El actual Presidente de la Junta de Gobierno del Ateneo, Luis Arroyo, ha escrito un artículo (1) donde, además de defender –en su perfecto derecho-, un cambio del Reglamento vigente en la asociación Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid (tales son su naturaleza y su nombre oficiales), cambio que por otro lado ya intentó en 2022 y 2023, no consiguiendo los votos suficientes (quedó algo más lejos en el segundo intento); ha escrito un artículo –iba yo diciendo-, donde, además de defender ese cambio, se dirige específica y nominalmente (eso sí es nuevo) al grupo socio-electoral ateneísta por nombre “Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo”. Dice en tal parte Luis Arroyo, cabeza a su vez del “Grupo 1820”, que se formó (2) en el año 2020, y al siguiente ganó por primera vez las Elecciones:
“Quisiera que nos encontráramos con el único grupo sólido y bien avenido que subsiste en la Casa desde los años 80, denominado desde entonces Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo de Madrid, y con su líder Miguel Pastrana. Compartimos objetivo: que el Ateneo sea la institución abierta, innovadora y vibrante que fue en sus mejores tiempos. Nuestro compromiso es que no pierda ni un ápice su carácter rabiosamente democrático, independiente y plural. De hecho, ese supuestamente “histórico” reglamento fue el que permitió que el Ateneo terminara reducido a una reunión mensual de tres decenas de socios enfrentados entre sí y a juntas de gobierno bloqueadas por facciones. Volverá a la insignificancia, a la decadencia, a la bronca y a la quiebra si no modificamos su norma fundamental. El momento de evitar ese triste destino puede ser ahora”
Así ha escrito el actual Presidente del Ateneo. Me cumple, pues, valorar y decir. Lo hago con el presente artículo.
(EN ESTA PARTE SE DICE QUE ES UN PASO IMPORTANTE Y CORRESPONDIDO. SUBSISTEN GRANDES DIFICULTADES. PERO MERECE LA PENA HACER EL ESFUERZO)
En primer término, es justo señalar la importancia de que Luis Arroyo haya expresado públicamente que “Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo” es una iniciativa seria, sostenida en el tiempo, y comprometida socialmente. Dicho reconocimiento no garantiza por sí sólo que “Grupo 1820” y “Convergencia” puedan llegar a un acuerdo sobre el Reglamento (léase, “los Estatutos”) ateneísta. Pero es un paso honesto y positivo. Con claridad lo digo.
Cabe recordar que “Convergencia” también dio uno, hace poco más de un año. También está escrito y lo recogió este mismo diario (3). De ahí entresaco ahora estas palabras mías, pronunciadas el 31 de enero de 2024, décimo aniversario de la muerte del filósofo Carlos París, siendo Presidente de la Junta de Gobierno del Ateneo y con “Convergencia”. Enuncié en el acto público con razón de ese aniversario y recogió poco después este periódico:
“Le he dicho y sigo invitándolo; lo he dicho en varios artículos, a Luis Arroyo, que por favor deje un poco los intentos de cambiar el Reglamento de esa manera, ahora que hay una amenaza neoliberal, pues yo creo además que él tiene elementos neoliberales, algunos que ya estaban en el Ateneo. Si quiere un acuerdo de izquierda amplio, completo, que ataña a todos los aspectos de la vida ateneísta, se lo ofrecemos para esa estabilidad. Sin nosotros desaparecer, por supuesto, que es lo que han hecho algunos quienes se han subsumido; no, no... nosotros siempre estaremos ahí como siglas, con organización. Y en ese marco, pero sólo en ese marco, el de un acuerdo integral, podríamos explorar algunas posibles revisiones de algunos elementos del Reglamento para mejorarlo”
Puede el lector, la lectora, apreciar -apenas con estas pinceladas-, que hay importantes diferencias de idea entre los grupos socio-electorales “Grupo 1820” y “Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo”. ¿Insalvables dichas diferencias? Los próximos tiempos dirán. Ello no es óbice para reconocer que los pasos públicamente dados, tanto por Luis, como por mí (quienes por otra parte no obramos solos, sino con nuestros respectivos respaldos), ayudan, y con el respeto mutuo entre ambos grupos; los más votados en el Ateneo de Madrid.
Sí he de repetir que las diferencias conceptuales son grandes. Dicho ello, digo también, que desde “Convergencia” lo vamos a intentar. Con la seriedad, profundidad y coherencia que nos caracterizan, y que el propio Luis reconoce.
