El ciclista Federico Martín Bahamontes ha fallecido este martes a los 95 años de edad, tal y como ha confirmado el alcalde de Toledo, Carlos Velázquez, en sus redes sociales.
El Águila de Toledo ha sido uno de los siete ciclistas españoles que han conseguido alzarse con el maillot amarillo del Tour de Francia a lo largo de la historia de la competición gala.
Escalador superdotado
Escalador superdotado, continuamente a la ofensiva, era capaz de producir fulgurantes aceleraciones en las rampas más duras superando a sus competidores, como lo demuestran sus cincuenta y dos pasos en primer lugar por cimas de montaña, el mejor registro total para un ciclista en el Tour de Francia.
Reconocible por su silueta esbelta, no se desenvolvía con la misma superioridad en los descensos. Dotado de un vivo temperamento, era capaz de alternar de forma imprevisible jornadas brillantes con episodios de desmoralización. Mantuvo una encarnizada pugna con el ciclista Jesús. Está considerado como uno de los mejores escaladores de todos los tiempos.
Bahamontes, ciclista aficionado
Bahamontes comenzó a competir de forma casi casual con 19 años, cuando se apuntó a una carrera local organizada por “Educación y Descanso” en Toledo, que ganó con una bicicleta de paseo, bicicleta que había comprado a un herrero por “30 duros”.Entre los corredores locales era apodado “El Lechuga”, mote heredado de su abuelo y que le encajaba perfectamente por su trabajo en la frutería del mercado de abastos.
Ciclista profesional
Su carrera profesional comenzó en 1954, cuando se marchó a residir en Barcelona, encuadrado en el equipo de Santiago Mostajo.Con el maillot de la escuadra Splendid obtuvo su primera victoria internacional, venciendo en la subida al Mont Agel en Mónaco, en la que un todavía desconocido Bahamontes se impuso al favorito, Gilbert Bauvin.
Tras una serie de pruebas locales en el sur de Francia en las que destacó como escalador, volvió a España. Julián Berrendero, seleccionador español, le había visto en la Vuelta a Asturias, y lo incluyó en el equipo español que iba a correr el Tour ese mismo año.
Centrado en la lucha por el premio de la montaña, se impuso en prestigiosas cimas como el Aubisque, haciéndose con el título de mejor escalador con 95 puntos sobre los 53 de Louison Bobet, ganador de la general, en la que Bahamontes ocupó la posición 25.
Comenzó a forjarse su leyenda
El Tour de 1954 se convirtió en el escenario en el que comenzó a forjarse su leyenda de corredor «excéntrico» en la prensa deportiva internacional, con el célebre incidente del helado en la cima de La Romèyre. Durante la subida, Bahamontes había sufrido una avería en los radios de la rueda trasera de su bicicleta, lo que le obligó a destensar el freno. Una vez coronado el puerto con dos minutos de ventaja, no le quedó más remedio que esperar hasta que llegase el coche de asistencia para que le cambiase la rueda averiada, circunstancia que aprovechó para tomarse un helado.
Este hecho fue erróneamente interpretado durante mucho tiempo como un gesto deliberado de Federico para remarcar su superioridad en la montaña ante sus rivales.
Tras ser proclamado «rey de la montaña» de la ronda francesa, se le tributó un recibimiento triunfal en Toledo, donde abrió su tienda de bicicletas con las ganancias acumuladas aquella temporada.
Vencedor del Tour
Consagrado como un especialista de la montaña, Bahamontes venció en el Tour de Francia 1959, aunque inicialmente no partía como favorito. Una larga escapada en los Pirineos y su victoria en la cronoescalada del Puy-de-Dôme le supusieron una importante ventaja. En los Alpes, se asoció con el también escalador Charly Gaul y aunque tanto Henri Anglade como Jacques Anquetil le recortaron tiempo, no supusieron una amenaza para el corredor español, que aventajaría a Anglade, segundo clasificado, en más de cuatro minutos al final del Tour.
El 18 de julio de 1959, entraba vestido de amarillo en París, donde le esperaba su esposa Fermina, a quien entregó el ramo de vencedor de la prueba. Tras una serie de criterium posteriores al Tour, Bahamontes fue recibido el 20 de septiembre por una multitud enfervorecida, que le vitoreaba mientras recorría en un coche descubierto la ciudad de Toledo.
Balance deportivo
Durante sus 12 temporadas de profesional, además de su victoria de 1959, Bahamontes subió al podio del Tour de Francia en otras dos ocasiones (segundo en 1963 y tercero en 1964) y una vez al podio de la Vuelta a España (segundo en 1957). Cuenta con once victorias de etapa en Grandes Vueltas: siete en el Tour de Francia, tres en la Vuelta a España y una en el Giro de Italia; haciéndose con el Campeonato de España de Ciclismo en Ruta en 1958.
Como el gran escalador que era, ganó el Gran Premio de la montaña dos veces en la Vuelta a España, una en el Giro de Italia y seis en el Tour de Francia, récord que compartió con el belga Lucien van Impe durante décadas hasta que en 2004 el francés Richard Virenque superó a ambos al ganar su séptimo entorchado.