El partido ultraderechista Vox tiene prisas en Andalucía, los números parecen no cuadrarle en sus estimaciones electorales si el reloj sigue corriendo y el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, y su ejecutivo bipartito con Ciudadanos se cierran en redondo, a priori, a adelantar las elecciones autonómicas, previstas inicialmente para noviembre de 2022. El descalificativo de “derechita cobarde” que Vox le endosó al Partido Popular ha tomado un sorprendente efecto bumerán en Andalucía, ya que la formación que encabezó en las últimas elecciones autonómicas el ex magistrado Francisco Serrano, imputado por corrupción, muestra síntomas de evidente debilidad ante un PP revitalizado en el poder como atestiguan los últimos sondeos y la cita autonómica de Madrid.
Vox vuelve a enarbolar la amenaza de no apoyar al Gobierno bipartito andaluz en minoría pese a llevarlo a hombros casi toda la legislatura
La candidatura de Moreno Bonilla obtuvo en Andalucía el peor resultado del PP en 30 años y ahora, después de esta legislatura apoyado por el partido defensor del franquismo, tiene serias posibilidades de revalidar el poder con contundencia por incomparecencia de sus rivales. El PSOE andaluz vive en plena campaña de primarias con cuatro candidaturas y Ferraz echando el resto para desalojar al fin a Susana Díaz de la calle San Vicente –sede del PSOE-A–; el Ciudadanos de Juan Marín se teme lo peor a raíz de los últimos resultados electorales aunque mantenga el mantra de que Andalucía no es Madrid ni Cataluña ni Euskadi. Y por el flanco izquierdo, Unidas Podemos repetirá el experimento que los ha llevado al poder en el Gobierno central después de dejar a la anticapitalista fuera aunque en absoluto KO, ya que el Tribunal Constitucional está a un tris de darle la razón en su contencioso con el Parlamento de Andalucía tras expulsarla del grupo parlamentario Adelante Andalucía por transfuguismo.
Amenaza nada creíble
Los ultraderechistas de Vox son conscientes ahora de que los últimos resultados electorales de Ciudadanos cosechados en las convocatorias de País Vasco, Cataluña y Madrid auguran un fuerte retroceso del partido de Inés Arrimadas también en Andalucía, de ahí que vuelvan a amenazar al ejecutivo andaluz con no dar su apoyo a los cuartos presupuestos de esta legislatura. Pero ya es tarde, le han hecho el trabajo desde fuera al binomio PP-Cs sin que estos se hayan tenido que despeinar demasiado, y el botón de la convocatoria electoral sólo le corresponde a Moreno Bonilla, que lo tiene todo a su favor en Andalucía para renovar un mandato tras el triunfo arrollador de Isabel Díaz Ayuso en Madrid. Hasta la laxitud con la pandemia que ha llevado en volandas como estrategia de campaña a la candidata madrileña del PP a ganar los comicios ha sido mimetizada después del 4-M por Moreno Bonilla, abriendo las discotecas hasta las dos de la madrugada pese a tener unos índices de incidencia del virus para no tirar cohetes.
Y en medio de este ambiente de bonanza del PP en Andalucía, Vox vuelve a enarbolar la amenaza de no apoyar al Gobierno bipartito andaluz en minoría pese a haberlo llevado a hombros casi toda la legislatura sin que Moreno Bonilla y sus socios de Ciudadanos se hayan tenido que pringar demasiado con las políticas xenófobas, clasistas, machistas y negacionistas de los ultraderechistas.
El sueño tranquilo de Moreno Bonilla
Vox, dando muestras de ser la verdadera “derechista cobarde” en Andalucía, vuelve a exigir al PP que cumpla lo pactado a inicios de legislatura. Pero a Moreno Bonilla ya no le valen los ultimatums ya que tiene prácticamente hecha la legislatura a su antojo, con tres presupuestos consecutivos sacados adelante con el respaldo de Vox. Que estos no quieran arrimar el hombro para aprobar una cuartas cuentas no le quita el sueño al presidente andaluz, al que el viento le sopla totalmente a favor.
Y mientras tanto, los ultraderechistas toman posiciones en caso de adelanto electoral con el cambio de portavoz parlamentario: Alejandro Hernández, el mismo diputado que mandó literalmente “a tomar por culo” a la presidenta de la Cámara autonómica, Marta Bosquet, de Ciudadanos, ha sido relevado por motivos estratégicos por su compañero y miembro de la Mesa del Parlamento Manuel Gavira, que lo primero que ha hecho al tomar el mando parlamentario de su grupo ha sido amenazar de nuevo al ejecutivo autonómico con no apoyar las cuentas de 2022.
La ultraderecha comenzó a entrar en los parlamentos del país por el sur, en Andalucía, precisamente aquella cita electoral del 2 de diciembre de 2018 en que por primera vez en la historia los socialistas no gobernarían en su principal feudo después de cuatro décadas pese a haber ganado los comicios.