El Instituto de la Mujer pone de relieve que todavía hoy las series son cosa hombres

19 de Septiembre de 2020
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El estudio presentado por Beatriz Gimeno, directora del Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades, deja de manifiesto que las series españolas son todavía cosa de hombres. De hecho, este informe releva que el 78% de las producciones españoles son están dirigidas por ellos.

Ayer presentó Gimeno el estudio, al que ha tenido acceso Diario16, sobre “Estereotipos, roles y relaciones de género en series de televisión de producción nacional”. En él se han analizado las 18 series de producción y coproducción nacional más vista en 2018 y 2019, y ha sido realizado por un equipo del departamento de sociología de la UCM formado por Fátima Arranz, investigadora principal, Virginia Fernández y Juan Carlos Ballesteros.

Las series se han seleccionado en función de la franja horaria de emisión: prime time, programación juvenil y sobremesa. Los títulos son: Cuéntame, La caza de Monteperdido, Allí abajo, La catedral del mar, Presunto culpable, La verdad, Vivir sin permiso, La que se avecina, La casa de papel, Las chicas del cable, Paquita Salas, Gigantes, Hierro, Vida perfecta, Élite, Skam, Acacias 38 y Amar es para siempre, y han sido emitidas en TVE, Antena 3, Telecinco y las plataformas Netflix y Movistar+.

Por género

Se han clasificado siete grupos profesionales: dirección, guion-creadores, producción, grupo ejecutor (desarrolladores de guion, ayudantes de dirección y de producción), grupo artístico (creación musical, fotografía, montaje, dirección de arte, casting), grupo especialista (peluquería, maquillaje, vestuario, decorado) y grupo técnico (imagen, eléctricos/as, efectos especiales y visuales, sonido y montaje de sonido).

El primer dato destacado es que solo una de las dieciocho series tiene una autoría puramente femenina (5,5 %); el 16 % son de autoría mixta, con hombres y mujeres, y el 78 % restante han sido dirigidas por varones.

Se constata igualmente que es un sector masculinizado, en el que de cada tres puestos de trabajo dos son ocupados por hombres (66,9 %). Estos son mayoría en todos los grupos profesionales excepto en el de Especialistas, en el que las mujeres representan el 61 %; la mayor diferencia se da en el Grupo Directivo, en el que ellas solo representan el 8,3 %, seguido del G. Técnico (12,6 %) y el G. Artístico (26,3 %).

Principales resultados

El estudio muestra que los roles masculinos y femeninos de las series han cambiado en su forma y su estética, pero no en su base, que siguen siendo patriarcales.

Además, el estudio refleja que  el 45,4 % de las series apuestan por un protagonismo mixto, llegando al 68,8 % en el rango juvenil. El protagonismo femenino prima en las series de sobremesa o juveniles, mientras que en prime time se reduce al 25,4 % frente al 31,9 % del masculino.

El 82,2 % de los personajes femeninos responden al estereotipo de “feminidad”, caracterizado por su pasividad, ser figura florero o soporte emocional o por limitar su actividad al cuidado de otros.

Solo el 14 % de mujeres son representadas en el ámbito laboral.

 En cuanto a las relaciones entre mujeres, el 71’5 % son representadas de forma positiva (complicidad, cariño y ayuda), 11’5 puntos más que en el caso de los hombres (60 %), y el 28,5 % negativa (conflictividad, enemistad o rivalidad), 11’5 puntos menos que para los hombres (40 %).

Sobre las relaciones de pareja, conflicto y armonía se reflejan de manera equilibrada (54,7 % frente a 45,3 %, respectivamente), aunque en la franja de sobremesa se exaltan más el amor y los cuidados.

Las relaciones sexuales están presentes en el 8 % de las secuencias analizadas, y de ellas el 14’8 % son homosexuales, con una sobrerrepresentación de la homosexualidad femenina.

El informe revela que la violencia masculina se sigue representando frecuentemente como un rasgo de la identidad masculina, y aparece en el 58,4 % de las secuencias, tanto de varones contra varones como contra las mujeres. Esta última está presente en el 34,6 %, incluyendo violencia física, psicológica y simbólica (cosificación, y palabras, actitudes y acciones machistas). Igualmente, el informe concluye que todos los estereotipos y roles detectados mantienen el orden de subordinación de las mujeres.

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