Por mor de ello, explico lo siguiente:
(EN ESTA PARTE, QUE NO CREEMOS EN FALSAS CATEGORÍAS. SE REMITE A HISTORIA PUBLICADA DEL ATENEO. SE CUENTA HISTORIA DE “CONVERGENCIA”)
En “Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo” hay, sí, un liderazgo (se ha usado más de una vez ese término, por ejemplo en “Historia del Ateneo de Madrid”, de Víctor Olmos; luego me referiré también a ese libro de 2024); hay un liderazgo -iba yo diciendo-, “operativo”, que no rehúyo. Pero el más hondo liderazgo de nuestra Convergencia, por ser esencialmente ético, es compartido, y en él están personas mayores que yo. En conocimiento. En edad y en antigüedad como socios/as ateneístas. Y conste que yo lo soy desde 2002. Más que algunas personas quienes van muy de “socios antiguos”. Sucede –como bien explica el profesor García Bilbao, ateneísta desde 1984-, que hay personas (siempre bienvenidas por mi parte, conste), quienes se hicieron socias ya a edad muy madura. Pero eso no significa exactamente, propiamente… que sean “antiguos/as”. Conviene no confundir sobre esto y hay algunas personas a quienes les gusta confundir en esto, en base a su propia edad biológica. No es correcto, pienso yo.
Por lo demás, “Convergencia” nunca ha hecho, en su discurso, ese tipo de distinciones entre ateneístas (“antiguos” y “modernos”). Otros grupos, sí y en su derecho. Pero “Convergencia”, nunca. No está en nuestra forma de ver el Ateneo, como no lo estaba en la de Carlos París.
Precisamente fue con Carlos París en la Presidencia de la Junta de Gobierno (volvió en junio de 2009), cuando se formó “Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo”, en 2010. El nombre, tan largo, fue fruto del diálogo –alguna vez lo he escrito-, entre un filósofo y un poeta (yo había sido elegido para la Junta en mayo de 2008). Es un nombre el cual no suele gustar mucho; no es “pegadizo”. Pero se trataba y se trata de expresar una idea clara: que “Estabilidad” y “Democracia” no son enemigas.
Precisamente por eso, Carlos París es el único –atención: “el único”-, Presidente de la Junta de Gobierno del Ateneo en cuanto va de siglo XXI, quien no cuestionó nunca el Reglamento ateneísta hoy todavía vigente. ¿Lo digo “solamente” yo esto? Vayamos al ya citado libro “Historia del Ateneo de Madrid”, de V. Olmos, que fue presentado este mismo año 2025 en la sala “Cátedra Mayor” (antes “Salón de Actos”) del Ateneo por el propio Presidente Arroyo. Dice, página 372, textual:
“Tres de los seis presidentes que habían precedido a Arroyo en la presidencia del Ateneo –Paulino García Partida, José Luis Abellán y César Navarro-, los dos últimos con larga experiencia al frente de la Docta Casa, también lo habían intentado. Abellán incluso, en una carta a los socios, en 2011, dijo que mientras que en el Ateneo haya elecciones anuales a la Junta de Gobierno y Juntas Generales cada mes “no se darán las condiciones para una mínima estabilidad institucional, que garantice un clima de concordia y armonía”. Pero es que, además, dos de los otros tres, Enrique Tierno Relaño y Juan Armindo, nunca ocultaron la necesidad de hacer algo al respecto. Concretamente, Armindo calificó, en el digital “El Diario”, el Reglamento vigente de “obsoleto” y definió como “gran escollo” el hecho de tener elecciones todos los años porque favorecía “la proliferación de capillitas, amiguismos y sectarismos” e impedía “la planificación a medio y largo plazo”
Así dice Víctor Olmos y transcribe bien las palabras de los ex –Presidentes Abellán (junio 2001-mayo 2009) y Armindo (junio 2019-mayo 2021), pues yo conozco dichos textos. Sí me permito una corrección a la errata de fecha de la Carta a los Socios del Presidente Abellán: es del año 2007, no de 2011 (en esa data Abellán ya no era Presidente de la Junta de Gobierno del Ateneo, sino Carlos París). Y sé que es de 2007, y de otoño, porque fue justamente esa carta la razón principal por la cual yo me presenté por primera vez a la Junta de Gobierno, como Secretario, en mayo de 2008, y en una candidatura –justamente-, alternativa a la del entonces Presidente, Sr. Abellán, y alternativa a sus planes de cambio del Reglamento. Y resulté elegido. Y ahí terminaron aquellos planes. Y al poco –en mayo de 2009-, resultó elegido, precisamente, Carlos París para la Presidencia.
