La conocida como ley rider entró ayer en vigor en toda España. Pero las empresas que deberían verse afectadas y adaptar su modelo de negocio a la regulación laboral vigente no parecen tomárselo demasiado en serio. Más aún cuando ven que parte de los repartidores a domicilio prefiere dejar las cosas tal y como están.
Triquiñuelas
Con la entrada de la nueva ley, las plataformas que controlan el reparto a domicilio están obligadas a contratar a los repartidores que trabajan para ellos. La ley permite una moratoria de 90 días para que las empresas regularicen a sus trabajadores. Aunque las empresas líderes del sector se están valiendo de triquiñuelas para poder continuar infringiendo la ley.
Cambio de condiciones
La plataforma Glovo contratará únicamente a un 20% de sus repartidores. El resto continuarán como autónomos cambiando algunas condiciones en su relación con la empresa. Según la empresa el propósito es que se conviertan en autónomos reales y que como tales puedan disponer de libre conexión o decisión sobre el precio de su trabajo.
Subcontratas
El otro gigante del reparto a domicilio: Uber Eats renunciará a mantener a sus trabajadores como autónomos y los subcontratará mediante empresas de logística como Closer o Deelivers. Aunque la ley les obliga a contratar sus repartidores e indemnizarlos, Deliveroo ya anunció antes de la entrada en vigor de la normativa que abandonará el mercado español.