La ONU se encarga de la seguridad en la Cumbre del Clima

09 de Diciembre de 2019
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onu
No piense el lector que se encuentra ante una crónica política o militar. No.Simplemente pretendemos reflejar algunas sensaciones “peculiares” que se experimentan al traspasar los umbrales de la Conferencia Mundial del Clima que se celebra estos días en Madrid. Como el hecho de que dentro de las instalaciones no se vean policías nacionales o guardias civiles encargados de la seguridad, sino personal de Naciones Unidas.A diario los periodistas acuden a la COP25 para informar a sus lectores, única manera de tomar el pulso a lo que realmente sucede puertas adentro, no sin antes haber sufrido, como es normal, los rigores de la seguridad, como son los controles, escáneres y entregas de acreditaciones antes de cumplir con la tarea de cubrir las charlas y conferencias.Para empezar, el idioma dominante es el inglés, como si realmente nos encontráramos entre las calles 39 y 48 y primera y segunda avenidas de Nueva York. La única posibilidad de “practicar” el español está entre nacionales, cuando el “staff cervantino” −por cierto, siempre atentos sus componentes−, recaba alguna información complementaria.Al acceder propiamente a las instalaciones de COP25, perfectamente indicadas sus salas de conferencias, es como si entráramos en la propia sede de Naciones Unidas neoyorquina, con su mismísimo Cuerpo de Seguridad ONU, todos con sus uniformes azulados y de distintas nacionalidades.Desde que se pisa el umbral de acceso no existe un solo lugar donde no haya agentes u oficiales vigilando con abundantes equipos de seguridad cualquier movimiento de las miles de personas que transitan por las distintas zonas de trabajo de la llamada Zona Azul, con esa impronta tan característica de los estadounidenses.Tienen siempre como misión el orden, la guarda y custodia del personal e instalaciones a su cargo en eventos de responsabilidad directa de Naciones Unidas. Vigilan igualmente los accesos a las propias salas donde se imparten las conferencias y a las que, una vez transcurrido un tiempo desde su inicio, no se permite la entrada.Sus miembros trabajan con discreción, cortesía, distanciamiento y profesionalidad, como puede comprobar el periodista cuando se ha dirigido a ellos solicitando ayuda para localizar un “staff” o recabar datos para la elaboración de algún reportaje.Estamos ante un hecho histórico, uno más de esta Cumbre del Clima, ya que se trata de la primera vez que España acoge al Cuerpo de Seguridad de la ONU en un evento oficial “intramuros” desde 1945. Eso sí, fuera, en el exterior, contamos con el despliegue de nuestras fuerzas de seguridad del Estado, que de puertas para afuera nos protegen de eventuales peligros y amenazas.
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