A BOCADOSA bocados, a bocados, me voy a comer la vida a bocados. A dentelladas, a mordiscos, a besos si es necesario. Aunque me arranquen los dientes, aunque amordaces mi boca, aunque me cosas los labios.Me como la vida, vida, la vida que es mía a bocados. Por los que no tuvieron tiempo, ni boca,por los represaliados.Por esos a quien convencisteis de que su lugar era sufrir, vencidos, resignados, asustados.Por esos que se negaron a sí mismos ni probarlo.Por los años en que creí que necesitaba “merecer” beberme la vida sin vuestros vasos.
Como un animal salvaje, herido, sin nada que perder, acorralado.Que se ha zafado al fin del cepo y corre libre hacia lo utópico, lo soñado.Ya no raciono mis alegrías, mis delirios, mis zarpazos. La vida es para comerla, a bocanadas, sin mesura, hasta que no quede ni rastro.Yo que la vi pasar por delante, inapetente y cansado. Ahora que tengo ganas, fuerzas y consciencia, me como la vida a bocados.
Así era Shangay. Aún en los momentos más adversos jamás dejó de ser optimista, de beberse la vida hasta el último sorbo. Shangay podría haber elegido ser otra persona, la que le hubiese dado la gana, pero eligió ser fiel a sí mismo y a la humanidad, porque de tan humano fue un ángel.¿Que qué palabra definiría a Shangay? NOBLE, era una de las personas más nobles, honestas e inteligentes que he conocido. Tal vez por eso se fue demasiado pronto. Dicen que los buenos no nos acompañan mucho tiempo.Nos ha faltado vida para poder hablar de todo lo que queríamos.... Aún sigo esperando su llamada de las once de la noche.