"He oído hablar mucho de usted" decía un camarero viejísimo y altísimo al protagonista de Twin Peaks, Dale Cooper, tirado en el suelo de un cuarto de hotel con un balazo en el pecho.
Cuando salí de ver Cabezas Borradoras la ciudad es la que vivía, y cuyo nombre no me apetece recordar, no parecía la misma.
Corazón salvaje.
Tantas cosas ha hecho David Lynch por nosotros y ahora se ha ido. En Wikipedia, como es costumbre y minutos después de que se comunicase el fallecimiento, han escrito que David Lynch ERA un cineasta, y han borrado el ES.
Todos los datos sobre su vida están en la enciclopedia de Internet.
Y sin embargo David Lynch ES y SERÁ, en presente y en futuro, porque aún tiene mucho que contar, a la gente que no le ha conocido, pero también a la gente que le conoce. El futuro no ha hecho más que empezar.
Como todo artista, como todo creador verdadero, Lynch es inmortal.
He oído hablar mucho de usted, señor Lynch, y seguiré oyendo hablar mucho de usted; lo sé con seguridad.
Nos vemos en algún fotograma de Terciopelo Azul, preferiblemente en alguno en el que aparezca Isabella Rosellini.
No voy a ponerme triste. No voy a hablar ni de tiempo ni de edad.
"Dichoso es el topo que se come la hierba, la la la la la".
Twin Peaks una vez más.
Un beso para Laura Palmer, y y otro para su padre cuando se le pone el pelo blanco de un día para otro. Que seas feliz para siempre jamás. Tuya es, como has sabido desde que naciste, la eternidad.
Tigre Tigre