Estos niños con necesidades educativas especiales requieren, durante un periodo de su escolarización o a lo largo de toda ella, de unas atenciones educativas por presentar un Trastorno del Espectro Autista (TEA) o un Trastorno Grave de Conducta (TGC), estos últimos presentan alteraciones mentales graves, producidas por enfermedades mentales como psicosis y esquizofrenia o graves problemas de ansiedad y afectivos como la depresión o las fobias entre otras.
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) no tan sólo engloba el Autismo, pues son discapacidades provocadas por diferencias en el cerebro provocando problemas sociales que no solamente son “dificultades” sociales como ser tímidos, también pueden generar problemas graves en la vida diaria, tiene intereses y comportamientos poco habituales, necesitan de una rutina diaria para desenvolverse, pueden tener hiperactividad, impulsividad, poca concentración, ser agresivos, o autolesionarse…
En esto días el “Diario de Cádiz” ha publicado un artículo referente a un padre que ha estado once meses sin ver a su hijo autista por que el colegio activo el protocolo de abusos sexuales. Por suerte para el niño y su familia, y especialmente para su padre, la situación se ha normalizado por sobreseimiento del caso por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de San Fernando, pero tuvo de estar separado de su hijo de 7 años de edad durante 11 meses, un niño con TEA (Trastorno del Espectro Autista).
Todo comenzó porque el niño, durante su estancia en el colegio público, realizaba dibujos de penes de manera obsesiva acompañados de un lenguaje de carácter sexual y tocamientos de sus genitales de manera reiterativa por ello, estaba siendo tratado por una especialista. A consecuencia de esta situación, el Centro activó el protocolo de abusos sexuales sin contar con la valoración de su médico especialista quién indicó que era algo normal en un menor con TEA y estaba trabajando con el pequeño para corregir esta conducta; el colegio estaba informado de que el pequeño estaba en tratamiento e incluso, en el momento de activarse el protocolo, el padre solicitó que fuera valorado por la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil (USMI).
Pero no, siguieron adelante con el protocolo de abusos sexuales que deriva el caso al Equipo de Intervención de los Servicios Sociales y a la Fiscalía de Menores al considerar que el menor está en riesgo, pero el padre denuncia que, “en ningún momento el pequeño fue valorado por un especialista en TEA”, pero la Delegación Territorial de Educación y la dirección del colegio no entra en detalles asegurando que “en todo momento se ha actuado siguiendo el protocolo existente ante la sospecha de la existencia de abusos sexuales y siempre asegurando la protección del menor”. Pero no hablan del infierno vivido por el niño, el padre y la familia, situación que conlleva graves consecuencias familiares y personales.
A estos niños y a estas personas, al igual que a las Personas Con Discapacidad (PCD), nos segregan, vulneran, somos víctimas de un sistema establecido que resulta obsoleto, carecemos de protección, ni medios, ni derechos, se saltan los pasos establecidos, desconocen lo que realmente es el autismo o la discapacidad, no existen profesionales preparados en niños con necesidades educativas especiales, ni medios adecuados, no existe una inclusión real para estos niños ni para las personas adultas diagnosticadas de TEA.
Actualmente, se intenta lograr una educación tomando en cuenta las necesidades individuales de cada alumno y sus posibles discapacidades potenciando las capacidades reales de cada alumno, independientemente de las necesidades que presente.
Pero, ¿qué está fallando en la integración de los alumnos con discapacidad o necesidades educativas especiales? Está fallando, en primer lugar, una educación inclusiva real y efectiva, donde los niños de estar escolarizados en los centros ordinarios, pues cada niño tiene unas diferencias, al igual que los hijos de inmigrantes no se les escolariza por países, lenguas o religiones, igual debería de suceder con los Niños con Necesidades Educativas Especiales (NEE), se les debería de integrar en los colegios ordinarios preparados con profesionales cualificados, materiales adecuados y los métodos necesarios para una educación real inclusiva y eficaz.
España ha firmado en mayo del 2008 la convención de la ONU al respecto y en la misma, los Centros de Educación Especial dejarán de existir integrando a los alumnos en centros ordinarios, pero para ello debemos preparar al profesorado y a los centros, pues por desgracia muchos de ellos no están preparados y, no existen profesionales adecuados para ofrecer a estos pequeños una educación inclusiva. También debemos luchar contra el error establecido en la sociedad de que un niño con NEE no puede estar integrado en un colegio ordinario porque retrasarían a los demás niños o bien porque no tienen las mismas capacidades que el resto, pero ¿cómo se miden esas capacidades? En Italia, se cerraron estos colegios para NEE de un curso para otro integrando a los alumnos en centros ordinarios y el sistema educativo no sufrió ningún perjuicio.
La educación inclusiva necesita de medios adecuados con profesores cualificados y aulas de refuerzo. La educación para los niños con necesidades educativas especiales (NEE) no debería de dejar se prestarse cuando el pequeño cumple 6 años, debería de ser un hecho que se mantuviera en el tiempo, hasta que estos pequeños y personas adultas no precisen de tal atención educativa, de esta manera se evitaría la asignación de becas para que los NEE reciban terapias en los Centros de Desarrollo Infantil y Atención Temprana, para proporcionar atención ambulatoria individualizada, ofreciendo un conjunto de intervenciones dirigidas a la población infantil, hasta que cumplen los 6 años, a partir de este momento dejan de recibir atención por los Centros Públicos, obligando a las familias a dirigirse a las ONG’s del sector las cuales se lucran sin pudor de las necesidades que tienen las familias para con estos niños; es cierto, el Estado ofrece becas a estas familias dependiendo de los ingresos que reciban que son para pagar las terapias ofrecidas por las ONG’s e estos centros, en resumen un gran negocio para estas organizaciones, cuando este tipo de centros deberían de ser gestionados por las Administraciones Públicas, para evitar el lucro y ofrecer un centro de atención integral, formación e investigación con especialistas implicados en una terapia tanto clínica como en el entorno natural de la persona, desde su nacimiento hasta la vejez.
Pero aquí también nos encontramos, como sucede en la realidad adulta de las Personas Con Discapacidad (PCD), existen Centros de Educación Especial que se niegan a que se lleve a cabo la inclusión pues consideran que perderían su forma de vida sin preocuparse de las necesidades reales de esos niños y de esas familias. También existe la creencia popular de que en esos Colegios de Educación Especial (CEE) los niños están mejor educados, con medios, métodos y materiales para la mejor educación y desarrollo personal a estos niños y no tienen en cuenta de que esos niños sufren discriminación, como la sufrimos las personas con discapacidad, por una educación especial existiendo dos sistemas educativos, cuando el día de mañana se van a integran en la vida real y ordinaria.
Las Personas con Discapacidad, sea del tipo de sea TEA, fisiológica, cognitiva… tenemos que luchar para que lleguemos a tener una inclusión real, que sea efectiva, hemos de perseguir que las ONG’s del sector dejen de manipularnos a su antojo y tan sólo nos vean como una manera de incrementar sus ingresos, que únicamente muestren la cara bonita que a ellos les interesa mostrar para así ganarse una palmadita en la espalda, un premio… pero oculten la realidad existente. Hemos de lograr que exista un control real por parte de la Administración, tan sólo así lograremos que la inclusión sea real.