“La melancolía es una enfermedad que arrasa a Occidente”

Damián Patón aborda en su nuevo trabajo, Soberbios y melancólicos, una intensa introspección del alma humana ante los grandes retos cotidianos de la existencia

Eduardo Maestre
26 de Enero de 2025
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“La melancolía es una enfermedad que arrasa a Occidente”

El escritor catalán presenta lo que, hasta la fecha, podría ser su obra cumbre: Soberbios y melancólicos (Huso Editorial, 2025), una novela contundente, profunda como pocas en la actualidad. Una obra que parece un viaje al fondo de la existencia humana y que se nos presenta como un espejo de nuestra cotidianidad. Un autor que dice que le incomoda la realidad del mundo actual, “toda esa masa de gente yendo arriba y abajo, sin mirarse a la cara”. Patón presentará su nuevo libro el próximo 22 de febrero, a las 18:30 horas en la librería Documenta de Barcelona.

¿Quiénes son los Soberbios y melancólicos?

Todos partimos de esa base. Todos tenemos nuestra parte de soberbia y zonas de melancolía. Pero en especial la soberbia es ejercida, en su mayoría, por los poderosos y por quienes con una pizca de poder e influencia se creen con todo el derecho de humillar al otro. Todo eso podemos verlo en el mundo laboral. En la amistad. En las relaciones familiares. La melancolía es una enfermedad que arrasa a Occidente: la pérdida en muchas ocasiones de lo que pudo haber sido y no fue. Mucha gente olvida que tanta soberbia melancoliza, es peor que la muerte. Al final, todos vamos al mismo sitio: la muerte depura. Todos vamos a morir.

¿Estaría Damián Patón en alguna de esas categorías?

Definitivamente, sí. En especial la de los melancólicos, pero como la inmensa mayoría, hasta los humillados no carecen de su parte de soberbia. Soy melancólico, por defecto y por introspección.

¿El ambiente nos vuelve de una u otra manera o esa condición viene de fábrica?

El ambiente en las grandes ciudades perpetúa la soledad, la tensión, la hostilidad. El aislamiento. Los recuerdos de una juventud, de una vida, de cualquier momento en que ciertas hechos y actitudes no nos afectaban, hasta que el paso del tiempo, los cambios bruscos, la degeneración de las ciudades, la tecnología no tiene alma, ni sensibilidad; obvian los sentimientos, las emociones, la espiritualidad. Se quieren soberbios y melancólicos como una casta, para así generar la apatía, no rebelarse. Las relaciones humanas, depauperadas, no ofrecen el valor del diálogo. De la comunicación. Muchos nacen con tendencia optimista. Otros son más fatalistas, pero en resumidas cuentas es la educación, el ambiente, quien aporta grandes dosis de soberbia y melancolía. Ay, de quien le ha ido todo bien y nunca ha perdido. Ay, de quien creyéndose amparado por gente poderosa olvida su lado humano y se cree con derecho a pisotear. Al final, tendrás la soledad y el miedo… el miedo a no tener poder.

“Todos tenemos nuestra parte de soberbia y zonas de melancolía. Pero en especial la soberbia es ejercida, en su mayoría, por los poderosos y por quienes con una pizca de poder e influencia se creen con todo el derecho de humillar al otro”

¿Es una novela contestataria?

Definitivamente no. Es una novela de intimidad. Una novela que escucha las voces del interior, de las vidas y circunstancias de todos nosotros, con nuestro afán del día. La epopeya de los hechos comunes.

¿Te incomoda la realidad del mundo actual?

Totalmente. Toda esa masa de gente yendo arriba y abajo, sin mirarse a la cara. Todas esas multitudes de personas –sí, personas–, que se entrechocan, vapulean para tener un poco de espacio, en el metro, en las calles. La aséptica conminación tecnológica, a través de las redes sociales. Todo eso de no hablar con el otro y escudarnos en el WhatsApp o lo que sea. La muerte de lo espontáneo… La empatía negativa. Hemos llegado a la Luna. Ansiamos llegar a Marte, pero la sociedad sigue siendo la misma: con sus odios y rencores. Dicen que la Inteligencia Artificial, tergiversaciones que se utilizan mucho para intereses partidistas, nos superará y nos dominará. Como dijo un director de cine iraní, sobre la situación actual en Irán: Parece ser que la sociedad ha cambiado, pero Dios no. Pues algo así sucede con la especie humana… Parece ser que seguimos con las mismas locuras de siempre, pero que nuestra creatura tecnológica, va a cuidarnos y vapulearnos, como los hijos mayores a los padres ancianos y seniles.

¿Qué cambia la literatura?

La literatura cambia la mirada. Aporta otras miradas. Para bien o para mal, esa es su función. No cambia el mundo, pero implica con distintas perspectivas al lector. Los libros son la visión, el alma de personas que escriben sobre almas de personas. Historias. Necesitamos historia para no sentirnos solos. No sentirnos solos ante la tribu que pueda expulsarnos o aislarnos. Recordad que las palabras de los libros sagrados se han interpretado para mal siempre. Una novela es distinta. No es un libro sagrado, claro, pero su historia puede ser sagrada para una serie de individuos, como ocurre con el Quijote, El guardián entre el centeno, Guerra y paz, La Regenta, etcétera.

Si no fueras escritor, ¿podrías manejar mejor o peor la melancolía?

Imagino que de otras formas. Siendo escritor y lector, a veces la melancolía me acompaña como un perro fiel pero importuno, parafraseando a Miguel Hernández. La melancolía siempre es ese perro fiel, pero importuno, que te recuerda todo lo que perdiste o fue demasiado bello y hermoso y no volverá a ser. O lo asumes o te asume.

¿Qué es lo que más te gusta del mundo literario?

Los libros. Es lo que más me gusta del mundo literario. Son muy bonitos los libros y las historias que cuentan todos esos escritores. Historias llenas de sensibilidad y emoción. Es maravilloso. Los libros… Lo demás es la especie humana. ¿No os parece?

¿Y lo que menos?

Como he dicho, me gustan mucho los libros del mundo literario. Lo que menos: las contraportadas. Incluso las fotos en las que uno sale feísimo –a lo mejor lo soy– y la especie humana, que habita ese mundo, en ocasiones, yo incluido. Tanta sensibilidad en las palabras y tanta soberbia en los hechos. Soberbios y melancólicos. Es la buena gente la que hace el mundo más soportable. Los escritores, los artistas en general no se diferencian de los banqueros en ocasiones. El día 22 de febrero, se presenta Soberbios y melancólicos, en la Librería Documenta, en Barcelona, a las 18:30 horas tendremos más tiempo para contaros muchas más cosas. Gracias.

Soberbios y melancólicos
Soberbios y melancólicos

Damián Patón

Huso Editorial

148 páginas

18 €

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