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Sobre Carlos Sainz y Checo Pérez

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análisis

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A ambos les está pasando lo mismo, aunque sus seguidores intenten mirar  el BRIGHT SIDE y no quieran creérselo, y se esfuercen en pensar que estar en un equipo como Ferrari o RedBull merece la pena y compensa lo injusto del trato.

A ambos, a Checo y a Carlos, pretenden convertirlos en Bottas, en ese Bottas escudero de Hamilton en la época que el dominio del británico era incluso superior al actual de Max Verstappen.

A Sainz no le dan prioridad nunca desde que Binotto abandonó la dirección del equipo; le obligan a servir a Charles Leclerc, a su compañero, su JEFE DE EQUIPO.

Y en el caso de Pérez nuestra opinión, nuestra sensación, es que el coche no es el mismo, no es igual que el de MAX; parece que hay pequeñas pero importantes diferencias o cambios. Cuando a Checo le dieron un coche en condiciones a principio de la temporada estaba a la altura y era evidente que se sentía capaz de luchar por el mundial.

Ese SENTIRSE CAPAZ es clave, ese SENTIRSE CAPAZ es lo que RedBull está logrando romper en Sergio Pérez. Como a un boxeador que le quitan el aire machacándole el hígado, golpeándole por encima de la cadera. Eso le están haciendo a Checo, golpeándole sin pausa por encima de la cadera.

No es comprensible, no es verosímil, que Checo, una vez más no haya logrado pasar a la segunda ronda de clasificación en Silverstone. ¿La cuarta?

RedBull siempre ha sido especialista en obligar a uno de sus pilotos en convertirse en segundo piloto: recordemos a Mark Webber en la época de Hamilton, y a todos y cada uno de los compañeros que ha tenido Verstappen hasta la fecha, desde Sainz a Ricciardo pasando por Gasly o Albon.

La filosofía a nivel equipo es buena: tenemos un solo gallo y el otro sólo es su escudero. A nivel competición es lamentable; y repugnante. Sainz tiene más puntos que Leclerc este campeonato, pero a Ferrari selapelato.

Checo empezó ganando carreras en 2023. Una impertinencia por su parte y RedBull se lo ha hecho pagar caro.

Verstappen y Leclerc son pilotos maravillosos, fantásticos, de aplauso… Pero en el deporte moderno –nada que ver con las competiciones de los griegos de la actualidad- lo único importante es ganar ¡y qué te entierren en dinero para convertirte en un bicho raro! (Nadie convirtió jamás a Fangio o a Stirling Moss, ni tampoco a Stewart o Ascari, en bichos raros).

¡Qué buenos tiempos aquellos en los que el Marqués de Portago le cedió su Ferrari en el mismo circuito de Silverstone por compañerismo a Peter Collins! Y subieron al podio juntos y se repartieron los puntos entre ambos. Sería bonito que los espectadores de nuestra época se asomaron a aquella época en la que los deportistas eran gentleman y se sentían infinitamente orgullosos de serlo.

Tigre Tigre

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