Un sacerdote de 34 años ha sido detenido por la Policía Nacional en la localidad malagueña de Vélez-Málaga acusado de al menos cinco agresiones sexuales a mujeres de su círculo íntimo de amistades, a las que previamente sedaba para cometer los abusos. Los investigadores temen que puedan existir más víctimas de las identificadas hasta este momento en las localidades donde el detenido ha residido en los últimos años: Melilla, Málaga y Córdoba. El presunto depredador sexual ya se encuentra en prisión acusado de cuatro delitos de agresión sexual y cinco contra la intimidad. El detenido fue ordenado sacerdote en 2017 y ejerció como párroco en una iglesia de Melilla y a comienzos de este año fue destinado a la Diócesis de Málaga.
La investigación se inició el pasado mes de agosto cuando una mujer denunció en la Unidad de Familia y Atención a la Mujer (UFAM) de Melilla que había localizado en el domicilio que compartía con su pareja sentimental un disco duro que contenía fotografías y vídeos donde aparecían varias mujeres semidesnudas, dormidas o bajo los efectos de algún sedante y a las que un hombre les realizaba todo tipo de prácticas sexuales. La denunciante realizó una copia del disco y acudió a comisaría para ponerlo en conocimiento de los agentes tras sospechar que tales actos sexuales no eran consentidos.
El detenido, de 34 años, fue ordenado sacerdote en 2017 y a comienzos de este año fue destinado a la Diócesis de Málaga tras ser trasladado desde su parroquia en Melilla
A partir de aquí se inició una investigación en colaboración con investigadores de la UFAM central. Tras el análisis exhaustivo del material gráfico, los investigadores observaron que en algunos de los vídeos aparecía el detenido realizando prácticas sexuales sobre diferentes mujeres en estado de inconsciencia, prácticas que además grababa. Los agentes lograron identificar a cinco víctimas que manifestaron desconocer la existencia de las grabaciones y que tampoco habían conscientes de haber sido víctimas de ningún delito de naturaleza sexual.
Los agentes averiguaron que las agresiones sexuales se habían llevado a cabo de forma continuada en diferentes años y localidades, con ocasión de viajes de grupos de amigos, entre los que se encontraba el arrestado. El modus operandi del detenido era siempre el mismo: suministraba a las víctimas algún tipo de sustancia que anulaba su estado de consciencia para poder llevar a cabo las agresiones sexuales.
Agentes de la Policía encontraron en su domicilio, tras ser detenido, diverso material tecnológico aún pendiente de análisis. Tras ser puesto a disposición judicial se decretó su ingreso en prisión preventiva acusado de cuatro delitos de agresión sexual y cinco contra la intimidad. La investigación continúa abierta y los investigadores temen la existencia de nuevas víctimas en Melilla, Málaga o Córdoba, lugares en los que el arrestado ha residido.