La caza menor en España sigue siendo un gran filón económico, en ella, se utilizan galgos por su gran capacidad visual y rapidez, muchos de estos canes de edades superiores a cuatro años son abandonados a su suerte al ser considerados poco válidos.Este tipo de prácticas se realizan en terrenos tan áridos que terminan dejando a los galgos deshidratados, casi moribundos y con heridas de gran magnitud en las patas, los jóvenes se recuperan para una temporada más mientras que los adultos son inhumanamente desechados. Desde asociaciones como SOS galgos se confirma que “son tirados en las cunetas y pozos, arrastrados con coches o incluso ahorcados”, afirma Carmen Urbano, presidenta de dicha asociación para el documental
febrero, el miedo de los galgos. Un problema en muchas ocasiones ignorado es el furtivismo y el robo de estas razas. “Son los galgos robados los que habitualmente son abandonados y maltratados por los delincuentes que los sustraen, provocando que el colectivo galguero, dueño legítimo de los animales y el mayor garante de su bienestar, sea injustamente señalado por parte de la opinión pública, ignorante de lo que realmente ocurre” observa Isabel Martín desde la protectora Huellas.Según la Guardia Civil, “Más del 50% de los perros robados en España son galgos, lo hacen mafias especializadas que los venden a otras personas sin escrúpulos. Los que no son comprados los matan” aseguran.
Son animales tristemente nacidos para sufrir, animales de usar y tirar
De padres a hijos
Nos encontramos ante un problema hereditario, una tradición que pasa de padres a hijos para nunca erradicarse. Un problema que reside en la educación y ese `arte´ tan nuestro de hacer daño a otros seres vivos para complacer nuestro gran ego de especie superior.Son animales tristemente nacidos para sufrir, el galgo es una de las especies más maltratadas y usadas. Aun así, tienen la capacidad innata de rehabilitarse para, en el mejor de los casos, comenzar una nueva vida y esperar una segunda oportunidad.
Legislación y Soluciones
Queda establecido en el Código Penal, en su artículo 337, que se castigará cualquier tipo de maltrato o abuso animal, sin embargo, las penas privativas de libertad y los porcentajes económicos a pagar son ínfimos. La legislación resulta demasiado permisiva ante tal desoladora situación de desprotección.
“Son los galgos robados los que habitualmente son abandonados y maltratados por los delincuentes que los sustraen” Isabel Martín de la protectora Huellas
“La voluntad política, y en consecuencia la puesta en práctica de disposiciones legales, es decisiva para disminuir el abandono de los galgos” comentan desde la protectora Huellas.Acabar con la cría indiscriminada de galgos es, sin duda, una prioridad para finalizar el abandono extremo de estas razas, al igual que controlar mediante elementos localizadores, tanto al perro como al dueño, para dar razón a ese supuesto desconocimiento de los delincuentes.
Correr en libertad
Indudablemente, a un galgo le hace feliz correr, pero correr de otra manera, correr por correr y no por ganar ni por complacer, correr sin miedo a las represalias, sin miedo a dejar de valer, sin miedo a no volver a correr.
