Este es uno de los árboles que me decidieron a seguir el camino de la jardinería. Los ciruelos de flor, “prunus” (o “prunos”) para los amigos. Preciosos ejemplares de pequeño porte; caben en cualquier sitio y por eso los ayuntamientos los plantan en aceras estrechas, son compactos y globosos, sus follajes van del rojo negruzco al verde oliva, y sus flores tempranas… esas son el espectáculo de finales de invierno, ¡de ahora mismo!
¿POR QUÉ UTILIZAR PRUNUS EN EL JARDÍN?
Desde luego, para el que escribe, su principal atractivo es su espectacular floración. Los prunus de jardín o ciruelos de flor (Prunus cerasifera), que no hay que confundir con los ciruelos agronómicos (Prunus domestica) son famosos por sus abundantes flores que cubren las ramas antes de la aparición de las hojas, creando un espectáculo visual impresionante. Su floración temprana anuncia la llegada de la primavera.
Pero además, otro motivo para utilizarlos es la gran variedad de colores; en efecto, las flores pueden ser blancas, rosas o rojas, ofreciendo una amplia gama de opciones para combinar con otras plantas.
Y no olvidemos su follaje atractivo; algunas variedades tienen hojas púrpuras o rojizas que añaden un toque de color durante toda la temporada.
Si completamos todo lo mencionado con su enorme adaptabilidad; son árboles resistentes que se adaptan a diversos tipos de suelo y climas, decantarse por ellos será algo bien sencillo.