A estas alturas ya no es un secreto que está pandemia queestamos viviendo nos tiene a todos y cada uno de nosotros desesperados ydescolocados, en cierto modo nos tiene "en jaque".
Llevamos más de un mes sufriendo las consecuencias de Covid19y buscando respuestas que cada uno interpreta como buenamente puede. Si elCovid19 hubiera sido un maremoto, un tsunami o King Kong, quizás todoshubiéramos tenido un poco más claras las consecuencias de esta"pesadilla".
Quizás hayamos escuchado todo tipo de opiniones y versionesexcepto las que realmente importan, las de las personas que están viviendo estemomento la zona 0.
Intentar comprender algunos aspectos de cómo están sintiendolos sanitarios ante este auténtico desafío mortal, nos pueda ayudar adiferenciar en este momento lo importante de lo imprescindible que, si lopensamos bien, es, para empezar, una buena lógica para salir de una situaciónde emergencia.
Lo que comenzó siendo una entrevista formal al doctor Carlos Echeandía, neurólogo del Hospital Gómez Ulla de Madrid por las mañanas, jefe médico de la Residencia San José por las tardes y, sobre todo, ser humano las 24 horas, acabo siendo el más instructivo y emotivo relato que había escuchado:
Por la mañana asumo lasfunciones de echar una mano en lo que puedo (debido a que soy grupo de riesgopor múltiples motivos y en el Hospital no trabajo la zona 0). Desde querecibimos los primeros pacientes a primeros de febrero, fuimos muy conscientesdel "desafío" ante el que nos encontrábamos. La medicina en generales una ciencia que se reinventa cada día, quizás el mayor reto al que se puedaenfrentar medico a una afección desconocida y este fue el caso, lo tuvimosclaro desde el principio.
Acogimos los primerospositivos a finales de febrero y para nosotros ahí se desató la"locura". Cada profesional dentro del Gómez Ulla, en aquel momento,en cierto modo tuvimos que reinventamos en "aprendices de Covid 19».
Aprendices con laresponsabilidad de echar a andar sin más información ni protocolo que algunasaparentemente torpes y desconcertantes indicaciones sumadas a la multiplicacióndesenfrenada de casos que ha ocasionado falta de material y colapso del sistemapor momentos.
Este estrés sumado ala responsabilidad que puede llegar a sentir un médico al certificarfallecimientos en sus manos y tener que dar explicaciones, es muy doloroso ynos ha hecho vivir momentos verdaderamente dramáticos.
Hay que tener encuenta que el que suscribe está asumiendo que no ha podido hacer nada por lavida de otro ser humano y esa situación es tan complicada que, de repetirsetantas no se convierte trauma con el que es difícil, muy difícil convivir ytrabajar.
Quizás, uno de losmovimientos indispensables que hemos dado todos para dar jaque al Covid 19, eraponer el sentido común y la lógica en práctica al 3000 % en la más humilde einteligente de todas las interpretaciones que se puedan hacer.
En cierto modo, al noexistir un protocolo, cada responsable médico ha ido creando su propia red deinformación sobre la marcha según los estudios de unos y las experiencias deotros aplicándolas cuidadosa y prudentemente.
En general, el entrarcada día por la puerta del Hospital ha sido como sentir la experiencia en 3D deesa "terrorífica" película que todos sentimos estar viviendo en estosdías como protagonistas.
En la residencia, porlas tardes las cosas eran diferentes, la responsabilidad de los pacientes eramía. Aquí opté por la vigilancia 24 horas, el aislamiento al mínimo síntoma ytratamientos principalmente a base de corticoides más heparina de bajo pesomolecular más azitromicina sumado a un celoso protocolo de cuidados máximo.
Tengo 147 «niñas» queson mis pacientes, todas ellas mujeres mayores de 60 años con dependientes condiscapacidad psico motriz de moderada a severa y otras enfermedades comoAlzheimer.
Hay que tener encuenta que, en este tipo de personas, en este tremendo caos, está necesitandounos cuidados añadidos muy minuciosos. En muchos casos sus capacidadescognitivas no les permiten comunicarse y poder expresar cómo se encuentra, conlo cual la observación de cada paciente ha sido indispensable para detectar ycontrolar bien desde los primerossíntomas.
El intentar no sacaral paciente de su entorno habitual también ha primado en nuestro criterio comomédico, independientemente de que los protocolos enviados por el Ministerio deSanidad nos impedían derivar a la mayoría, dado su alto nivel de dependencia ydiscapacidad.
Mis pacientes han sidotratadas en la Residencia a excepción de tres casos que tuve que derivar aHospital por causas insalvables. En definitiva, puedo hablar de 53 positivos entotal, 12 a día de hoy. El resto de casos (36) curados a excepción de dosfallecimientos claramente «irremediables» y 3 derivaciones a hospital una deellas por motivos ajenos al Covid19.
En este sentido lalabor de nuestro director, D. Borja Lucas González, ha sido fundamental paramantener este equilibrio interno del centro. Para el equipo del Patronato (DUE,auxiliares, limpiadoras, personal de lavandería, cocineras, mantenimiento) esun orgullo poder contar esta esperanzadora experiencia, que cuanto menos hasido un verdadero Jaque al Covid 19. Ha habido momentos realmente desesperantes,increíbles y muy muy dramáticos.
Hay que tener encuenta que llevamos más de 20.000 fallecidos, cada uno tiene un mínimo de 10familiares o personas cercanas y ha pasado por un mínimo de 5 sanitarios (y mequedo corto). Son más de 1.000.000 de personas directamente involucradas en eldolor de la devastación mortal del Covid19. Si echáramos esta lógica cuenta dedaños colaterales con los positivos o con los recuperados en número de personasafectadas puede dejarnos sin respiración.
Siempre lo digo, elmomento en el que los sanitarios y los servicios de primera línea, Policía,limpiadores, funerarios nos aplaudimos en la puerta del Hospital es realmenteemocionante porque todos hemos visto las verdaderas imágenes, las verdaderasconsecuencias, los verdaderos efectos de Covid19, todos sabemos porquemerecemos este aplauso que nos encantaría no haber tenido que dedicarnos nunca.
Y la verdad los aplausos, en general, no solo los agradezcamos, es que los hemos necesitado y los seguimos necesitando para dar Jaque Mate al Covid19.