(EN ESTA PARTE, LA SINGULARIDAD DE CARLOS PARÍS. MÁS HISTORIA PUBLICADA DEL ATENEO. PERÍODO RECIENTE DE VIDA Y PERÍODO DE DECADENCIA)
Pero volviendo ahora al libro “Historia del Ateneo de Madrid”, podrá ahí verse, constatarse…, que es Carlos París “al único”, justamente, a quien no se cita haciendo –“ni diciendo”-, por cambiar el Reglamento del Ateneo todavía vigente. “Al único”, repárese. Y es cierto: el Presidente París nunca hizo, y “nunca dijo”, para cambiar el Reglamento. “Nunca”. Lo sé bien, pues estuve con él casi cinco años como Secretario en la Junta de Gobierno.
¿Que habría aceptado algunos cambios, si eran por la mayoría necesaria y no desvirtuaban la historia democrática y la raíz social-popular (al final volveré sobre esto) del Ateneo madrileño? Pues sí, porque creía sinceramente en la Democracia ateneísta.
Carlos París murió, siendo Presidente y con “Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo” (como ya dije), el 31 de enero de 2014. El Gobierno de “Convergencia” duró hasta mayo de 2015, pues confiamos en César Navarro para proseguir la línea (ver página 325 del libro citado). No fue un acierto –ya hemos visto lo que Navarro empezó a opinar luego sobre el Reglamento, por ejemplo…-, y en las Elecciones de 2015, no solamente no se presentó con “Convergencia”, sino que apoyó (ver página 328) a la candidatura –encabezada por Enrique Tierno Pérez-Relaño-, que se presentó frente a “Convergencia”, y ganó.
Todo ello, conste, legítimo. Pero aquello, mayo de 2015, fue “el final” de “Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo” como fuerza actuante en el Gobierno del Ateneo de Madrid. Hemos tenido luego algunas personas en la Junta. Pero con las demás – y sobre todo, con la Presidencia-, “a la contra”. Es decir, sin capacidad real de Dirección. Desde junio de 2015, hasta hoy (atención).
Ello no quita que hayamos mantenido fuerza socio-electoral. Bastante, como se ha visto. Pero es importante recordar, por favor, la fecha de mayo de 2015 como “final” efectivo del Gobierno de “Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo”. Ello, para cuando se hable de la “decadencia” del Ateneo. No fue con “Convergencia”. No fue con Carlos París. El propio Luis Arroyo lo ha reconocido públicamente más de una vez (4), lo cual le honra.
Pero añado: ya en la época –no tan lejana, la recuerdo bien; yo era Coordinador de Actos, además de Secretario-; ya en la época de la Presidencia de Carlos París con “Convergencia”, destacados Medios y destacados periodistas señalaban lo “vivo de la actividad” y la “influencia social” del Ateneo de Madrid (5). Así pues, y bien claro, quede la “decadencia del Ateneo” para tiempo después. De hecho, el propio Presidente Arroyo la ha ubicado bastante nítidamente en más de una ocasión. Por ejemplo, en el artículo suyo reciente al que estoy ahora correspondiendo, escribe que el número de socios/as “Cayó hasta los 1.700 hace cuatro años” y “Algunos de mis antecesores en la Presidencia, cuando la Casa ya decaía, no lograron resistir a esa exigua minoría tumultuosa y se rindieron”.
Así dice Luis Arroyo. Y no resulta nada difícil, por tanto, saber a qué época con cuál Presidencia se refiere. Pero si él no dice el nombre, yo lo respeto y no lo digo tampoco. Pero lo sabemos…
(EN ESTA PARTE, QUIÉNES FORJARON Y QUIÉNES ROMPIERON. QUIÉNES CONFUNDEN REGLAMENTO CON SUS PARTICULARIDADES. QUIÉNES NO PUEDEN DARNOS LECCIONES)
Prosigo mi exposición: a mediados de 2021, desde “Convergencia” lanzamos públicamente la idea de una gran alianza en defensa del Reglamento (pag 373 del libro de Historia del Ateneo). Sin embargo, para fines de 2022, un grupo de veintitrés socios/as encabezados por Alfonso Vázquez (Secretario de la Junta de Gobierno con la Presidencia de J. Armindo), presentó a su vez otro “prolijo” (pag 376) cambio del Reglamento, además del que ya estaba preparando el Presidente Arroyo. El Sr. Francisco Forte (Depositario en la Junta también con la Presidencia del Sr. Armindo), acogió favorablemente –en la Comisión de Estudio-, aquella otra propuesta de cambio (pag 377).
