Jane Fonda es el claro exponente de la Economía del Envejecimiento, con su filosofía de que el poder, el talento y el dinero está en los senior.Destinada al estrellato desde que nació. Con un padre de la talla de Henry Fonda, y siendo descendiente de Jane Seymour (la tercera esposa del rey inglés Enrique VIII), esta mítica actriz se consagró, primero como joven promesa de Hollywood, después, como actriz mimada de la Nouvelle Vague francesa, y más tarde, como activista rebelde por los derechos civiles.A pesar de haberse criado en una familia adinerada, Jane nunca tuvo lo que más ansiaba: el amor de sus padres. Su madre murió siendo ella muy joven y su padre, debido a su trabajo como actor, no pasaba demasiado tiempo en casa. Eso le llevó a pasar parte de su juventud en un internado, en el que comenzó a sufrir problemas de anorexia y bulimia, explica la plataforma Siempre Joven.Este desorden se incrementó con el paso de los años y su ascenso a la fama: sus desengaños amorosos, presiones, problemas internos y continuas críticas por su actitud empoderada no ayudaron mucho a la desaparición de su anormal conducta alimentaria.No fue hasta casi los 40 años cuando consiguió hacer frente a esa dura batalla, gracias a, nada más y nada menos, que el aerobic. El deporte consiguió que se sintiera mejor con ella misma y abandonara hábitos nocivos.
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