El 85,8% de las víctimas mortales a manos de su pareja o expareja entre 2016 y 2018 fueron mujeres
22
de Diciembre
de
2019
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El 85,8 por ciento de las 176 víctimas mortales en los casos de homicidio o asesinato a manos de su pareja o expareja entre 2016 y 2018 fueron mujeres.Así lo demuestran los datos de dos informes publicados este viernes por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), uno sobre las muertes por la llamada violencia doméstica íntima (un concepto que incluye los casos de violencia en el ámbito de la pareja o expareja siempre que no se trate de la acción ejercida por un hombre contra una mujer) y otro sobre violencia de género (mujeres asesinadas por su pareja o expareja, siempre que esta fuera un hombre), que complementan el realizado en relación con los casos de mujeres asesinadas por violencia de género hecho público el pasado 25 de septiembre.Las cifras son concluyentes: por violencia doméstica íntima fueron asesinadas en esos tres años 25 personas, de las que 22 fueron hombres que murieron a manos de una mujer, mientras que la violencia de género dejó 151 mujeres muertas.Tanto en 2016 como en 2017 se contabilizaron 9 víctimas de violencia doméstica íntima, y en 2018 fueron 7. El promedio por año, si se tiene en cuenta el período analizado, ha sido de 8,3 muertes. En el trienio anterior la media de muertes por año fue de 7.Los casos ocurridos entre 2016-2018 incluyen crímenes cometidos por mujeres que eran o habían sido pareja de la víctima hombre y también casos de violencia intragénero cometida por hombres sobre su pareja o expareja hombre (2) y por mujeres sobre su pareja o expareja mujer (1).Como consecuencia del asesinato de sus progenitores en agresiones de violencia doméstica íntima, entre 2016 y 2018 fueron 9 los menores que quedaron en situación de orfandad. El 20 por ciento de los asesinados tenía hijos menores en común con el agresor o de relaciones anteriores.Por comunidades autónomas, el mayor número de muertes por violencia doméstica íntima en el trienio se cometieron en Cataluña (8), seguida de Andalucía y Comunidad Valenciana (4 en cada una de ellas) y Madrid (3). Por detrás, Asturias (2) y Baleares, Canarias, Extremadura y Navarra, con una cada una.El Observatorio señala que esta cifra de muertes violentas, si bien muy inferior a la de mujeres víctimas de violencia de género asesinadas por sus parejas o exparejas hombres en el mismo periodo, “reclama una imprescindible atención y la activación de todos los mecanismos de protección garantizados por nuestro Estado de derecho”.Perfil de la víctimaLa edad media de las víctimas mortales de la violencia doméstica íntima registrada entre 2016 y 2018 era de 45,5 años (43,5 en 2016; 46,1 en 2017 y 47,3 en 2018).Por nacionalidad, el 76 por ciento del total (19 víctimas) eran españolas y el 24 por ciento restante (6) eran extranjeras; el porcentaje es similar al del trienio 2013-2015, en el que 17 víctimas tenían nacionalidad española (73 por ciento) y 6 (27 por ciento) eran de otros países.Durante el trienio analizado, en el 24 por ciento de los casos de muertes por violencia doméstica íntima existía vínculo matrimonial en el momento de la agresión, mientras que en el 76 por ciento restante existían otro tipo de vínculos actuales o ya concluidos.El domicilio fue el lugar donde se produjo la agresión en el 79,2 por ciento de los casos; y el arma blanca el método más empleado (68 por ciento) para causar la muerte.Perfil del agresorLa media de edad de los autores de los crímenes de violencia doméstica íntima ocurridos en el trienio analizado era de 41 años. Se trata de una persona con una edad media 7 años inferior a la de los autores de los feminicidios ocurridos en el mismo periodo, que era de 48,2 años.Por sexo, el 92 por ciento de los agresores en el ámbito de la violencia doméstica íntima eran mujeres, frente a un 8 por ciento de hombres. Y por país de origen, el 75 por ciento (16 en total) eran españoles y el 25 por ciento restante (8) eran extranjeros.En el 92 por ciento de los casos, el autor de los crímenes de violencia doméstica íntima cometidos entre 2016 y 2018 fue detenido; un 4 por ciento se entregó y el 4 por ciento restante se suicidó. Este último dato contrasta con el registrado en el ámbito de la violencia de género, donde el porcentaje de autores de feminicidios que se suicidaron en el trienio ascendió al 22,5 por ciento, mientras que otro 13,2 % lo intentó.Menores víctimas de la violencia de géneroEntre 2016-2018 fueron asesinados 17 menores de edad (2 en 2016; 8 en 2017 y 7 en 2018), dos menos que en el trienio anterior. Solo en dos de esos casos constaba la existencia de una denuncia previa.Las víctimas tenían entre uno y trece años, siendo la media de edad de los niños asesinados en el trienio de 5,9 años. Tres de cada cuatro de ellos (un 76 por ciento) tenía menos de diez años. De los 17 menores asesinados, 10 eran mujeres (58,8 por ciento) y 7 (41,2 por ciento) eran varones. En cuanto a su nacionalidad, la mayoría (12, equivalente al 70,6 por ciento) eran españoles.En la mayoría de los casos, el agresor (84,6 por ciento) era el padre biológico de la víctima. Estas, en su inmensa mayoría también (88,2 por ciento), convivían con su agresor en el momento de su muerte. El domicilio familiar fue, en 15 de los 17 casos, el lugar donde se cometieron los crímenes. En tres casos, las madres de las menores víctimas también fueron asesinadas.En cuanto al método utilizado para cometer el crimen, tres de cada diez menores (29,4 por ciento) fueron asesinados con arma blanca y el mismo número por asfixia o estrangulamiento.Los agresores son varones con una edad media de 38,5 años, 10 años más jóvenes que los autores de feminicidios durante el mismo periodo. En cuanto a su origen, 7 de los agresores eran españoles y 6, extranjeros.Durante el periodo 2016-2018, casi la mitad de los agresores (46,2 por ciento) se suicidaron y un 38,5 por ciento fueron detenidos.A partir de estos datos objetivos contenidos en los procedimientos judiciales, el estudio pretende aportar “herramientas de conocimiento que puedan servir de apoyo en la adopción de decisiones y en la tarea de enjuiciamiento de un fenómeno que resulta imperativo erradicar”.
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