He visto en el Corte Inglés a los mejores poetas de mi generación, y de la anterior, y de las dos siguientes.
También he visto a los mejores empleados imaginables, me han atendido los mejores y más conmovedores empleados, de cuatro generaciones distintas. A mí, a mis padres, a mi hijo.
Es sorprendente que algo que nacido como negocio, y por lo tanto que en la época actual tiende a valorarse desde la dictadura de la filosofía del “máximo beneficio”, conserve esa capacidad, ese humanismo que le insufló desde sus comienzos Ramón Areces, y que se esforzó en mantener hasta el último aliento Isidoro Álvarez (“Cabeza de Buque” le llamaban en la universidad, por lo listo que era, según me contó mi padre).
El arte y la cultura siempre han sido importantes para el Corte Inglés: aquellos escaparates en Callao que encargaba Areces a los más audaces artistas de la época. Y en la actualidad, gracias al apoyo de Gervasio Posadas, director de Ámbito Cultural, y al impagable trabajo y sabiduría de Gonzalo Escarpa -a mí me gusta llamarlo Scarpa (con la S líquida)-, el Corte Inglés está acogiendo, y mostrando al mundo, a los mejores y mayores poetas vivos. El Premio Literario de Poesía #L de Lírica, creado por ellos, va ya por su V convocatoria. Felicitamos desde aquí a la flamante ganadora de la presente edición, Elsa Moreno.
Tal como yo lo veo el Corte Inglés siempre ha sido poesía.
“Ya es primavera en el Corte Inglés.
Ya es poesía en el Corte Inglés”.
Porque poesía, poesía de la vida, era la siempre inspirada conversación de Vicky, la chica de la charcutería en Méndez Álvaro, poesía era también -poesía épica- el gran Aurelio, jefe de planta, dirigiendo al personal, como si fueran los músicos de una orquesta o actores de un inmenso teatro, cuando llegaban las rebajas o la campaña de navidad.
Poesía es esa magia que son capaz de sacar desde el último fondo de su agotamiento los empleados cuando acercándose la hora de cierre llega alguien, a veces nada amable; y le sonríen.
Poesía ha sido también para mí en el Corte Inglés como me he sentido tratado al ir a comprar algo -mi chaqueta favorita, el piano de Max doble X-, o incluso a devolverlo.
“Si no queda satisfecho…”
Satisfecho me siento. Y aplaudo. El Corte Inglés estará esta tarde de once de octubre de 2024 en el Museo del Prado, brillando como el mejor de los cuadros; porque es poesía, porque es una empresa que sigue cantando a la grandeza del corazón humano.
Excelsior.