Miguel Perlado, psicólogo especializado en sectas: “No somos tan lógicos como creemos”

17 de Enero de 2022
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El movimiento negacionista se nutre en parte de aquellos que suelen confiar en las terapias alternativas. Un mundo que a veces puede mostrar comportamientos sectarios e incluso derivar en “sectas sanitarias”. El psicólogo especializado en ayudar a víctimas de las sectas, Miguel Perlado, y también autor de los libros Estudios clínicos sobre sectas (2005) y ¡Captados! Todo lo que debes saber sobre las sectas (2020), explica a Diario16 los límites que separan a una terapia saludable de una que puede poner en peligro nuestra salud y la de los demás.

¿Cómo definiría usted el concepto ‘secta sanitaria’?

A mi, ‘secta sanitaria’ no me gusta nada. De hecho, el término que realmente deberíamos utilizar es el de ‘sectas terapéuticas’: un término acuñado entre finales de los sesenta y principios de los setenta, que viene a apuntar este ámbito de cruzamiento entre sectas y prácticas terapéuticas.

¿Pueden tener las pseudoterapias con características sectarias un efecto peligroso a nivel social?

Por supuesto, porque son comportamientos que toman la parte por el todo. Toman un efecto parcial para construir una cosmovisión basada en que somos poseedores de una verdad que obtenemos nosotros y atesoramos, pero los de fuera realmente no saben, desconocen y casi debemos ayudarles a ver la luz e instruirlos.

¿La pandemia ha creado un contexto propicio para las sectas terapéuticas y los comportamientos sectarios?

Hay unos puntos de convergencia en los que la pandemia ha tenido efecto potenciador y catalizador. Una amalgama de personajes y propuestas ahora confluyen e inclusive construyen sus propios lobbies, para hacer fuerza y distribuir sus postulados, a nivel estatal pero también europeo e internacional.

¿Qué es lo que hace que una persona pueda creer en algo que es mucho más arriesgado y no en algo que responde mucho más a la lógica o al sentido común?

Uno: que no somos tan lógicos como creemos, funcionamos bastante irracionalmente. Dos: el componente emocional tiene mucha más fuerza que el componente racional. Pero sobre todo lo que se necesita son situaciones de crisis y necesidad.

La pandemia no ha ayudado en este sentido.

Con el contexto de pandemia la fragilidad emocional aumenta y nuestra mente intenta simplificar frente a una situación de gran incertidumbre. Nuestra mente se puede agarrar a unas ideas muy locas o a terapias desviadas.

¿Por qué las terapias sectarias, a veces, logran apoyo médico?

A veces es por motivos narcisistas, porque se necesita salir de una quemazón profesional. Y otras veces no escuchamos los propios trastornos de otras personas que llevan a desarrollar y resbalar por terrenos que pueden hacer contravenir la buena lógica.

¿Cuál es la diferencia entre un grupo con un pensamiento divergente y uno abusivo o manipulador?

Las líneas son muy finas. Lo que conviene aclarar es que porque un grupo tenga unas ideas atípicas o divergentes no decimos que sea una secta o que pueda resultar abusivo. Los grupos que consideramos sectarios pueden tener ideas loables e interesantes con un nivel de penetración social importante.

¿Que características convierten a una terapia en secta terapéutica?

Digamos que, lo que lo define, unos niveles de control que son excesivos. Es decir, son propuestas que exigen al paciente que se convierta en un creyente y eso es un elemento claro y diferenciador, pues un proceso de terapia de la índole que fuera no lo debería de exigir nunca.

¿Es más fácil manipular a un grupo?

Es el paso siguiente, desplegar procesos mayoritariamente de grupo: terapias de grupo, encuentros, retiros… Con grados de control excesivos contra sus participantes o pacientes, que pueden resultar, con el paso del tiempo, deteriorantes o dañinos..

¿Siempre hay un líder?

Estas terapias sectarias o sectas de terapias tienen una estructuración en torno a una persona que se erige como poseedor y fuente única de ese sistema de creencias.

