La Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, evalúa cada año la situación del periodismo en 180 países y territorios, y revela la instauración de una mecánica del miedo muy perjudicial para el ejercicio del periodismo. La hostilidad hacia los periodistas, e incluso el odio transmitido por dirigentes políticos en numerosos países, ha dado lugar a actos violentos cada vez más graves y frecuentes, lo que incrementa los peligros que afronta la prensa y causa unos niveles de temor inéditos en algunos lugares.“Si el debate político cae de forma encubierta o manifiesta en un ambiente de guerra civil, en el que los periodistas se vuelven víctimas expiatorias, los modelos democráticos corren un gran peligro”, advierte
Christophe Deloire, secretario general de RSF. “Para las mujeres y los hombres de buena voluntad, comprometidos con las libertades adquiridas a lo largo de la historia, es urgente acabar con esta mecánica del miedo”, añade.
España en la Clasificación Mundial 2019 de RSF
España ocupa el puesto 29 en la tabla de 2019. Aunque suba dos puestos respecto a la Clasificación de 2018 y esté en la zona amarilla (situación satisfactoria),
este ascenso no representa una mejora absoluta, sino un deterioro relativamente menor que otros vecinos de tabla.El odio a los periodistas se ha hecho presente en España. Por un lado, RSF
observa una clara mejora de la situación en Cataluña, que era muy tensa, aunque esta región sigue siendo un terreno hostil para los reporteros de radio y televisión. La extrema polarización de la política catalana acabó por contagiar a los medios de comunicación y a sus audiencias; así, los periodistas se han convertido en una de las principales víctimas de las hostilidades. En los últimos 18 meses RSF ha registrado en Cataluña cerca de 40 casos de ataques a periodistas, que van de los insultos a las agresiones físicas.
La reforma de la Radiotelevisión Española (RTVE), que fue aprobada en 2017 para poner fin a la manipulación del gobierno de Mariano Rajoy,
fue una buena noticia para la libertad de prensa en España. Sin embargo, ésta aún no se ha puesto en práctica porque los partidos políticos no se han puesto de acuerdo respecto al proceso de renovación del presidente y del consejo de administración del grupo audiovisual.En 2018 se dictaron condenas por delitos como: hacer apología al terrorismo, insulto a la corona y ofensa "a los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa”, lo que creó un clima perjudicial para la libertad de información.En el otoño de 2018 se registró un caso grave de intento de violación al secreto de las fuentes de información periodísticas: la policía española requisó los teléfonos y ordenadores portátiles de dos periodistas que investigaban un caso de corrupción para identificar quién había filtrado la información.
En lo que respecta a la Ley de Seguridad Ciudadana, conocida como la “ley mordaza”, la tan esperada reforma sigue sin realizarse, por lo que esta ley continúa representando una fuerte amenaza para la libertad de prensa.En la Clasificación 2019,
Noruega conserva el primer puesto por tercer año consecutivo, mientras que
Finlandia (+2) ocupa el segundo, superando a los Países Bajos (4º, -1), donde dos periodistas especializados el crimen organizado deben vivir bajo protección policial permanente. Por su parte,
Suecia (3º) baja una posición debido al recrudecimiento del acoso en internet. Hay buenas noticias en el continente africano:
Etiopía (110º, +40) y
Gambia (92º, +30) registran avances significativos.
Es urgente acabar con esta mecánica del miedo hacia los periodistas en el mundo
Algunos regímenes autoritarios descienden en la Clasificación. Es el caso de
Venezuela (148º, -5), donde los periodistas se enfrentan a detenciones y agresiones por parte de las fuerzas del orden. También el de
Rusia (149º, -1), donde el gobierno incrementó las presiones que ejerce sobre los medios de comunicación independientes y el control de internet, valiéndose de detenciones, registros arbitrarios y leyes liberticidas.
Vietnam (176º), seguido de China (177º, -1), también pierde una posición. En el Cuerno de África,
Eritrea permanece en el antepenúltimo lugar (178º), a pesar del acuerdo de paz que firmó con Etiopía.
Turkmenistán (180º, -2) ocupa ahora el último lugar de la Clasificación, en lugar de
Corea del Norte (179º, +1).Solo un 24% de los 180 países y territorios registran una situación “buena” (zona blanca) o “más bien buena” (zona amarilla); mientras que el año pasado era un 26%. En
Estados Unidos (48º) se registra un clima aún más hostil, más allá de las agresiones verbales de Donald Trump contra la prensa, por lo que el país baja tres posiciones en 2019 y se sitúa en la zona “naranja”, lo que indica que la situación es problemática. Nunca los periodistas estadounidenses habían recibido tantas amenazas de muerte ni habían tenido que recurrir a empresas privadas para garantizar su seguridad. La aversión a los medios de comunicación es tal, que un hombre disparó a los trabajadores de
The Capital Gazette de Annapolis (Maryland) y asesinó a cinco de ellos. Antes de cometer el crimen, el asesino había expresado abiertamente en las redes sociales su odio a este diario local.Las amenazas, los insultos y las agresiones forman ahora parte de los “riesgos del oficio” periodístico en muchos países. En la
India (140º, -2), donde seis periodistas fueron asesinados en 2018, quienes critican la ideología del nacionalismo hindú son calificados de "antinacionalistas" en campañas de acoso por internet. En
Brasil (105º, -3), desde la campaña electoral, la prensa se ha convertido en blanco de los partidarios de Jair Bolsonaro, tanto en el espacio digital como en el mundo real.
