El azar o el destino quiso que se cerrara para siempre el objetivo de una de las cámaras de fotografía referentes de Segovia el 1 de junio del 2024 al mediodía.
Recuerdo las conversaciones telefónicas con las que amenizabas mis guardias. La fatalidad quiso que recibiera la noticia en el mismo sitio, de guardia; pero esta vez faltabas tú.
Te conocí tarde, poco antes de tu jubilación. Disfruté escuchando tus inicios y tus anécdotas. Autodidacta, como mucha otra gente de tu generación, con interés, esfuerzo y sacrificio supiste labrar tu destino.
Plasmaste como pocos la vida de Segovia, a la que tanto amabas. Eventos deportivos, religiosos, políticos, sociales y culturales, quedaron reflejados con tu impronta personal e inconfundible. Inolvidables esas fotos en la que los detalles, las luces, las sombras y la perspectiva, potenciaban la belleza de la imagen. Siempre lo fundamental fue lo importante, pero adornado con tu guiño particular, y realzado por los paisajes y la belleza arquitectónica de nuestra Segovia. En definitiva, reflejaste a Segovia y a sus ciudadanos desde tu personalidad, con tu arte.
Viviste disfrutando de tu trabajo, de tu familia, de tus amigos, de los paseos con tus perros y, cómo me decías, apreciando lo sencillo en hasta los más pequeños detalles de la vida.
Dejas sumidos en el dolor por tu pérdida a tu Mari Carmen, a tus hijas, tu nieta, tus familiares y a todos tus amigos.
Cuando anoche salí de trabajar, miré al cielo limpio y supe que te acercabas a él, porque los astros más bonitos se convirtieron en lluvia de flashes para inmortalizar tu llegada y el viento reflejaba su nerviosismo por tan gran acontecimiento.
Pepe, se acabó el carrete. A hora nos toca revelarlo, paladear la belleza de tus recuerdos.
Un hombre íntegro, un artista, un amigo. Siempre vivirás en nuestro recuerdo. Descansa en paz.