No cabe ninguna duda… ¡los cactus pinchan!, pinchan, aunque no quieran. No creas que las cactáceas pinchan para defenderse, que algo de eso también hay, los cactus pinchan (o han creado espinas, que no aguijones, a partir de hojas modificadas) para defenderse de la enorme desecación de sus hábitats naturales. Vamos a plantar cactus tratando de no pincharnos y, sobre todo, de no dañarlos, ya que esas espinas foliares se arrancan con un trozo de su organismo, y no estaría nada bien.
DESEAMOS CREAR UNA COMPOSICIÓN DE CACTUS, Y ESTO ES LO QUE NECESITAMOS
Materiales:
- Una maceta amplia o terrina
- Un cactus Mammillaria mathildae
- Un cactus Espostoa lanata
- Unas piedras tipo cantos rodados. Es importante disponer piedras verticales (con punta) y horizontales, tipo meseta (tabulares), con el objetivo de lograr una buena composición.
- Gravilla de río rodada
- Guantes gruesos
- Arena limosa o tierra especial para cactus
PRIMER COMPONENTE (primer bellezón)
El Mammillaria mathildae es uno de los cactus más apreciados por coleccionistas y entendidos. De hecho, se encuentra en peligro de extinción por el abuso de los comerciantes y por su fragilidad: es uno de estos cactus poco agresivos, que pincha poco. Como ves en la imagen, se encuentra en plena floración y, al contrario que sucede con el resto de especies no cactáceas, ahora es buen momento para proceder a su trasplante. Sus flores son sésiles (sin pedúnculo)… y preciosas.
EL OTRO SÚPER INTEGRANTE DE LA COMPOSICIÓN…
El Espostoa lanata es el célebre “cactus del anciano peruano”. A diferencia del cactus Mammillaria mathildae, la espostoa pincha –y mucho–, con gran facilidad para desprenderse de sus espinas (que en realidad son hojas modificadas) y penetrar en la piel con difícil salida… sin desgarrar tejidos. El hábitat de este cactus es Ecuador y Perú. Sus flores, blancas y nocturnas, son espectaculares… pero hay que trasnochar para disfrutarlas
Paso 1: Extraer los cactus de sus recipientes y colocarlos en la terrina
La extracción del recipiente que contiene un cactus debe realizarse sin desmoronar el cepellón: su producción de raíces es lentísima. Con unos guantes bien gruesos, sostén el cepellón boca abajo y da unos ligeros golpecitos contra algo duro (el canto de la mesa). Deberá salir sin complicaciones.
Paso 2: Plantación de los cactus en la terrina
Sitúa el cactus más alto –en este caso nuestra fantástica Espostoa lanata–, en la parte posterior de la terrina, en un hoyo excavado en el lecho de tierra arenosa. limosa preparada al efecto. En la tienda debes pedir “tierra especial para cactus”. Coloca tus cactus ligeramente inclinados de forma divergente y apretando muy bien el sustrato, ayudados por algunas piedrecitas enterradas para apuntalar el cepellón.
Paso 3: Empotrar las piedras
Si dejas las piedras sobre el sustrato, realizarán el efecto contrario al deseado: en vez de parecer algo natural, darán impresión de artificialidad. Las verticales siempre detrás, como si se tratara de los picos de una cordillera. Las planas delante, conformando las formaciones tabulares (en forma de mesa) de las estribaciones de una sierra.
Paso 4: Revestir con gravilla la superficie del sustrato
El revestimiento es fundamental, porque elimina la posibilidad de pérdida de tierra por escorrentía y pulverulencia, además de conferir una sensación bella, decorativa, natural, fresca, viva… Para continuar con el mismo material de las piedras grandes,
utiliza gravilla de río rodada (sin cantos de molino).
Paso 5: Regar… aunque sean cactus
Sí, ya sabemos que los cactus se riegan poco, pero el riego de plantación en importantísimo. Con él se consigue que el sustrato (la tierra especial para cactus) quede solidaria, pegada a los cepellones o sistemas radiculares. De este modo, el arraigo está –casi– asegurado. La lluvia debe ser fina y medida, sin desbordamientos y realizada en varias dosis. En este caso, y sin que sirva de precedente, se pueden mojar las vegetaciones. Después, sólo el agua de lluvia está permitida para estos seres pinchantes y deliciosos.
Ahora solo queda disfrutar del trabajo realizado. Colocamos nuestra composición de cactus en terrina en la barandilla de la terraza, bien soleada y mirando al jardín.