Las derechas españolas enmudecen y se ponen de perfil en la imparable ola feminista del ‘Se acabó’ a nivel mundial

28 de Agosto de 2023
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El caso Rubiales ha sido una inmejorable oportunidad para que las distintas formaciones políticas escenifiquen su compromiso y lucha por una igualdad real y contra todo tipo de violencias sobre la mujer. Las derechas de este país, PP y Vox, han desaprovechado una ocasión de oro para posicionarse claramente y han optado por colocarse de perfil en la foto en el mejor de los casos, imperando el silencio sobre todo. En plena ola del ‘Me Too’ español impulsado por el plante de las jugadoras de la selección española de fútbol, flamantes campeonas del mundo, tras la agresión machista del ya ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales a la jugadora Jenni Hermoso, el PP y Vox han ido de la mano en esta polémica, tanto en sus silencios cómplices como en sus tibias declaraciones de condena, cuando las ha habido, ya que la ultraderecha ha optado directamente por situarse del lado del discurso machista y negacionista de las violencias ejercidas sobre la mujer.

Tampoco el PP ha ido muy lejos de esta postura de sus compañeros de viaje de Vox. El silencio ha sido la más palpable declaración oficial de los populares en esta crisis del máximo órgano de representación del fútbol español. Incluso el caso más llamativo lo ha protagonizado su propio líder, que sólo ha hablado vía Twitter para hacer alusión de pasada al caso de la agresión machista sufrida por Jenni Hermoso.

Más allá de criticar explícitamente el comportamiento de Luis Rubiales durante el acto de entrega de medallas y sus posteriores intervenciones negacionistas y exculpatorias, Alberto Núñez Feijóo optó por manipular el caso de un condenado por agresión sexual beneficiado en dos meses por la ley del solo sí es sí que ha vuelto a delinquir dos meses después de cumplida su pena. Al margen de esto, ni una sola frase explícita de condena a Rubiales y su discurso del “falso feminismo” pronunciado entre aplausos en la Asamblea Extraordinaria de la RFEF del pasado viernes.

El caso de la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, es también aclaratorio en este sentido. El pasado 20 de agosto felicitó efusivamente a las jugadoras de la selección española de fútbol por el histórico triunfo logrado en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda. A partir de ahí, en una semana donde explotó el caso de Rubiales hasta ser apartado de su cargo de forma temporal por la FIFA, Gamarra ha optado por el silencio y no ha expresado ni una palabra de condena de los hechos que han trascendido a todo el planeta en una ola de solidaridad histórica con las jugadoras de la selección española. Tampoco ha mostrado el más mínimo apoyo a la jugadora Jenni Hermoso y a sus compañeras. Eso sí, no ha desaprovechado la oportunidad, al igual que hiciera el líder del PP, de hacer mención del caso del condenado por delito sexual beneficiado por la ley del solo sí es sí.

El PP y Vox han ido de la mano tanto en sus silencios cómplices como en sus tibias declaraciones de condena, cuando las ha habido, ya que la ultraderecha ha optado directamente por situarse del lado del discurso negacionista

Ayuso y su largo silencio

En la misma línea se ha pronunciado la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que tras guardar completo silencio durante la semana de vorágine informativa en torno a este caso del ‘Se acabó’ ha decidido publicar un tuit este domingo por la noche, una semana después del beso no consentido de Rubiales a Jenni Hermoso, donde se limita a tildar de “impresentable” el “comportamiento” del ya ex presidente de la Federación de Fútbol por los graves hechos de esta semana y en ningún caso muestra su apoyo a Jenni Hermoso y al resto de las campeonas del mundo, que se han plantado y no volverá a la selección hasta que no cambien las cosas y se produzcan “cambios estructurales” en la RFEF.

La política del silencio o de la condena sotto voce o de perfil emprendida por el PP en el caso Rubiales va completamente pareja a la de la extrema derecha de Vox, su ya compañero de viaje incondicional en el próximo debate de investidura de septiembre, que se augura fallido tras no conseguir los respaldos necesarios para obtener la mayoría parlamentaria.

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