Médicos Sin Fronteras (MSF) ha solicitado a las autoridades italianas que se suspenda “sin más demora” la detención del barco de rescate Geo Barents, tras tres semanas de interrupción y después de responder a todas las solicitudes realizadas el 2 de julio por la Autoridad Marítima Italiana. Según apunta la organización, desde principios de 2021 hasta ahora, se ha registrado “la muerte y desaparición de al menos 790 personas”.
La representante de Operaciones de Búsqueda y Rescate de MSF, Frauke Ossig, explica en una declaración que aunque MSF apoya los procedimientos y controles marítimos legítimos que garantizan la seguridad de la navegación en le mar, la ONG “cuestiona la legitimidad de la detención de Geo Barents, en particular, la declaración de las autoridades italianas sobre la inadecuación del barco” para realizar “una búsqueda sistemática y actividades de salvamento, alegando que el barco tenía demasiadas personas a bordo”.
MSF justifica que su presencia en el Mediterráneo central es la consecuencia directa de “la progresiva y vergonzosa retirada de la capacidad naval proactiva de búsqueda y rescate” que ha supuesto un obstáculo en las actividades de salvamento de las ONG, además de haber afectado en la integridad de búsqueda y sistema de rescate de manera “drástica”.
La lucha de MSF
Desde la organización médica y humanitaria internacional denuncian que “hay una catástrofe humanitaria que se agrava cada vez más”, a causa de que en los últimos seis meses “el número de muertos se haya duplicado en el Mediterráneo central, con una serie de naufragios importantes frente a las costas de Libia y Túnez”.
Igualmente, indican que aquellos que no mueren en el mar pueden ser interceptados por la Guardia Costera libia, apoyada por la UE, y ser “devueltos por la fuerza a unas condiciones horribles a Libia”.
Desde hace años, niños, hombres y mujeres “se han dejado a la deriva, deshidratados o ahogados, bajo la vigilancia europea directa”, apuntan desde MSF. Además, añaden que “la necesidad de volver al mar es inminente”, con el fin de evitar que el número de fallecidos en las aguas mediterráneas aumente.