El coraje de los periodistas de investigación perseguidos
En este ambiente de hostilidad generalizada, se requiere de valor para seguir investigando la corrupción, la evasión fiscal y el crimen organizado. En
Italia (43º, +3), el ministro del Interior, Matteo Salvini, amenazó con quitarle la protección policial al periodista
Roberto Saviano por sus críticas a la política migratoria italiana. A esto se suma el hecho de que, en todo el mundo, y en particular en
Argelia (141º, -5) y en
Croacia (64º, +5), los medios de comunicación y los periodistas se enfrentan a un creciente acoso judicial.En países como
Francia y
Malta (77º, -12) se emprenden procesos judiciales “mordaza” contra periodistas de investigación, a fin de agotar sus recursos financieros, e incluso para que sean encarcelados. También es el caso de
Polonia (59º, -1), donde los periodistas del diario
Gazeta Wyborcza podrían ser condenados a penas de prisión por haber cuestionado a un dirigente político implicado en un polémico caso de construcción. Asimismo, en
Bulgaria (111º) la policía detuvo a dos periodistas independientes cuando investigaban el desvío de fondos europeos. Además de las presiones judiciales, los periodistas de investigación se enfrentan a múltiples tipos de intimidaciones cuando su trabajo saca a la luz irregularidades o casos de malversación. En
Serbia (90º, -14) incendiaron la casa de un reportero. En otros países, como
Malta, Eslovaquia (35º, -8),
México (144º, +3) y
Ghana (27º, -4), los periodistas son asesinados a sangre fría.La persecución de los periodistas que molestan a los gobiernos parece que ya no tiene límites. El sórdido asesinato del columnista saudí
Jamal Khashoggi, cometido en el consulado saudí en Estambul (Turquía), en octubre de 2018, envió un escalofriante mensaje a los periodistas más allá de las fronteras de
Arabia Saudí (172º, -3). Por miedo a ser asesinados, muchos periodistas de la región se autocensuran o, simplemente, dejan de escribir.
Gran deterioro en regiones que antes gozaban de una buena situación
En lo que respecta a la puntuación regional, este año la zona que registra el mayor deterioro es
América del Norte y
del Sur (+3,6%). Este mal resultado no solo se debe al pésimo desempeño de
Estados Unidos, Brasil y
Venezuela.
Nicaragua (114º) pierde 24 puestos, uno de los descensos más significativos de 2019. Los periodistas nicaragüenses que cubren las manifestaciones contra el gobierno de Daniel Ortega –considerados opositores– sufren agresiones a menudo. Muchos de ellos se han visto obligados a exiliarse para evitar la cárcel y las acusaciones de terrorismo. En este continente también se encuentra uno de los países más mortíferos para la prensa:
México, donde al menos diez periodistas fueron asesinados en 2018. La llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia ha calmado un poco las tensiones entre el gobierno y la prensa mexicana, pero la violencia continúa y los asesinatos de periodistas permanecen en la impunidad, por lo que en marzo de 2019 RSF recurrió a la Corte Penal Internacional (CPI).El segundo mayor deterioro se registra en la zona de
la Unión Europea y los Balcanes (+1,7%). Esta región sigue siendo, en principio, la más segura, y aquella en la que más se respeta la libertad de prensa. Sin embargo, ahora los periodistas deben enfrentarse a las peores amenazas: asesinatos en
Malta, Eslovaquia y
Bulgaria (111º); agresiones verbales y físicas en
Serbia y
Montenegro (104º, -1), o un grado de violencia sin precedentes en las manifestaciones de los “chalecos amarillos” en
Francia (32º, +1), hasta el punto de que muchos equipos de televisión ya no se atreven a mostrar el logotipo de sus medios de comunicación ni a cubrir las protestas si no van acompañados de escoltas. La estigmatización de los periodistas se expresa ahora sin complejos: en
Hungría (87º, -14), los dirigentes de la Unión Cívica Húngara (Fidesz) –partido del primer ministro, Víktor Orbán– se niegan a responder a las preguntas de los periodistas que no trabajan para medios de comunicación considerados “amigos de Fidesz”. En
Polonia, los medios de comunicación públicos se han transformado en instrumentos de propaganda con los que se presiona a los periodistas, a veces con intensidad.Aunque este año se registra un deterioro menor en el índice regional de
Oriente Medio y
África del Norte, esta sigue siendo la zona donde es más difícil y peligroso ejercer la profesión periodística. Aunque en 2018 se redujo un poco el número de periodistas asesinados en
Siria (174º, +3), este país, al igual que
Yemen (168º, -1), sigue siendo muy peligroso para la prensa. A las guerras y las crisis profundas, como las que se viven en
Libia (162º), se suma otro gran peligro: la detención arbitraria y el encarcelamiento.
Irán (170º, -6) es una de las mayores cárceles de periodistas del mundo. También en
Arabia Saudí, Egipto (163º, -2) y
Bahréin (167º, -1) decenas de reporteros se encuentran entre rejas, en ocasiones, sin siquiera haber sido juzgados. En
Marruecos (135º) tienen lugar procesos penales interminables. En medio de este sombrío panorama,
Túnez es una excepción (72º, +25) y las agresiones a la prensa han disminuido de forma notable en el país.