Todo legítimo, conste. Pero para “Convergencia” –como se comprenderá…-, aquello fue la “ruptura” de facto de la alianza en defensa del Reglamento. Es importante recordar esto (que ya está en la Historia), pues corrobora y demuestra que no fue “Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo” quien rompió ninguna alianza. Al revés (la ya citada pag 373), la creamos, la creamos. Fueron otras personas, como hemos visto, quienes la rompieron.
En su derecho, naturalmente. Pero, por favor, que no nos venga nadie con cuentos. Lo que he afirmado, está ya comprobado en la Historia. Que no he escrito yo ni nadie de “Convergencia”. Pero a las páginas remito…
(Sucede, que hay personas y grupos ateneístas para quienes el Reglamento es simplemente una especie de “excusa” para oponerse a la Presidencia del Sr, Arroyo. No es que “quieran” al Reglamento. Sencillamente, “no quieren” a Luis Arroyo. Eso es legítimo, conste. Pero no el uso que hacen del Reglamento. No lo están defendiendo. Lo está destruyendo. Repito: “destruyendo”. Oiga quien quiera oír…).
Al final, en 2023, no resultó ni el cambio de Reglamento impulsado por el Sr. Alfonso Vázquez, ni el impulsado por el Presidente Luis Arroyo. “Ninguno de los dos”.
“En conclusión” sobre este tema –ruego aquí especial interés…-, afirmo -con todo respeto pero igualmente con entera convicción-, que personas de la Presidencia de Juan Armindo (ya hemos visto lo que decía el Sr. Armindo del Reglamento, ya hemos leído…) o de Tierno Pérez-Relaño (como la Sra. Pedraza, que entonces es cuando llegó a la Junta, y hasta mayo de 2021, cuando llegó el Sr. Arroyo); que estas personas –afirmo-, no pueden en ningún momento dar a “Convergencia” ninguna “lección” de “defensa del Reglamento” vigente del Ateneo (pueden usar y abusar del nombre cuanto gusten, aunque lo crease “Convergencia” con esa idea de alianza, que se ha roto. Pero quédense con el nombre, ya con que tanto les gusta, aunque vacío de contenido. “Convergencia” ya tenemos el nuestro; nuestro nombre, desde 2010).
Iba yo diciendo, con todo respeto, que esas personas no pueden darnos lecciones de “defensa del Reglamento”. Por la sencilla razón de que entraron en la Junta de Gobierno “de la mano” de Presidencias las cuales, como hemos visto (a la Historia del Ateneo de Madrid citada vuelvo a remitirme…), hablaron en contra del Reglamento. “En contra”. Solamente Carlos París, como igualmente hemos visto, no lo hizo.
Es un hecho histórico, nadie se ofenda.
Por tanto, si hay una fuerza socio-electoral ateneísta que ha defendido coherente y consecuentemente (tanto cuando ha sido Gobierno, como cuando no) el Reglamento vigente del Ateneo de Madrid, es “Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo”. ¡Nadie puede darnos lecciones a ese respecto, nadie!
(EN ESTA PARTE, QUE ESTAMOS LEGITIMADOS Y CAPACITADOS. RESPETO A UNA LÍNEA SOCIAL ATENEÍSTA. NO DESVIRTUAR. GARANTÍA)
Y por tanto, si hay una fuerza socio-electoral “legitimada” y “capacitada” (ambas cosas…) para, desde la convicción sincera y probada de que el vigente Reglamento ateneísta es esencialmente “bueno”, poder llegar a acuerdo que no desvirtúe (repito: “no desvirtúe”), dicho Reglamento, con otra fuerza socio-electoral –actualmente mayoritaria, cierto-, que, por tercera vez ya, quiere cambiarlo (el Reglamento); esa fuerza –digo-, es “Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo”. No hay otra. Creo que Luis Arroyo lo sabe, si no le he leído mal.
Ahora bien: Luis parte de una idea –respetable-, de un cambio, que ha sido sin embargo rechazado en urnas por dos veces, la segunda por más diferencia (repito) y en urnas en las cuales votaron más de 700 socios y socias ateneístas (pag 379 del libro citado). Es un hecho, atención.
