y los presos”. Así de contundente se muestrael presidente ante la falta de apoyo mostrada por la Iglesia durante todoel procés.
De las playas que se encarguen los alcaldes
Otro de los mensajes contundentes queel presidente de la Generalitat hace vadirigido a la Alcaldesa de Barcelona Ada Colau. Un mensaje que revela unacontradicción a la hora de asumir responsabilidades, ya que torra, por un lado,reconoce que: “no se puede poner unmosso en cada esquina”. Pero, por otra parte, pide ayuda a las alcaldesas ylos alcaldes para que controlen, utilizando a la Guardia Urbana, los botellonesy macrofiestas que se están celebrando en todo el litoral catalán, pero, sobretodo, en el barcelonés. No deja de ser un balón hacia fuera para no hacersecargo de la responsabilidad en el foco más peligroso, conflictivo y complicadode gestionar de esta Pandemia que nos afecta.
El miedo a volver a los números de marzo
Torra dice que no quiere volver a revivirla situación que se sufrió en marzo y que llevó a las autoridades catalanas aencontrarse con 7.000 muertos encima dela mesa: “estamos en febrero y no queremos que venga marzo”. El miedo a quelos rebrotes aumenten mantiene la situación de emergencia sanitaria como prioridaden la agenda del Gobierno catalán. El Presidente Torra comunica que va areunirse con el Consejero de Interior Miquel Buch en lo que presumiblementesupondrá un endurecimiento de lavigilancia del cumplimiento de las medidas.
El otro punto que preocupa al Gobierno catalánes el turismo. Torra envía un mensaje, íntegramente en inglés, en el querecuerda que Cataluña es un lugar seguro y responsable como demuestran lasafirmaciones de aquellos que nos visitan. “Cataluñaes mucho más segura que mi país. Aquí todo el mundo lleva mascarilla”,cuenta el presidente que le explicaba un turista.