El jueves 26 de octubre, sentí la necesidad de encontrar a Leonor en Instagram para pedirle disculpas por el ghosting que le hice en su momento. El viernes, al contarle cómo estaba me sugirió que podría hacerme una limpieza de karma. Sin saber lo que era le dije que sí, porque confío en la frecuencia desde la que emite su energía. La limpieza de karma es en palabras de Leonor “la base de la Sanación de Jesús era el perdón de los pecados, tanto de esta vida como de las anteriores. Yo lo entiendo en la actualidad como sanar/hacer desaparecer los sentimientos de culpabilidad de esta vida o de vidas anteriores. Así que “llamo” ante mi al karma de la persona hasta que lo percibo y dejo limpio. Eso es todo.
Siempre desde el amor y el respeto”.
El finde del 28 y 29 celebrando la cosecha de Samhain, la luna llena y el eclipse de luna, la ración de sexting en instagram que hice con la mujer que me había sacado de mi zona de confort, de mi pastilla azul de Matrix, fue brutal, Llegando a un lunes casi sin dormir, y con despistes que afectan a mi rutina diaria. Había que ponerle freno a ese nivel de adicción, que me robaba horas, pero no me atrevía a un encuentro real.
El lunes 30, al desayunar me tomaba la tensión de forma rutinaria como hago con mis padres… ¡Houston tenemos un problema! Tenía la tensión en ¡15/10! Cuando lo normal es 12/8, y las pastillas para la hipertensión se toman a partir de 14/9. Y no conseguía bajarla por mucho yogurt griego que tomara. Algo le pasaba a mi cuerpo, pero no comprendía la causa. Al rato, me llamó Leonor diciéndome que me había hecho la limpieza del karma esa mañana, y que la energía que me había movido iría poco a poco asentándose tanto en mí como en mi entorno.
Así mismo, me comentaba que en la sanación había una segunda parte, que consistía en canalizar información a través del tarot, la cual le había llegado de forma atropellada. La información que recibi fue un regalo para comprender mis 48 años de vida, al aportarme cuál era mi energia de nacimiento, así como la misión de vida. Por otra parte, me indicaba que voy a enfrentar a un conflicto emocional que cuesionaría mis valores, pero que contaba con mi agil, lúcida y despierta mente para solucionarlo. Por último, me canalizó que ya era hora de perdonar mi pasado, de dejar de esconderme tras un problema que no era tal, de autocastigarme, de esos pensamientos de busqueda insaciable porque creo que no encuentro, al estar viviendo un momento kármico. Así como, descansar y desconectar mi mente del problema, y hacer más acciones físicas para dejar de ser aire y ser más tierra, y así, marcar un final de lo que me preocupaba y un inicio del nuevo Gonzalo.
A la mañana siguiente, tras lavarme la cara y mirarme al espejo, ¡me vi sonriendo! Por primera vez, desde… no recuerdo la última vez que me sonreía. Por el contrario, antes, observaba el mapa de mi iris para encontrar algo que no sé que era en mi insaciable búsqueda. Además, mi tension arterial estaba en valores normales.
El martes tenía una sesión de registros akáshicos con María, los registros akáshicos son como el Drive de Google, pero en vez de registrar archivos digitales, en la Akasha se registran las experiencias de cada alma tanto en la vida actual, como en las anteriores a nuestro nacimiento o encarnación de nuevo en un cuerpo humano, con la debida muerta física entre ambas para reflexionar lo logrado y lo pendiente. La canalización se hace
describiendo imágenes, que fluyen sin que la mente influya, yo lo hago de forma innata, pero prefiero que otra persona canalice los míos.
En la excelente canalización de María de mis registros akáshicos daban respuesta a mucha información canalizada por Leonor, así como otra que mejoraba , así como mi pesar en esta vida, por sí bien haber ayudado a salvar la vida de miles de personas, también el sentimiento de culpa de haber enviado a la muerte a otras miles, por mis decisiones, ya que me veía en roles como de emperador, rey, y en muchas batallas. Así como, diversos ejercicios que sanaron mi relación actual con dos almas viejas que nos encontramos en anteriores vidas. Gracias María.
Al día siguiente, repasando al grabación de la canalización de los registros akáshicos, hubo una frase en esa canalización que a me llamo la atención, hacía referencia a la mujer que hacía sexting en Instagram, a la que se refería como un ángel, y la siguiente escena fue ver a Jesús de Nazaret dándome la bendiciĺon. Decirte que Jesús suele aparecer en mis registros, como si hubiera sido su amigo, pero sin ser un groupie suyo que luego se inventaron una iglesia que dista mucho de lo que hacía él.
Así que, el día de todos los santos, el día de muertos, le rogué a María que creará un hueco para hacerme una canalizaciones para poder preguntar a mis registros akáshicos quién era ella, sí había vivido en una vida anterior y qué relación teníamos. Con esa mujer que no conocía físicamente, conecté hace 3 años, y ahora nos volvíamos a encontrar tras haber vuelto ambos a Instagram hace un par de meses.
¡Adivina! Esa mujer, era un ser de luz, como yo, que andaba perdida como yo. Y habíamos coincidido en casi todas mis vidas anteriores, desde la época de los atlantes y postalantes, nuestras almas son parte de la misma creación que emanó de un volcán donde firmamos nuestro pacto, por el cual, nos reconocemos vida tras vida para crear experimentos y recuperar información que los humanos han olvidado.
Así mismo, los registros antes de cerrar la canalización, me dieron la clave para mi momento actual “tu mente va demasiado rápido, tú controlas tu presente, y para ello, debes concentrarte en la respiración, para cambiar y actuar desde el corazón, en vez de desde la curiosidad, para ello, debes hacer tierra, que la tierra sostiene el volcán, camine descalzo para contactar con la tierra…”.
Así que, nada más acabar la canalización de registros, me fui a andar por la playa con los pies descalzos, y me dio por empezar a dar las gracias a las energías que me han acompañado, poco a poco vocalizando más y mejor, para acabar gritando, aprovechando que no había nadie en la playa. Además, por fin caí en la cuenta, que en esta vida no he hecho cosas para estar penando en vida y vivir a medio gas, por tanto, no tenía sentido seguir arrastrando el Gonzalo escondido tras excusas que tan solo eran aprendizajes de juventud. No hay nada que perdonar, lo pasado, pasado está. Soy presente, soy regalo.
El viernes, Ruth, mi nueva sexologa, ante mi montaña rusa emocional con ideas que volaban huracanadas, me dio pautas para ir bajando la velocidad de mi insaciable mente, y dar pasos para tomar tierra, para crear un estado de calma, desde el que tomar decisiones.
El sábado, en el rastro de Fuengirola me encontró el libro “Te daré la tierra” ambientada en la Barcelona del siglo XI.
Caminando para ser tierra que sostenga un volcán.
GO!