Yo parto de la idea, no menos respetable, de que el Reglamento en vigor es esencialmente bueno. Y si lo denomino “histórico” (ya sé que Luis no concuerda con ello; está en su derecho…), al propio libro de “Historia del Ateneo de Madrid” escrito por Víctor Olmos y presentado por el propio Presidente este mismo año, vuelvo a remitirme, página 371. Pone literal, refiriéndose a los intentos de cambio impulsados por Luis Arroyo en 2022 y 2023:
“En realidad, no es que el texto original no se hubiera reformado en todos esos años. Se habían introducido enmiendas en diecisiete ocasiones (1850, 1875, 1884, 1888, 1889, 1890, 1894, 1898, 1904, 1908, 1918, 1921, 1923, 1930, 1984 y 1998), pero lo que ahora se pretendía era una reforma de mayor calado”
Se ve entonces –mucha atención…-, que ha habido cambios, sí, pero coherentes y dentro de la misma línea original, histórica; de la misma idea fundacional del Ateneo. Y que cuanto se propuso en 2022 y 2023 y las urnas rechazaron, fue –dicho con todo respeto por mi parte-, algo muy distinto, mucho (por no decir antitético) a esa línea histórica del Ateneo.
¿Puede el “Grupo 1820” hacer otra cosa y que resulte? Si alcanza acuerdo con “Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo” (cosa –hoy-, muy difícil, dadas las posiciones “de partida”), sí podrá. Seguro. Si no lo alcanza, no podrá. Eso, también seguro.
(No es jactancia; es conocimiento)
Ya he referido antes por qué “Convergencia· (el grupo socio-electoral de mayor continuidad –por algo será…-, de cuantos hay hoy en el Ateneo, como el propio Luis ha señalado en su artículo), es la fuerza –en mi opinión, “la única fuerza”-, que puede garantizar cambios en el Reglamento “pero” que no lo desvirtúen.
(EN ESTA PARTE, QUIÉNES ESGRIMEN TODO EL TIEMPO EL REGLAMENTO, MAS LO DESTROZAN. MENSAJE PERSONAL Y COLECTIVO. LO QUE HACE FALTA)
Personalmente quiero añadir: he sido cinco veces consecutivas elegido en urnas para un puesto de Secretaría de la Junta de Gobierno del Ateneo de Madrid. Nunca nadie en toda su Historia ha sido electo con tal continuidad y para un mismo puesto. Ello me ha dado un buen conocimiento –que es adonde quiero ahora llegar…-, de su funcionamiento reglamentario. Por ejemplo, puedo decir que he estudiado todos los Reglamentos, desde el primero de 1820. Inclusive el denominado “Reglamento de Régimen Interior” que impuso el franquismo en 1960. En 1984 se recuperó, con algunos pequeños retoques, el Reglamento democrático de 1932. Es el que tenemos hoy, con otro pequeño retoque en 1998 para ampliar la finalidad pública del Ateneo (dentro de que es una entidad privada; propiedad de sus personas socias y dirigida por ellas). No es tan “difícil”, ni tan “obsoleto”, ni tan “contradictorio”, el Reglamento del Ateneo de Madrid como a veces se cree.
Por eso –insisto en la idea, pues resulta importante…-, no le ayudan nada, y sí le destruyen (como ya he dicho), al Reglamento, quienes lo esgrimen a modo de “Tablas de Moisés” y para “golpear”.
Cuando se ha profundizado de veras, porque se “cree” en él (en ese Reglamento) y como algo vivo en el fluir de la Historia; entonces –digo-, además de apreciar bien sus muchas virtudes (lo hicieron grandes intelectos a lo largo a los años. Por ejemplo, Cánovas. Por ejemplo, Azaña), se puede –entonces y sólo entonces-, saber qué se puede cambiar –si hay garantía social-, sin desvirtuar, y qué no se debe tocar.
En “Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo” lo sabemos. Siempre lo hemos sabido. Cuestión distinta, es que nos parece bien como está. Pero si fuese necesario cambiarlo, sabemos cómo hacerlo sin destruirlo.
¿Está dispuesto Luis Arroyo? Yo lo estoy. ¿Está dispuesto el “Grupo 1820”? Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo lo está.
Ha de asumirse que no puede ser lo de 2022 y 2023. Si es lo mismo, saldrá lo mismo. “Seguro”.
