El narrador paraguayo radicado en Madrid Robertti Gamarra publica ‘Secreta voluntad de morir” (Huso editorial, 2025), una novela en donde la memoria y la imaginación se defienden a través de Celso, un niño de 10 años cuya mirada proyecta la realidad de un país anclado en una dictadura.
¿Cuál es la secreta voluntad de morir?
La secreta voluntad de morir es comprometerse con situaciones donde no se ve el peligro, pero, sin embargo, es tan real que, sin saberlo o sin querer, uno pone en riesgo su propia vida. Para mí, la secreta voluntad de morir no es otra cosa que perseguir aquello que deseas sin ser consciente de que puedes acabar no llegando al objetivo y pagando el atrevimiento con la propia vida.
Celso, un niño de 10 años, se convierte en la memoria de la novela.
En cualquier situación social complicada, la capacidad de los niños para sortear las dificultades suele quedar minimizada por diferentes razones, en especial por la baja o nula valoración que se hace del papel que juegan los niños en las situaciones comprometidas. En este caso, Celso parece un solitario, que habla solo, que vive sin el cariño que él desearía, lo que puede llevar a interpretar su papel como una presencia pasiva en la sociedad que relata la novela. Sin embargo, todo lo que ocurre a su alrededor está relacionado con él. Desde el compromiso de su tío hasta la toma de decisión del militar que determina el devenir de los acontecimientos. Por lo tanto, sí, Celso es el eje de toda la historia del libro.
¿Qué cambia en la vida de un niño que crece en una dictadura?
Cambian muchas cosas. No obstante, siempre depende de cómo se mire esa realidad. En el caso de Celso, parece que no cambia nada, porque él ya nace en el transcurso de una dictadura que ha modificado toda la sociedad paraguaya. Y, además, no sería justo sacarle de ese contexto; quiero decir, no estaría bien valorar sus acciones o su vida pensando en los niños de hoy en día, que no tienen nada que ver con aquellos, porque aquellos son aquellos y estos son estos. Si la pregunta es: ¿los niños habrían sido diferentes en otras circunstancias? Pues, seguramente que sí. Sin embargo, Celso vive la realidad que le ha tocado de la mejor forma posible, y sobrevive a las adversidades con sus propias armas, no hay otra forma de enfrentarse a su propia realidad.
“Secreta voluntad de morir no es otra cosa que perseguir aquello que deseas sin ser consciente de que puedes acabar no llegando al objetivo y pagando el atrevimiento con la propia vida”
¿La dictadura militar de Paraguay como desencadenante de vidas estancadas?
La dictadura lo cambia todo, siempre. Y quizá lo más llamativo sea que obliga a encarar la vida de otra manera, partiendo de algo básico como es sobrevivir. La gente lucha por sobrevivir a la pobreza, a las restricciones, a la inseguridad, al peligro, etc. Y, naturalmente, en un escenario de ese nivel casi no queda lugar para plantearse otras cosas, como formarse adecuadamente, explorar otras posibilidades, o convertirse en un elemento profesionalmente útil a sociedad donde se vive. Por lo tanto, una dictadura siempre impide que la sociedad avance como otras que se desarrollan libremente; pero si se pone el foco en la misma sociedad maniatada por la dictadura, diría que no es el desencadenante de vidas estancadas. Me explico: la gente avanza, a su manera, a su ritmo, hasta que al final consigue la libertad, y la fisionomía de la sociedad que construye quizá difiera un poco de lo que quisiéramos desde fuera, pero no es mejor ni peor, sino local.
¿Qué hay de usted en esta novela?
Esta es una discusión que suele aflorar a menudo. Y la respuesta es sencilla: todo. Para mí, es imposible escribir una novela como esta sin aportar parte de la experiencia de uno mismo, porque es la esencia que hace verosímil lo que uno cuenta. Incluso si escribiese una novela de ciencia ficción, estoy convencido que aportaría elementos de mi propia experiencia para que cuando el libro llegue al lector, este lo sienta, lo viva, lo valore como algo verosímil. Por lo tanto, no miento si digo que como autor formo parte del libro, es decir hay cientos de situaciones, eventos que son míos, que me ocurrieron a mí o que me han prestado gente a la que conozco o que me llegaron a través de referencias para, finalmente, conformar una historia verosímil, atractiva y entretenida.
¿De qué manera considera que se podría sentir identificado un lector que ha vivido sin conocer siquiera los rastros de una dictadura?
Debo aclarar que la intención de la novela no es convertirse en un manual de historia. Quiero decir, el lector no la puede utilizar para configurar su razonamiento sobre los acontecimientos que recoge el libro, porque no es ni pretende ser una novela histórica. Ahora bien, a partir de los rasgos que repasa la historia, se puede uno dar cuenta cómo era la vida de las personas normales durante la dictadura en Paraguay. Por lo que creo que el lector puede encontrar afinidad con la familia de Celso, que a pesar de los sobresaltos enseñan cómo ir superando los problemas sin romper el lazo familiar.
¿La democracia actual está en peligro?
Mira, ocurren tantas cosas increíbles alrededor del mundo que, al menos a mí, me resulta difícil hablar de democracia actual sin acordarme de los miles o millones de personas que sufren para garantizarnos la libertad de la que tanto disfrutamos en ciertos lugares del mundo, como puede ser Europa. Creo que actualmente, en los ejes centrales de nuestra sociedad global, prevalece más la dictadura que la democracia. Sufrimos dictaduras económicas, en algunos sitios, militares, la dictadura de las diferencias sociales, de la falta de derechos, de la lucha de género, etc. ¿Qué si la democracia actual está en conflicto? Creo que el gran déficit de la sociedad actual es su falta de definición de su propia personalidad. A pesar de los grandes avances sociales, o como civilización, resulta difícil definir con exactitud qué es la democracia y qué no, al menos si no somos tan hipócritas y solo miramos lo estrictamente nuestro, lo local, y dejamos de lado al resto del mundo que sufre.
Cuando tienes una idea, ¿la imagen es lo primero que se le viene a la mente antes que la palabra?
Lo cierto es que me gusta esta pregunta, porque a la hora de escribir siempre me surgen primero las imágenes, las escenas, la gente y luego ya voy decidiendo cómo transforma ese flujo de ideas o vivencias en un texto. Siempre es así, realmente lo que más me gusta es recopilar hechos, eventos y luego transformarlos en historia. No soy capaz de empezar a escribir sin haber recorrido antes los hechos del que estoy hablando.
¿Qué libros le apasionan como lector?
Es difícil es escoger un solo libro, quizá sería mejor decir que, últimamente, leo mucho a autores japoneses, también me gusta la literatura nórdica, y la latinoamericana, claro. Si tuviera que recomendar un libro diría que El cuento de Genji, de Murasaki Shikibu.
