Cada vez que hay una crisis, ahí están ellos. Esperan,esperan, con toda la paciencia del mundo, pero cuando la presa está en lasúltimas se lanzan en bandadas contra ella. Los buitres, el animal, es torpe ypor eso le cuesta cazar, pero ante un cadáver no tiene piedad. Eso es lo quehacen los fondos internacionales cuando hay una crisis. No tienen prisa y selanzan sobre los restos de las familias que luchan por sobrevivir y mantener suúltimo refugio: sus casas.
Lo hicieron durante las crisis de 2008 y 2012, incluso, conel buen hacer del hijo del expresidente José María Aznar, adquirieron a preciode costo las promociones inmobiliarias de las administraciones públicasgobernadas por el Partido Popular que, en teoría, estaban destinadas a lasfamilias con menos recursos, a las que no se pudieron permitir, ni siquieradurante la burbuja, la compra de una vivienda en el mercado libre.
Ahora, en plena crisis del Covid19 están volviendo a intentararrebatar sus viviendas a familias de la clase trabajadora. En la localidad madrileñade Torrejón de Ardoz más de 50 familias están sufriendo las consecuencias de lavoracidad especulativa del fondo buitre BlackStone. Tal y como afirmó ladiputada regional Carolina Alonso a Diario16, «es preocupante el lamentablepapel que están jugando los fondos buitre en toda esta crisis. BlackStone, porejemplo, está aprovechando el confinamiento del Estado de Alarma para prepararuna macro demanda contra sus inquilinos y desahuciarlos».
¿Qué está ocurriendo en Torrejón? El pasado verano finalizóel contrato que estas familias tenían con el fondo buitre, propietario de susviviendas después de que en el año 2015 les fueran adjudicadas. El fondo buitreles subió el alquiler más del doble y, evidentemente, los arrendatarios nopueden hacer frente porque, en la gran mayoría de los casos, lo que el fondoles reclama supera los ingresos familiares. Hay casos en los que la totalidadde esos ingresos no alcanza los 1.000 euros y la cuota ha subido hasta los1.400.
Para evitar que se iniciaran los procesos de desahucio porimpago de la cuota, las familias comenzaron a pagar, vía transferencia y girospostales, la renta anterior a la finalización de los contratos. Sin embargo, elfondo buitre, aprovechando la situación generada por el confinamiento y elestado de alarma, les ha devuelto la totalidad de las cantidades abonadas paragenerar una falsa situación de impago. Todo ello con la intención de interponerdemandas de desahucio. Esta actitud vulnera el espíritu del Real Decreto delGobierno y, sobre todo, cualquier principio humano conocido…, salvo para elcapital que perdió la humanidad desde que antepuso el dinero a todo lo demás.
Lo que están haciendo los fondos buitre es, precisamente,aprovecharse del confinamiento para provocar desahucios aprovechándose de lavulnerabilidad de las personas. Exactamente lo que ya hicieron durante lacrisis de 2012 con el beneplácito de los gobiernos del Partido Popular.
No es ninguna casualidad, además, que la devolución de lascuotas abonadas por los inquilinos haya comenzado en Torrejón, puesto que en elbarrio de El Soto han iniciado una lucha vecinal contra estos fondos buitre queno pueden permitir que la gente sencilla, la que se levanta para levantar alpaís con el sudor de su frente y la fuerza de su trabajo, plante cara a losgigantes de Wall Street y les quite los grandes beneficios obtenidos de laespeculación. Estas familias están defendiendo el derecho fundamental a lavivienda.
Los fondos buitre no tienen piedad de sus víctimas yaprovechan esta situación de pandemia para presionar más a quienes menostienen. Saben que no van a encontrar oposición política en el Gobierno deIsabel Díaz Ayuso, quien pretende volver a la cultura del pelotazo urbanístico,algo que beneficia a estos fondos. Saben que el consejero de la Vivienda, elínclito David Pérez, jamás se va a posicionar en favor de la clase trabajadora.Por eso campan a sus anchas generando todo el dolor que pueden, sin piedad, sicon ello logran obtener más beneficios, cueste lo que cueste, caiga quiencaiga.