Considero mi deber recordar, “sin acritud” (como dice nuestro consocio ateneísta Felipe González Márquez), que el modo el cual se denominó “hablar con todos”, “hablar con unos y con otros”, etc, etc (significantes vacíos, en mi opinión), ya se hizo entonces, se hizo. Y con “setenta reuniones” (pag 375 de la citada Historia del Ateneo) y “los 26 Presidentes de Secciones” (pag 376). Todo eso –digo-, ya se hizo, y resultó en cuanto resultó…
La propia página 377 hace esta cita de la Junta de Gobierno presidida por Luis Arroyo: “Se llevaba dialogando y trabajando sobre el nuevo Reglamento desde julio de 2021”.
Pregunto yo entonces ¿con quién no se ha dialogado “en serio” hasta hoy, hasta el reciente artículo de Luis, correspondiendo a lo que publiqué aquí hace ya más de un año? Pues con quien no se ha dialogado en serio, ha sido –evidentemente…-, con “Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo”.
La cuestión, entonces, no radica tanto en “con cuántas personas” va a hablar Luis Arroyo (ya habló con muchas en 2022 y 2023, reitero), sino en si quiere de verdad intentar un acuerdo con “Convergencia”. Atención…
(EN ESTA PARTE, QUE “CONVERGENCIA” HA SIDO Y ES UN PROYECTO DE BASE SOCIAL Y PARA EL CONJUNTO DEL ATENEO. PELIGRO DE GENTRIFICACIÓN)
Ya hemos escrito que ese acuerdo es necesario que sea “completo, integral” entre “Grupo 1820” y “Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo”, y por consiguiente, “ataña a todos los aspectos de la vida ateneísta”. Es solamente en ese marco –precisamente, íntegro; completo…-, en el cual “Convergencia” podría ver posibles cambios en el Reglamento.
Y la explicación para que sea solamente así resulta simple: “Convergencia” no es una fuerza socio-electoral ateneísta “solamente” para un acuerdo de una sección, dos secciones… un puesto, dos puestos… Esos acuerdos, por completo legítimos, ya los ha hecho todos el “Grupo 1820” en su legítima estrategia. Pero “Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo” –por su trayectoria, por su historia…-, es otra cosa, como el Presidente Luis Arroyo bien ha escrito. Representamos un modelo para el conjunto del Ateneo de Madrid; para todo el Ateneo.
Y por eso fuimos Gobierno entre 2010 y mayo de 2015 (y un “buen Gobierno”, al decir general del Mundo de la Cultura) y hemos seguido siendo y somos “forma alternativa” de Gobierno. Comprometida con lo social y con quienes menos tienen. Hoy recuerdo que con Carlos París apenas se subió lo que pagábamos socios y socias al trimestre. Se mantuvo en torno a cincuenta y nueve euros. Hoy pagamos ochenta y cuatro. Ya sé que “el IPC”, ya sé… pero vengo escribiendo a quienes me leen, del riesgo real, cierto… de “gentrificación” social –por tanto, “neoliberal”-, de la asociación Ateneo de Madrid. Es un peligro muy serio y al cual, en mi fundada opinión, no prestan la debida preocupación personas influyentes quienes deberían. Yo vuelvo a apelar una vez más, por favor, a su Conciencia Social.
Dijo el Presidente Carlos París (5):
“De aquí, que el Ateneo pueda ocupar en la cultura un lugar que no tienen otras instituciones. Si analizamos su historia y el origen de su creación nos daremos cuenta que está inscrito en una tradición popular”
Cuanto antes señalé, pues: raíz social-popular. ¡No la perdamos! En la “Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo” que formamos con el Presidente París, seguimos leales a eso.
(ESTA PARTE, QUE VAMOS AL DIÁLOGO CON LUIS ARROYO Y EL “GRUPO 1820”. NO NOS ASUSTA NINGÚN ESCENARIO. DEBEMOS COMPRENDER BIEN EL CONTEXTO)
Iremos así, sin temor, a un diálogo sincero con el Presidente Luis Arroyo y el grupo socio-electoral que encabeza, el “Grupo 1820”. Preparados para un acuerdo, si es justo y para bien del conjunto del Ateneo. Listos para la lid democrática, en las urnas, si entendemos que no.
Ruego a todo el “Grupo 1820” –al de verdad, me refiero-, entienda que un acuerdo merecedor de tal nombre, no es una “compra”, ni una “subsunción”, ni un “trágala”. Puede que eso haya funcionado con ciertas personas y pequeños grupos (en su respetable decisión). Pero con “Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo” no funciona así, ya lo he dicho. Creo que Luis lo comprende y ello puede ser muy buena cosa para el conjunto del Ateneo de Madrid.