¿Los gurús son sectarios?

En el primer escalón de las terapias locas encontramos gurús del crecimiento personal que de entrada no son gurús sectarios, pero pueden acabar siéndolo. Se dedican a vender libros, DVDs...

¿Josep Pàmies el máximo defensor del MMS podría ser considerado un gurú?

Lo intenta, pero yo creo que no llega a ese nivel porque es demasiado rudimentario. Lo que pasa es que este hombre ha debido encontrar un filón para alimentar su propio narcisismo; y dándose autobombo y platillo consigue mayor clientelismo.

¿Hay muchos como Pàmies?

Hay otros gurús de la autoayuda con mayor predicamento que organizan cursos de fin de semana muy potentes y que ahora se están nutriendo del coaching y herramientas similares porque son las que están pegando fuerte.

¿Tienen un rasgo común los líderes de las sectas o los que fomentan comportamientos sectarios?

Se creen omnipotentes; suelen tener grandes desequilibrios narcisistas y puede que ellos mismos pudieran haber tenido problemas consigo mismos; suelen hacer un recorrido habitual: en su momento descubrieron algo y ¡eureka! Se trataba de la gran verdad y a partir de ese momento descubren que su misión es ayudar a los demás, se despierta un afán evangelizador.

Entonces, ¿hay una diferencia entre una secta y una corriente con actitudes sectarias?

Si, eso es. Hay varios niveles: Por ejemplo, aparece un terapeuta autoproclamado que toma control progresivo sobre la vida de sus pacientes y los convierte en creyentes;  los pacientes se aíslan de su entorno y se les incomunica de sus familiares; se reinterpreta la vida de la persona que los lidera y se distorsiona su pensamiento. Vamos sumando ítems hasta llegar a una dimensión de secta de terapia. Las hay y en nuestro país existen unas cuantas.

Esas son las sectas ¿Qué hay de los otros niveles?

Lo que el ciudadano tiende a encontrar con frecuencia es un escalón inferior: las terapias sectarias, que no es lo mismo. Una terapia sectaria es aquella que en su funcionamiento puede mostrar aspectos o elementos sectarios. Aun así, que un grupo muestre aspectos sectarios no equivale a decir que el grupo perse funciona como una secta destructiva.

“Hay gurús que organizan cursos de fin de semana muy potentes y que ahora se están nutriendo del coaching”

¿Ya no hay más escalones?

En realidad hay tres: El escalón más bajo sería el de las terapias estafadoras que esquilman económicamente aprovechando la vulnerabilidad de sus pacientes; el siguiente el de una terapia que se sectariza y empieza a desarrollar una cierta sistemática; y el último escalón sería el de una secta de terapia donde hay un nivel de control colectivo intensivo.

Los que creen que las pseudoterapias son capaces de curar cosas que la ciencia no puede, estarían dentro de un grupo divergente o dentro de un grupo manipulador?

Debemos imaginarnos como círculos concéntricos que tienen áreas de superposición donde se encuentran todos estos lugares. En términos amplios, el ámbito de las pseudoterapias está lleno de pensamientos divergentes.

¿Estas terapias sectarias son algo nuevo?

Siempre han existido: podemos remontarnos al siglo XIX con todas las curas maravillosas que se daban a través de los magnetizadores o hipnotizadores etc. Siempre ha habido fenómenos de este tipo basados en la sugestión pura y dura. Hoy en día, se renombra como efecto placebo.

¿Y qué hay de las pseudociencias, son otra categoría?

Cuidado. La filosofía no es una ciencia y sirve mucho; la historia no es una ciencia, como puede ser la química, y tampoco la vamos a descartar como pseudo. Y habría que ver si la medicina es una ciencia o no, pues más bien es una práctica que se basa en principios científicos. Habría que tener cuidado con las simplificaciones.

¿Cual es la diferencia entre fe y confianza en un profesional?

