El humo del tabaco dejará de ser habitual en terrazas, marquesinas y otros espacios al aire libre de uso compartido. El Consejo de Ministros ha aprobado un anteproyecto de ley que endurece las restricciones para fumadores y amplía la regulación a productos hasta ahora casi sin control, como los cigarrillos electrónicos, las shishas o los dispositivos de tabaco calentado. La medida estrella: el veto al consumo en terrazas de bares y restaurantes, una práctica que quedará en el pasado si el texto supera su tramitación parlamentaria.
La ministra de Sanidad, Mónica García, ha defendido la norma como un paso decisivo para “volver a situar a España en la vanguardia de la lucha contra el tabaco”, recordando que el país ya fue pionero en 2005, al prohibir fumar en centros de trabajo, y en 2010, al extender la restricción a bares y restaurantes.
Aprobamos el anteproyecto de ley del tabaco:
— Mónica García (@Monica_Garcia_G) September 9, 2025
Más espacios sin humo como terrazas. Regulación de nuevos productos. Más programas de prevención. Más restricciones en publicidad y redes sociales.
Espero que todos los partidos pongan la salud por encima de otros intereses. pic.twitter.com/ulY2DUi4Er
Espacios sin humo: del bar a la piscina
La nueva norma prohíbe fumar en todo tipo de terrazas, tanto de hostelería como de locales de ocio nocturno, y amplía el veto a instalaciones deportivas, piscinas de uso colectivo y recintos de espectáculos públicos, ya sean al aire libre o en interiores. También establece un perímetro de 15 metros en los accesos a edificios públicos, centros sanitarios, universidades, colegios, parques infantiles, museos y bibliotecas.
Aprobado el Anteproyecto de Ley del tabaco:
— Ministerio de Sanidad (@sanidadgob) September 9, 2025
- Ampliación de espacios sin humo.
- Regulación de productos relacionados.
- Prohibición de cigarrillos electrónicos de un solo uso.
- Limitación de publicidad, promoción y patrocinio.
- Seguimiento de políticas públicas de prevención. pic.twitter.com/pPaXpO1jhA
En los vehículos de trabajo, desde furgonetas de reparto hasta transportes con conductor, tampoco se permitirá fumar. El consumo, sin embargo, seguirá estando permitido en automóviles privados, siempre que no haya menores a bordo.
Equiparación del vapeo y fin de los desechables
Por primera vez, los cigarrillos electrónicos con o sin nicotina, las bolsitas de nicotina oral, las shishas de hierbas y los dispositivos de tabaco calentado se regulan con la misma dureza que los cigarrillos tradicionales. No se podrán usar en los mismos espacios donde está prohibido fumar y quedará vetada su venta y consumo en menores.
Además, la ley introduce un cambio con fuerte impacto ambiental: la prohibición de los dispositivos electrónicos de un solo uso. Según la ministra, no solo son “atractivos para los jóvenes”, sino que generan un volumen de residuos altamente contaminante.
En paralelo, otro Real Decreto en tramitación busca prohibir los saborizantes de vapeadores, una medida en revisión en la Unión Europea. Varios países temen que esta limitación pueda chocar con la normativa de competencia, pero España insiste en que es esencial para frenar el atractivo de estos productos entre adolescentes.
Publicidad y redes sociales, en el punto de mira
El texto extiende a los nuevos dispositivos las restricciones publicitarias ya vigentes para el tabaco convencional. Quedará prohibida cualquier forma de promoción, patrocinio o publicidad directa o indirecta en medios impresos, audiovisuales o digitales. Esto incluye conciertos, festivales, bares, discotecas y redes sociales, donde proliferaba la presencia de marcas de vapeo a través de influencers con audiencias juveniles.
Tampoco podrán ofrecerse muestras gratuitas, descuentos o regalos promocionales, salvo dentro de los estancos y siempre sin escaparates visibles. Con ello, Sanidad quiere cortar el vínculo entre la industria del vapeo y la cultura juvenil, que en los últimos años había disparado las tasas de consumo en adolescentes.
Por primera vez, prohibido fumar a menores
Uno de los cambios más llamativos es que los menores no solo tendrán prohibida la compra, como ocurría desde 2005, sino también el consumo de cigarrillos y vapeadores. Esto supone la creación de un régimen sancionador que contempla multas a adolescentes que fumen.
El catálogo de sanciones se endurece: desde 100 euros por fumar en espacios prohibidos hasta 600.000 en infracciones muy graves, como la venta de productos de un solo uso o la distribución gratuita de muestras.
Críticas: la gran ausencia del empaquetado genérico
La medida que más críticas ha generado entre expertos es la exclusión del empaquetado neutro. Este sistema, en marcha en más de veinte países, obliga a que todas las cajetillas tengan un diseño uniforme sin logotipos ni colores llamativos. Según estudios internacionales, esta estrategia reduce la atracción de nuevos consumidores y aumenta las probabilidades de abandono.
Rodrigo Córdoba, del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), considera que la decisión obedece a “las presiones de la industria y a la influencia de Hacienda, que ha priorizado la opinión de la CNMC frente a la evidencia científica”. Córdoba sostiene que hasta 80.000 personas podrían dejar de fumar en un año con esta medida.
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) también lamenta la renuncia: “El empaquetado genérico es eficaz, probado y avalado por la OMS. Retrasar su aplicación prolonga el riesgo para la salud de miles de ciudadanos”, explica su portavoz, María Isabel Cristóbal Fernández.
Una cuestión de salud pública
Sanidad recuerda que el tabaco mata a unas 50.000 personas al año en España, con una media de 140 muertes diarias. Además, el tabaquismo está detrás del 30% de los casos de cáncer y constituye la primera causa de muerte evitable en el país.
Con esta reforma, el Gobierno busca acercarse al objetivo europeo de lograr una “generación libre de tabaco en 2040”. Para ello, se creará un Observatorio para la Prevención del Tabaquismo, que elaborará informes cada dos años y marcará metas claras en la reducción del consumo.
“Nos parecerá increíble que alguna vez se fumara en terrazas, igual que hoy resulta extraño recordar cuando se fumaba dentro de los bares”, señaló Mónica García en la presentación de la norma. “La verdadera libertad es respirar un aire limpio, vivir más y mejor”.
Un debate que llega al Congreso
El anteproyecto inicia ahora un recorrido parlamentario que puede alargarse meses. No tiene asegurada la mayoría absoluta, y las tensiones políticas dentro del propio Gobierno ya han dejado huella con la caída del empaquetado neutro. La ministra confía en que la norma logre el mismo consenso social que existe en la calle: “Se trata de defender el derecho a la salud”.
El desenlace dependerá de las negociaciones, pero lo cierto es que España vuelve a situarse en el debate internacional sobre las políticas antitabaco. Una nueva ley que, de salir adelante, cambiará hábitos muy arraigados y reabrirá una vieja discusión: ¿hasta dónde debe llegar el Estado para proteger la salud pública frente a los intereses de la industria y la libertad individual de fumar?