Ningún escenario –acuerdo justo o lid democrática-, nos asusta. Sean otras personas quienes se sientan, quizá, ansiosas o amenazadas. No es nuestro caso. Pero asumo que la sola posibilidad, aun remota, de un acuerdo “Grupo 1820”-“Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo”, quita el sueño en diversas camas, algunas insospechables. La cuestión es si esas personas, en efecto, “Ponen el interés del Ateneo por encima del suyo propio” (cito aquí a Luis Arroyo en su reciente artículo).
He dicho -siempre con el debido respeto-. que las personas de pequeños grupos diversos (siempre respetables) quienes sigan vinculadas (en su derecho) a Presidencias fallidas y que hablaron “mal” del Reglamento del Ateneo, no tienen, por favor, nada que decir en esto a “Convergencia”.
También me dirijo, muy sinceramente, a quienes entienden y defienden, a veces incluso más de lo razonable, acuerdos, pactos, coaliciones… de Gobierno, en aras –se entiende…-, de un bien superior. Esas personas –amigas tantas-, entenderán, si llegara el caso (poco probable hoy, recuerdo una vez más), de “Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo”. Con alguna diferencia a nuestro favor, además: que “Convergencia” nunca hemos cambiado de nombre ni de señas de identidad (París, Negrín…) y representamos casi el 21% del voto en el Ateneo de Madrid (más que diversos Gobiernos de coalición, dicho siempre con todo respeto); la segunda fuerza socio-electoral más votada.
Yo estoy seguro de que estos datos –objetivos-, ayudarán a esas personas, si llegara el caso. Pues además, los peligros –neoliberales-, que se ciernen cada vez peores sobre Europa y el mundo, también lo hacen sobre el Ateneo de Madrid, como es lógico. También lo dije el 31 de enero de 2024, con razón de Carlos París, y se publicó aquí:
“Sigue en pie mi oferta y la oferta de Convergencia, el ofrecimiento de "Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo" al "Grupo 1820", encabezado por Luis Arroyo. Si quiere combatir de verdad el neoliberalismo en nosotros tendría un apoyo de verdad”
Salvando las distancias, el momento me recuerda el decisivo período 2009-2010, que es cuando se formó justamente “Convergencia” (hoy ninguna persona seria niega que, de no haber sido por el Gobierno de Convergencia del Ateneo de Madrid, la asociación habría sucumbido -o sido reconvertida anti-socialmente, que es lo mismo-, por la tremenda crisis económica mundial a partir de 2008). Hubo entonces quienes, desde determinados “purismos” ideológicos -que respeto-, decían “de izquierda” (lo respeto), pasaron “al ataque” –en su derecho- contra “Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo”, y nominalmente contra Carlos París, contra Pedro García Bilbao, contra mí… quienes éramos la parte, justamente, más de izquierda en aquel Gobierno ateneísta. El cual terminó, según ya expliqué, en mayo de 2015. Lo curioso, es que casi todas (no todas) aquellas personas, respetablemente “más de izquierdas” que Carlos París, que Pedro García Bilbao y que éste quien escribe; aquellas personas –digo-, callaron por completo cuando, en octubre de 2019 y con la Junta de Gobierno del Ateneo presidida por Juan Armindo, se autorizó al fascismo más descarnado (7).
De entre los grupos socio-electorales ateneístas existentes entonces (el “Grupo 1820” aún no existía), solamente “Convergencia” (8), solamente… clamó contra aquel acto, a la vez que –muy importante…-, desvinculaba al Ateneo de Madrid como asociación, del aciago proceder de su Junta de Gobierno de aquel momento (octubre de 2019, repito). Vengo con esto a decir, también, que lecciones “de pureza” ideológica a “Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo”, también pocas, pocas…, por quienes callaron ante el fascismo brazo en el alto en la Cátedra Mayor del Ateneo de Madrid en octubre de 2019.
(EN ESTA PARTE, UN JURAMENTO. UN RECUERDO CON MIGUEL HERNÁNDEZ Y CARLOS PARÍS. ¡LARGA VIDA AL ATENEO DE MADRID Y DIGNA SOCIALMENTE!)
