Marian Rojas Estapé es hija del psiquiatra y escritor Enrique Rojas. Ayer pasó por El Hormiguero para dejar unos cuantos titulares esenciales a la hora de entender cómo funciona el ser humano en el mundo esquizofrénico de las sociedades posindustriales. “Nos están manipulando a través de las redes sociales”, aseguró.
En 2012, Rojas Estapé se trasladó un año a Londres para trabajar en un hospital de la capital británica, investigando en el campo de la somatización. Al año siguiente fue nombrada profesora invitada de la escuela de negocios IPADE (México). Hoy se ha convertido en un fenómeno mediático con un canal seguido por millones de personas donde habla de ciencia, de psiquiatría, de la sociedad neurotizada que hemos construido. Ayer, Pablo Motos tuvo oportunidad de conocerla mejor y de paso sufrir en sus carnes el fino sentido del humor de la psiquiatra de moda.
“¿Has ido a terapia?”, le preguntó al presentador sin rodeos. “No he ido, pero me la han recomendado”, respondió Motos. “¿Te gusta tu voz interior?”, insistió la doctora, a lo que Motos contestó que sí, por lo que ella descartó que el presentador necesite tumbarse en un diván.
“Todos tenemos los mismos síntomas. Toleramos menos el dolor, el sufrimiento, aburrimiento. Tenemos peor tolerancia, nos cuesta entender al que tenemos enfrente. Todo nos irrita y eso genera un pensamiento polarizado. Eso a nivel familiar, político o económico es complicado porque no se puede empatizar y entender otro punto de vista”, aseguró la psiquiatra.
Para esta profesional especializada en estrés y trastornos somáticos, hay una especie trastorno social colectivo que se convierte en una fuente de “frustración” al confundirse el sexo casual con el amor o la compañía, informa Efe. A la tiranía de este juego de “scroll” en el que enamorados y amantes se escogen observando una foto, la psiquiatra añade el impacto de fenómenos como el “ghosting” porque considera que los seres humanos se han “acostumbrado a que no hay nadie detrás” de la pantalla.
El “ghosting” se erige como una de las maneras, cada vez más de moda, de “terminar” una relación donde se desaparece sin dar ningún tipo de explicación, lo que genera una sensación de “abandono” que reabre muchas heridas en la otra parte. “Dependiendo de tus expectativas con la aplicación, puede ser que te genere muchísima frustración o una gran felicidad”, precisa tras recomendar a los usuarios que no hablen con más de tres personas a la vez.
Una de las críticas que Marian Rojas Estapé vierte sobre la sociedad es la del sentir “mucho más vértigo” hablando de emociones que de sexo. Este vaticinio lo hizo el filósofo francés Roland Barthes a finales del siglo pasado cuando llamó “tabú sentimental” a la aproximación a una sociedad “hipersexualizada” a la que le cuesta ahondar en los sentimientos. Dentro del llamado “sexo causal”, Rojas recuerda que en él también se “busca distracción o una vía de escape fácil ante momentos de estrés”, por lo que se corre el riesgo de incidir en la salud mental y de generar depresión. Bajo el argumento de que “nos hemos convertido en drogodependientes emocionales” al querer “tener emociones todos los días”, la especialista advierte que, como sucede con la cocaína o la pornografía, el sexo es “dopaminérgico” y, por ende, no solo se vuelve cada vez más adictivo, sino que además nos pide más intensidad.
En este sentido, la psiquiatra explica que existen tres tipos de relaciones sexuales: sexo con amor; sin amor y por el mero placer del disfrute sin compromiso, y el sexo comprometido, cuando la libido disminuye. En relación a la creación de adultos “más independientes y seguros” insiste en la importancia de que los padres toquen “con cariño” a sus hijos en la infancia porque “un niño que se siente abrazado y protegido, se siente más seguro”. Dejar a los bebés llorar, como reclaman las modernas teorías pedagógicas, solo contribuye a convertirlos en potenciales ansiosos.
Antes de iniciar su carrera profesional en el campo de la psiquiatría, Rojas colaboró con la oenegé Por la Sonrisa de un niño, trabajando con niños del basurero de Phnom Pehn (Camboya); e impartió clases en un colegio del Bronx (Nueva York). También continúa colaborando con la fundación Somaly Mam en la lucha contra el tráfico sexual en Camboya. Trabaja en el Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas. Es la fundadora del proyecto Ilussio Business and Emotions sobre las emociones, la motivación y el estrés en la empresa. En junio de 2023, fue nombrada embajadora de la ONG española Manos Unidas, en su sede central en Madrid. Es colaboradora habitual en la radio en la Cadena Cope. Imparte numerosas conferencias en España y Latinoamérica. Está casada y tiene cuatro hijos.