En mi caso, si atiendo a un paciente que me viene a pedir ayuda no exijo que crea en mí.  Otra cosa es que confíe en mí y que lo que podamos hacer vaya a obtener unos resultados, pero no le voy a pedir una confianza ciega en mi persona y mi sistema. Todas estas prácticas terminan implicando que para que la curación se de, se deba creer en un sistema.

¿La idealización es una característica común en las terapias sectarias?

Son prácticas que en muchos casos fomentan una suerte de idealización sin límite que deja a la persona mucho más dependiente. Al principio es un paciente o cliente y acaba convirtiéndose en un devoto.

¿Hay más peligros a parte del timo económico?

Yo siempre digo al usuario que debe ir con suma precaución en estos ambientes porque no solo se puede resbalar y que le vacíen la cartera, sino que también le pueden vaciar la mente y dejarlo absolutamente anulado, colapsado y roto finalmente.

¿Cual es el nivel de cualificación de las personas que imparten estas terapias?

No hay que olvidar que muchos de estos proponentes que están deambulando en el mercado han hecho un curso de fin de semana o de dos meses; y esto supone un riesgo para el usuario. Debe usted saber en manos de quien se pone. No es que el título lo valga todo, pero debe ser un mínimo a considerar.

¿Es correcto llamarlas pseudoterapias o terapias?

Yo las llamaría prácticas de bienestar personal. Muchas no tienen ni el rango como para llamarse técnicas ni siquiera el rango para llamarse terapias porque para eso se requieren otros sistemas de validación, de investigación, de trabajo y contraste.

¿Usted apostaría por la regulación?

El perseguir estas terapias es algo que no solo no nos lleva a ningún lado, sino que puede producir el efecto contrario: fortalece su argumento interno de que son perseguidas porque ofrecen una visión alternativa a la oficial.

¿Entonces?

ya que tienen clientes habría que protegerlos porque está en juego su salud. Debemos poner en marcha instrumentos para que el usuario en caso de repercusión negativa o incidencia nociva pueda quejarse, o reclamar, y que pueda recuperar no solo su dinero, sino también su dignidad

¿Y mientras, la solución?

Hay que educar al usuario a mantener un espíritu crítico, a distinguir los límites de la relaciones profesionales, a aprender lo que es aceptable y lo que no; a saber cuál es el tiempo que se necesita antes de dar OK a un proceso de transformación.

Muy trascendente.

Claro, es que estamos hablando de procesos emocionales que se ponen en marcha y que corren muy rápido y de manera muy intensa, ya que cuando la emoción empieza a circular la razón queda suspendida durante un tiempo.

Hay algunos profesionales del mundo de las terapias alternativas que aseguran que estas pueden ayudar en los procesos de curación de muchas enfermedades.

No reconocen ni sus carencias ni sus límites; esa es su omnipotencia. Por cuidarse, y por qué no les caiga una denuncia, dirán que estas terapias no curan el coronavirus, pero ayudan mucho; igual que dicen que estas terapias no curan el cáncer, pero ayudan mucho en el proceso. Pues no, no ayudan en nada.

¿Y qué es lo que ayuda?

Lo que ayuda es la compañía, el estar cerca y el escuchar. esa contención y apoyo son unos de los ingredientes esenciales. Desde el punto de vista profesional sabemos que esto tiene su efecto y que sostiene a las personas. No se trata de sugestión.

¿Pero el estado de ánimo entonces influye en el proceso curativo?

Si el estado de ánimo es bueno pues es mejor. Ayudar a cargar con la enfermedad es parte de nuestra tarea como profesionales. Cuando hay condiciones médicas que trastornan mucho a las personas hay que ayudar a sostener todo ese dolor para que no se vean comidos por la enfermedad. 

¿Las terapias alternativas pueden ayudar a cambiar ese ánimo?

Uno quiere hacer ese cambio, pero atención a quién o a qué se le está dando el OK para que ese cambio se produzca. Hay que tener cuidado con los pasos que le van a proponer a uno porque quizás alguno de ellos puede ser de no retorno.

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