Dicho todo, sé igualmente que –del año 2010 a aquí-, hay personas quienes, muy duras adversarias (en su derecho) de “Convergencia” en otras épocas, confían ahora en ella como la fuerza más capaz de seguir protegiendo a la asociación Ateneo de Madrid de una “reconversión” empresarial antisocial. Digo pues claramente, nítidamente, públicamente… que va a seguir siendo así. Y en el hipotético (no imposible, pero sí difícil) caso de que “Convergencia” llegase a un acuerdo con el “Grupo 1820”, sería justa y precisamente para evitar una reconversión así. Precisa y justamente…
Lo digo de otra forma y con una pizca de mi insobornable humor gaditano natal: no llegaré a ningún acuerdo como “líder” (sic) de “Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo” (ya he explicado en qué consiste y cuál es el auténtico “liderazgo” de nuestra Convergencia), al que no llegaría como “sólo” socio ateneísta -ni más, ni menos-, y pensando en el bien del conjunto de la asociación Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid. “Exactamente igual”. Yo de esto doy mi palabra; lo juro.
Ahora que el Ateneo es, justa y oficialmente, un lugar de Memoria Democrática (9), recuerdo cuando, el 30 de octubre de 2010 –cumpliéndose exacto un siglo del nacimiento del poeta combatiente Miguel Hernández-, pusimos con Carlos París un retrato en el vestíbulo principal (no propiamente en la Galería de Retratos, pues entonces no podíamos cambiarla por la Ley de Patrimonio Histórico de entonces). Pero lo pusimos bien visible, a Miguel Hernández. ¿Cuántas cosas no hizo Carlos París –con la Agrupación Ateneísta “Juan Negrín”, por ejemplo-, por la Memoria Democrática? ¿Cuántas? Aviven el seso algunas personas y recuerden, pues eso es también Memoria, y perderla es arriesgarse a perderlo todo…
(El retrato de Miguel Hernández lo quitó del vestíbulo principal César Navarro en 2017. No Luis Arroyo, no: la última Presidencia de César Navarro, entre junio de 2017 y mayo de 2019. Luego decidió, en su pleno derecho, apoyar a Juan Armindo para la Presidencia. Con “Convergencia” y con la Memoria de Carlos París ya había roto en 2015, como señalé. La retirada del retrato de Miguel Hernández fue un “episodio más” en esa dinámica, en mi opinión, mezquina. Se adujo, sin pruebas, que Hernández no había sido ateneísta. Pero alguien tan poco sospechoso de “rojo” como José María de Cossío, Presidente designado del Ateneo por el franquismo en los años 60, aunque amigo personal de Miguel Hernández, consignó que sí lo había sido. Hoy el retrato sigue en una dependencia interior).
Escribe el hoy Presidente de la Junta de Gobierno del Ateneo de Madrid, Luis Arroyo Martínez, en su artículo sobre el Ateneo el cual da motivo a este mío, que “el momento de evitar ese triste destino puede ser ahora”. Y puede ser, en efecto, si lo hacemos bien. Aprendiendo de los errores.
Por mí no va a quedar, voy intentarlo. Y si el Presidente, mi consocio ateneísta, amigo, y también muchas veces -pero siempre con mutuo civismo-, rival en las urnas, ha escrito “¡Larga vida al Ateneo de Madrid!” yo subscribo, añadiendo: “¡Y digna socialmente!”
NOTAS
- https://www.infolibre.es/opinion/columnas/desde-la-tramoya/larga-vida-ateneo-madrid_129_1944587.html
- https://elpais.com/espana/madrid/2021-03-15/un-grupo-de-intelectuales-se-une-para-sacar-al-ateneo-del-letargo.html
- https://diario16plus.com/opinion/con-razon-de-carlos-paris-en-el-ateneo-de-madrid_395464_102.html
- https://www.eldiario.es/madrid/luis-arroyo-ateneo-madrid-instituciones-analogicas-elitistas-debe-ajustarse-tiempos_128_7973265.html
- https://www.publico.es/actualidad/ateneo-madrid-celebra-mas-siglo-medio-ideas-libertad.html
- https://mundoobrero.es/1997/12/01/carlos-paris-una-revolucion-tiene-que-tener-una-dimension-cultural/
- https://www.lavanguardia.com/local/madrid/20191031/471299690168/fascismo-falange-ocupa-ateneo-madrid-1939.html
- https://www.lavanguardia.com/local/madrid/20191031/471299690168/fascismo-falange-ocupa-ateneo-madrid-1939.html