Cuando la negación ante la evidencia se vuelve ridícula y se recurre por ello sin contemplaciones al blanqueamiento, una salida aún más ridícula e insultante si cabe, no hay otro camino que evidenciar y resaltar estas incoherencias para que quien quede ridiculizado y expuesto al escarnio público sea el blanqueador y negacionista y no las víctimas de estos atropellos públicos. No son pocos los medios de comunicación que, ante casos mediáticos de violencia contra las mujeres y los menores, optan por esparcir el manto de la duda bajo el parapeto de las equidistantes informaciones proporcionadas por los propios investigadores de estos casos y las no pocas decisiones judiciales polémicas que optan sin más por lavarse las manos y dar carpetazo a estos asuntos con las excusas más peregrinas o perentorias como “separación conflictiva y traumática”, “falta de pruebas” y otras frases hechas de idéntico calibre.
En el terreno de la violencia de género, los medios de comunicación son un eslabón decisivo entre los hechos y la ciudadanía para concienciar a la población y transmitirle una información veraz, comprometida y fidedigna, en absoluto equidistante y mucho menos amarillista o blanqueadora y negacionista sin más.
Rigor en el código deontológico
Pero el tratamiento en algunos programas televisivos y radiofónicos y medios de comunicación escritos de algunos casos como el de Rocío Carrasco, la hija de la cantante Rocío Jurado, y el de los dos niños de uno y seis años presuntamente secuestrados por su padre en Canarias, actualmente desaparecidos, evidencian que el periodismo no está actuando con el código deontológico que la profesión tiene y aplica de forma ética y profesional en sus informaciones. Curiosamente, son en los casos de violencia machista donde menos se lleva a la práctica con rigor este código profesional, que viene a ser lo que para los médicos es el juramento hipocrático.
El último ejemplo de este afán blanqueador o directamente negacionista de algunos medios lo podemos comprobar en la información publicada por El Correo Gallego este martes en su web y este miércoles en su edición en papel relativa al caso de los niños menores presuntamente secuestrados por su padre en Canarias hace dos semanas.
“Dos cosas son ciertas: Tomás Gimeno desapareció con sus hijas y esa noche el sol y la luna estaban alineados y, por tanto, era plenilunio (luna llena). A partir de ahí uno puede preguntarse si en esta época la actividad criminal se dispara”, afirma sin el más mínimo rubor Antonio P. Fidalgo, el periodista que firma la información publicada este martes en la web de El Correo Gallego titulada “¿Influye la luna? Tomás Gimeno se llevó a sus hijas y David Oubel mató a las suyas en dos días de plenilunio”. Uno de los subtítulos tampoco deja indiferente a nadie: “El Chicle, los padres de Asunta, Abet o Marcos Miras ‘actuaron’ en la fase llena”.
Ante esta sucesión de especulaciones esotéricas y directamente blanqueadores de la evidencia de la violencia machista por parte de este reconocido medio de comunicación gallego, el colectivo de mujeres periodistas de Galicia agrupadas en la asociación Xornalistas Galegas denuncia en la redes sociales: “Nos quedamos sin palabras ante semejante tomadura de pelo y gravísima irresponsabilidad de El Correo Gallego. Convertir la información sobre violencia de género en un espectáculo no es periodismo. No es el esoterismo, es el patriarcado el que mata a mujeres y niños”.
Pero no queda ahí el ímpetu y empeño de algunos medios por blanquear o negar la violencia machista pese a las evidencias más que cuantificables y palpables a diario de una realidad reconocida a nivel mundial por el Convenio de Estambul e infinidad de leyes nacionales e internacionales. Aun así, estos medios perpetúan una estrategia negacionista perfectamente premeditada ante lo que hacen para dañar la lucha contra la violencia de género. Este mismo medio gallego que el martes publicó en la web esta supuesta información, incide en su blanqueamiento al publicar en primera página un reportaje a toda página dando por hecho que el plenilunio influye en el incremento de los feminicidios y casos de violencia machista. Así lo denuncian de nuevo este miércoles las periodistas gallegas: “Si ayer nos dejó perplejas la entrada sobre violencia de género en la web de El Correo Gallego, hoy hemos sido testigos de cómo esta ‘noticia’ se reproduce en el papel. Una manifiesta irresponsabilidad perpetuada con alevosía”, aseguran en Twitter.
Lo visto estas últimas semanas en algunos programas televisivos y medios de comunicación impresos como reacción a la docuserie televisiva de Rocío Carrasco en Telecinco no hacen más que evidenciar que la lucha contra la violencia de género en los medios de comunicación es, a día de hoy, un trabajo arduo y de largo recorrido porque en el seno de estos grandes conglomerados mediáticos existen muchos interese en juego, y claramente uno de ellos es el de apoyar sin ambages y con descaro la corriente negacionista de la violencia machista.