En una entrevista concedida a Diario16+ hace años, Clara Serra, exdirigente de Podemos, afirmaba que "en términos de problema de país la violencia contra la mujer tiene que ser igual de importante que el terrorismo porque es un problema que se lleva muchas vidas por delante a lo largo del año". Las cifras demuestran que los asesinatos machistas están al mismo nivel que la violencia terrorista de ETA. Es más, desde que hay un cómputo oficial, en 20 años, los asesinatos de mujeres por terrorismo machista superan en mucho a los que perpetró la banda terrorista durante más de medio siglo.
El año 2024 ha sido terrible para las mujeres. 47 han sido asesinadas, junto a 9 menores por actos de terrorismo machista. 56 seres humanos asesinados por machismo. Esta cifra sólo fue superada 3 ocasiones por ETA (1978, 1979 y 1980), es decir, en los años más duros de su actividad terrorista.
Este repunte coincide, precisamente, con el incremento del negacionismo de la violencia machista por parte de las distintas formaciones de la extrema derecha, además de la criminalización de las políticas de igualdad. Aunque no es demostrable, lo cierto es que parece haber una relación de causalidad entre ambos fenómenos. Cuando la violencia de machista es negada o minimizada, se crea un entorno en el que los asesinos y maltratadores no son responsabilizados por sus acciones, lo que puede llevar a un aumento en la violencia y, en casos extremos, a asesinatos.
Además, ese negacionismo desalienta a las víctimas a buscar ayuda o denunciar la violencia, lo que aumenta su vulnerabilidad y perpetúa un ciclo de violencia que resulta en más casos graves de terrorismo machista o de violencia vicaria.