El desmentido de Revilla a la exclusiva de Diario16: lo esperado

09 de Enero de 2020
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Era de esperar y ocurrió. Miguel Ángel Revilla ha desmentido en rueda de prensa la exclusiva de Diario16 sobre las presuntas presiones recibidas por el PRC por parte del Banco Santander para que el voto del diputado del partido regionalista fuese negativo. Revilla ha tenido que desmentir esta noticia porque reconocerla hubiera supuesto un escándalo democrático tanto para su partido como para él, un hombre que se ha caracterizado siempre por ser muy claro en sus convicciones y honesto en sus palabras, un político que en sus libros ha dejado muy claro, por ejemplo, que España necesita reformas democráticas muy profundas.Sin embargo, Revilla ha centrado su desmentido en que las presiones las recibió él directamente de Ana Patricia Botín, cuando, en realidad, en la información no se personalizó en ningún momento el hecho. En concreto, el presidente de Cantabria ha afirmado que la presidenta de Santander «está muy preocupada de que haya tal carroña en política» que se dedica a meterla en estos asuntos. En esto habría que recordarle a Revilla que el próximo vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias Turrión, ya denunció en el debate electoral que Ana Patricia Botín fue una de las responsables de que no se formara un gobierno progresista tras las elecciones del 28 de abril.La verdad es que, en este caso, la señora Botín ha tenido muy mala suerte puesto que la exclusiva de Diario16 se publicó el mismo día en que las cadenas de Silvio Berlusconi emitieron el publirreportaje en Groenlandia en el que se pretendía un lavado de imagen de la presidenta del Santander y, al día siguiente, en plena resaca de dicha emisión, este medio publicó que el Santander está entre los bancos peor valorados en respeto a los derechos humanos, algo que es obvio cuando el Santander está financiando a multinacionales que fabrican armas nucleares o prohibidas por la ONU.La señora Botín no puede mostrarse al mundo como una defensora de la lucha contra cambio climático cuando el banco que preside es uno de los que más financiación tiene concedida a empresas e industrias emisoras de gases de efecto invernadero, de sociedades extractoras a través del fracking o de empresas de hidrocarburos.Desde luego, la señora Botín tampoco puede ser puesta como un ejemplo de feminismo porque, si realmente fuese feminista, el banco que preside no se habría cebado en el último ERE con las mujeres, con las madres que tenían reducción de jornada para poder cuidar a sus hijos pequeños, tal y como hemos publicado en estas páginas. Una feminista no permite que en la entidad que preside se le diga a una mujer que tenía dificultades para quedarse embarazada que «NO es momento de ser madre», algo que, por cierto, no es exclusivo de España, puesto que en Brasil el Santander ha sido condenado por los tribunales por un hecho similar, como tampoco es muy feminista que se permita lo siguiente: «apareció en escena una nueva jefa de zona que, desde el primer día, sin conocerme de nada, me crucificó por el hecho de no quedarme por las tardes. Le expliqué mi situación: me era imposible quedarme porque no tenía con quien dejar a los niños. Sin embargo, le comuniqué que cada mañana empezaba a las siete para poder sacar la carga de trabajo que había y todas las incidencias generadas a través de la integración tecnológica de banco popular a banco Santander. Su respuesta fue: “está bien, pero no sirve de nada”». A la vuelta de las vacaciones, a esta trabajadora se la «invitó» a adherirse al ERE con la siguiente indicación: «o firmas voluntariamente o después será forzoso sin la correspondiente indemnización».Señora Botín, le recomiendo que se lea el gran libro de Gioconda Belli El país de las mujeres, porque si usted se pareciera más a Viviana Sansón, la protagonista de la novela, en su manera de entender el gobierno, en su caso de un banco. Entonces sí que podría autodefinirse como feminista. Desde luego, acciones como las descritas anteriormente no son feminismo, porque el feminismo, señora Botín, es algo más que la lucha por la igualdad de oportunidades, el feminismo es la lucha por la igualdad real en todos los ámbitos, no sólo en el laboral o empresarial. Ser feminista implica muchas cosas que, si usted las aplicara, el banco que preside sería una herramienta de verdadera justicia social y no lo que, por desgracia, es: una dictadura privada más.
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