Hace ahora un año, el cabecilla de la trama Gürtel,Francisco Correa, se sentó en el banquillo de los acusados durante el juicio que se celebraba en la Audiencia Nacional sobre los presuntos contratos irregulares adjudicados a sus empresas durante la visita del papa a Valencia en 2006. En aquella histórica comparecencia, Correa declaró que su dinero en Suiza se lo gestionaba Arturo Fasana, un conocido intermediario helvético que también llevaba las cuentas del rey emérito. Según el cerebro de la red Gürtel, Fasana colocó sus fondos en negro en una cuenta abierta en la entidad helvética Credit Suisse bajo el nombre de “Soleado”, la misma en la que, según le confesó su gestor financiero suizo, guardaban sus fortunas algunos grandes de España, entre ellos Juan Carlos I. “Que dé Fasana las cuentas de todas las grandes fortunas españolas que están en la misma cuenta que la mía; gente muy importante, que está todos los días en la televisión”, declaró Correa ante el tribunal.
Hoy el asesor Fasana está siendo investigado por el fiscal suizo Yves Bertossa como presunto testaferro del monarca español y, después de tantos años, la sombra de la misteriosa cuenta “Soleado” (ese refugio de grandes fortunas españolas evadidas al fisco en el paraíso fiscal suizo), vuelve a planear de nuevo por los pasillos de la Justicia española. En efecto, ayer mismo la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional que juzgó la primera época de actividades de la trama Gürtel (1999-2005) comunicó al Gobierno de Suiza que tanto Francisco Correa como su número dos, Pablo Crespo, el extesorero del PP, Luis Bárcenas, y el que fuera su testaferro, Iván Yáñez, han dado su autorización para que se desbloqueen sus cuentas bancarias en el país transalpino, de tal manera que puedan satisfacer la responsabilidad económica por la que fueron condenados, que asciende a más de 58 millones de euros.
La petición de la Justicia española al Gobierno y a la banca suiza viene a ejecutar la sentencia en firme dictada por el Tribunal Supremo el pasado mes de octubre sobre los primeros años de actividades de la red corrupta Gürtel, informa Europa Press. De esta manera, y siguiendo el trámite de ejecución de la sentencia, el pasado 22 de febrero se requirió a Correa, Crespo, Bárcenas y Yáñez para que dieran su consentimiento expreso en orden a poder reclamar a Suiza la repatriación de sus fondos ocultos. Además, la Audiencia Nacional solicitó también la autorización de Arturo Fasana, que habría gestionado la cuenta abierta en el banco Credit Suisse a nombre de las empresas Golden Chain y Main Business, propiedad del cabecilla de la Gürtel, Francisco Correa. Ante este requerimiento, Fasana ha contestado que no tiene ninguna objeción a la transferencia de los fondos bloqueados, pero que ya no ostenta ninguna facultad legal sobre la cuenta, puesto que cesó en 2010 como administrador de las empresas de Correa.
La cuenta “Soleado”, abierta en el banco ginebrino Credit Suisse (entidad considerada por el Senado norteamericano como un canal para la evasión de capitales a nivel mundial), salió a la luz pública tras la implicación del bróker suizo Arturo Fasana en la trama Gürtel. A fecha de hoy nadie sabe cuántos millonarios y empresarios españoles figuran en las diferentes subcuentas asociadas ni cuánto dinero hay depositado en ella, aunque se sospecha que puede albergar un auténtico emporio oculto al fisco español.
Fasana llegó a estar imputado por la Audiencia Nacional en el caso Gürtel, si bien la causa se acabó archivando para él. Sin embargo, meses más tarde, el 12 de marzo de 2020, durante el juicio por los contratos de la visita del papa a Valencia, Correa decidió tirar de la manta y volver a sacar a relucir el nombre del asesor suizo. Fue a preguntas de la defensa de uno de los 23 acusados cuando decidió hablar sobre sus cuentas en Ginebra, adonde llegó de la mano del también procesado José Ramón Blanco Balín, asesor de Orange Market –empresa de la trama Gürtel en Valencia– y ex vicepesidente de Repsol YPF.
Según declaró Correa, Blanco Balín le llevó a Ginebra y le presentó a Arturo Fasana (“que tiene un despacho que lleva grandes fortunas españolas”) y a Dante Canonica, otro gestor de cuentas en el país helvético relacionado con clientes españoles. Correa reconoció que él entonces ya tenía dinero en Suiza y en Mónaco, —“obviamente dinero que no estaba declarado en España”— y que le abrieron una cuenta en el Credit Suisse, la entidad que gestionaba la misteriosa cuenta “Soleado”.
Según el relato de Correa, los gestores le pidieron que no hiciera preguntas, pero le explicaron que sus fondos iban a pasar por la citada cuenta, “que es donde están pasando las grandes fortunas del país, incluida las del rey de España”, en referencia a Juan Carlos I.
Cuando Correa se disponía a seguir aportando datos, el presidente del tribunal que enjuiciaba los contratos por la visita del papa a Valencia frenó en seco su declaración para pedirle que no hiciera referencias al anterior jefe del Estado ni a otras personas que no pudieran defenderse al no estar presentes en el juicio. Entonces el cerebro de la Gürtel dio la razón al magistrado, no sin antes decir que si no había hablado antes era porque tenía “miedo”. “Es tan sencillo como detenerle y decirle dé usted todas las cuentas de todas las personas”, dijo Correa sobre el gestor Fasana. Además, el cerebro de la Gürtel confesó que le entraban “ganas de llorar” cuando, desde su celda en la prisión, escuchó aquel discurso de Nochebuena en el que el rey emérito recordó a los españoles que “la Justicia es igual para todos”. “Ese señor que está en la misma cuenta que yo y tiene el doble de dinero que yo está en libertad; la justicia no es igual para todo el mundo”, ironizó Correa.