Concepción Hernández (Alicante, 1971) es escritora, psicóloga y matrona. Su nuevo libro, ¡Confía y suelta! Vol. 3 (Star Sale Editores, 2024), se suma a una extensa obra compuesta por libros de frases y novelas. En esta entrevista la autora cuenta detalles de su trabajo como matrona y qué significa serlo en nuestro siglo; también comparte testimonios de personas que han vuelto a conseguir significado a sus vidas gracias a sus talleres. Fija posición sobre el ruido que domina nuestras sociedades y la forma como el individuo se ha vuelto un monologuista que no presta atención al otro, porque “no sólo ignoramos a los demás, también ignoramos a nuestra propia voz interior, esa que se ha llamado voz de la conciencia”.
Eres novelista, pero también escritora de frases para la vida cotidiana. ¿Qué diferencias encuentras en ambas formas de libros?
Las novelas, a diferencia de lo que ocurre con los libros de frases, no sólo están pensadas para personas interesadas en el mundo del crecimiento personal. Sus tramas pueden captar la atención de lectores que todavía no han explorado el camino del autoconocimiento y ofrecerles una oportunidad para familiarizarse con este tipo de mensajes. Además, pudiera parecer que escribir una novela, con toda su complejidad, requiere más tiempo que escribir un libro de frases, pero no es así. Lo que denomino frases cortas son reflexiones espontáneas que se expresan como aforismos y surgen inspiradas por la vida cotidiana. Me limito a recopilarlas en el cuaderno que siempre va conmigo y cuando tengo un número suficiente las comparto, lo cual suele tomarme varios años. Otra característica que diferencia un tipo de obra de otro es la ventaja añadida que presentan los libros de frases frente a la novela, y es que son breves y fáciles de leer, lo que los hace perfectos para aquellos que tienen poco tiempo para sí mismos y están interesados en el autoconocimiento y el crecimiento personal.
¿Y de qué trata ¡Confía y suelta! Vol.3?
Está compuesto por cerca de 90 frases que pretenden motivar, inspirar y consolar, ofreciendo al lector una sensación de abrazo. No requiere leerse según el orden establecido y bien puede ser un magnífico compañero para tenerlo en la mesita de noche, ideal para ser leído al despertar o mejor aún, antes de dormir, permitiendo al subconsciente trabajar con ideas positivas mientras se descansa. Entre los temas tratados en este volumen se encuentra la rendición, porque rendirse a lo que ya es, es decir, aceptar la realidad, es el primer paso para dejar de sufrir; la libertad, que reside en nuestra capacidad para elegir y que derrochamos y entregamos a los demás cada vez que reaccionamos y no tomamos decisiones conscientes; la atención plena, y su importancia, porque sólo podemos tomar esas decisiones estando presentes, aquí y ahora. También trata de la creación, debemos asumir y aceptar que somos creaciones, pero también creadores, y que esto implica una enorme responsabilidad. Otros temas incluyen el silencio como espacio seguro y lugar de encuentro con uno mismo; el amor, como fuerza que conecta; las llaves maestras que abren la puerta a todo lo que deseamos y son: el amor, el perdón y la gratitud. Y finalmente, explora el renacer.
“Cada vez nos cuesta más escuchar a los demás. No valoramos lo que nos dicen, lo único que parece importante es lo que nosotros queremos expresar, porque sentimos la necesidad de defender nuestras ideas”
¿Cómo es una matrona en el siglo XXI?
Ser matrona es una profesión vocacional y totalmente atemporal. Acompañamos y cuidamos a las mujeres gestantes y sus bebés a lo largo del embarazo, parto y posparto. Como observadoras pacientes, les infundimos confianza y fuerza en un momento de su vida clave. Comencé a trabajar con 26 años y coincidía con matronas que estaban a punto de jubilarse. Me gustaba escuchar sus batallitas, ellas sí sabían lo que era estar de guardia permanente, eran llamadas a cualquier hora y se quedaban la noche si era necesario. A pesar de que hoy en día las prácticas han cambiado, seguimos formando parte de experiencias únicas que van a grabarse en la memoria de esas mujeres, y eso es un privilegio, y también una responsabilidad. Existe una excesiva medicalización en el parto, si bien la tecnología ha salvado muchas vidas, hay una tendencia creciente a realizar intervenciones innecesarias y eso plantea el desafío de equilibrar estas prácticas con el respeto a los procesos naturales del parto. Por otra parte, el entorno de trabajo suele ser muy exigente, con falta de personal y turnos maratonianos que dificultan una atención personalizada. Además, el acceso a la información que ofrece internet y la exhibición que algunas influencers hacen en redes sociales de sus procesos, consiguen que cada vez más mujeres acudan al paritorio con expectativas muy altas y demasiadas veces poco realistas. Tenemos que lidiar con la idealización del parto, las mujeres buscan la experiencia “perfecta” sin riesgos y tienen ideas preconcebidas. Nuestra función es ofrecerles información basada en la evidencia y despejar sus dudas. Tenemos el deber de poner cordura, de tratar a las madres como adultas y no dulcificar la realidad para evitar los problemas emocionales que se generan cuando se dan de bruces con el agotamiento y las expectativas no cumplidas. Cada vez nos encontramos con familias más diversas: madres solteras, parejas del mismo sexo, familias multirraciales. Para desempeñar una atención adecuada, es vital que seamos capaces de mantener una mentalidad abierta y flexible, libre de prejuicios.
¿Escribir o hablar? ¿Por qué medio sientes que tu mensaje se expresa con mayor fuerza?
Prefiero expresarme a través de la escritura porque este formato me permite borrar, ir adelante y atrás, repasar y avanzar a mi ritmo. Además, escribir me ayuda a conectarme conmigo misma y a generar un espacio de creatividad donde surgen nuevas ideas, mientras que, cuando hablo en público, sigo un guion preestablecido, dejando poco espacio a la improvisación. No obstante, cuando realizo talleres es cuando siento que mi mensaje llega más profundamente. En ese contexto, puedo adaptar el contenido que quiero transmitir a las necesidades de los asistentes de manera mucho más específica, y el feedback que recibo hace que la experiencia sea más enriquecedora para todos.
¿Y las personas te escuchan en medio de una época en donde predomina la falta de atención?
Sorprendentemente, sí. Y resulta muy gratificante. Vivimos en una época donde todo sucede rápidamente y estamos constantemente bombardeados por estímulos que capturan nuestra atención. Sin embargo, lo que somos en esencia permanece inalterable, y es a esa parte de nosotros a la que me dirijo. Esa parte está deseosa de recibir mensajes que le brinden paz y tranquilidad. Utilizo palabras sencillas y fácilmente comprensibles. Esto no es accidental, ya que mi objetivo es ir más allá de la mente, acceder a esa parte del ser más profunda, y para hacerlo es necesario que el lector no levante barreras ni se ponga a la defensiva. Por eso, mis mensajes son claros, directos y ocasionan un gran impacto emocional.
¿Nos hemos convertido en monologuistas que no atienden la voz de los otros? ¿Hay mucho ruido interior?
Cada vez nos cuesta más escuchar a los demás. No valoramos lo que nos dicen, lo único que parece importante es lo que nosotros queremos expresar, porque sentimos la necesidad de defender nuestras ideas. La mayor parte del tiempo en una conversación lo dedicamos a intentar convencer a los demás de que tenemos razón, lo que nos da una falsa sensación de control, nosotros sabemos cómo funciona el mundo, tenemos razón y los demás, no. Es ridículo. Pero no sólo ignoramos a los demás, también ignoramos a nuestra propia voz interior, esa que se ha llamado voz de la conciencia. En su lugar, nos llenamos de críticas, reproches y pensamientos negativos que afectan a nuestra autoestima. Tenemos el enemigo en casa y el silencio es crucial como espacio seguro. Nuestra mente es un lugar sagrado que debemos aprender a cuidar, limpiar y proteger. El ruido es basura que se debe eliminar porque impide que florezcan ideas hermosas.
¿Lectoras o lectores, quiénes te cuentan más el acercamiento a tu obra? ¿Alguna anécdota?
Aproximadamente el 90% de mis lectores son mujeres, y recibo numerosos mensajes sobre cómo la lectura de mis libros y la aplicación de las herramientas que ofrezco han transformado sus vidas. Estos testimonios son profundamente emocionantes y me animan a seguir creando contenidos. Recibí el agradecimiento de una joven con depresión, que encontró ayuda en Alma (y su casita de muñecos), le permitió comprender aspectos de su experiencia y lograr cambios significativos en su vida. Una pareja me escribió para decirme que habían decidido llevar a cabo juntos las actividades del Reto 365 días de vida consciente porque querían profundizar su conocimiento mutuo. Además, recuerdo emocionada la historia de una señora que compartía con su madre, enferma de Alzheimer, la lectura de Lágrimas de pan cada noche, convirtiendo ese tiempo en algo valioso para ambas. Estos testimonios dan un propósito a mi trabajo y me llenan de profunda gratitud.