Trabajadoras sanitarias: Trabajo sin descanso en hospitales y en el hogar

20 de Abril de 2020
Guardar
UCI personal sanitario

Las mujeres constituyen más del 70% de los trabajadores sanitarios detodo el mundo, incluidos los que llevan a cabo su labor en institucionesde prestación de cuidados. Están en primera línea de la lucha contra elCOVID-19 y las últimas semanas han sido las más difíciles de su vida. Araíz de la pandemia deben hacer frente a un doble reto: turnoslaborales más largos y más trabajo en el hogar.

Es el caso de Alberta Delle Grazie. Es enfermera jefe de una unidad decuidados intensivos en un hospital del norte de Italia. Su profesiónconlleva largas horas de trabajo, turnos nocturnos, y un elevado nivelde responsabilidad. "Ya era difícil antes", señala, "pero ahora, despuésde tres semanas en situación de emergencia por el COVID-19, estamosexhaustos, preocupados y emocionalmente agotados. Muchos hemos contraídola enfermedad, y algunos han fallecido".

Alberta tiene tres hijos de corta edad en casa. Solo los ve durante doshoras cada día, después del trabajo, y no ha sido fácil. "Es muydoloroso colocar el cuerpo de una persona en una bolsa y luego ir a casay hacer como que todo va bien", afirma.

Es un ejemplo de las presiones emocionales y mentales a las que estánsometidos a diario muchos trabajadores sanitarios, tanto hombres comomujeres.

En todo el mundo, hay casi 100 millones de trabajadoras que llevan a cabo su labor en instituciones sanitarias y de prestación de cuidados, para las que siempre sido difícil compaginar sus responsabilidades en los planos laboral y familiar. El brote del virus ha arrojado luz sobre esta arraigada desigualdad de género. También ha puesto de manifiesto y exacerbado una crisis global en materia de servicios de prestación de cuidados.

En circunstancias normales, las mujeres realizan, en promedio, 4 horas y 25 minutos de trabajo de prestación de cuidados no remunerados a diario, frente a 1 hora y 23 minutos en el caso de los hombres. La pandemia, que ha provocado el cierre de escuelas y guarderías, así como de otros centros de cuidados, ha aumentado sustancialmente el tiempo que se dedica a diario a este tipo de trabajo no remunerado.

Es el caso, en particular, de las trabajadoras sanitarias en hogares donde son el único responsable familiar. No disponen, por lo general, de otras alternativas para cuidar a sus hijos y a sus padres de más edad al regresar del trabajo, con el consecuente riesgo de infectarlos con el COVID-19.

“Después de tres semanas en situación de emergencia por el COVID-19, estamos exhaustos, preocupados y emocionalmente agotados. Muchos hemos contraído la enfermedad, y algunos han fallecido".

Alberta Delle Grazie, Enfermera jefe

Con frecuencia se dice que en momentos difíciles la gente hace cosas queeran antes impensables. De ahí que varios gobiernos hayan adoptadomedidas para apoyar a los trabajadores, en particular los que llevan acabo su labor en los sectores de respuesta a la situación de emergencia yen los que es más difícil trabajar desde casa.

Por ejemplo, en Italia se ha introducido una "bonificación para elcuidado de niños" de hasta 1.000 euros (1.104 dólares de EEUU), conobjeto de que los trabajadores sanitarios puedan sufragar el costo deservicios de atención infantil en el hogar. En Alemania, Austria,Francia y Países Bajos, lugares en los que la mayoría de guarderías yescuelas se han cerrado, algunas instalaciones permanecen abiertas, conpersonal mínimo, a fin de atender a los hijos de los trabajadores queprestan servicios esenciales. En Alemania se ha facilitado a los padrescon bajos ingresos el acceso a prestaciones para el cuidado de loshijos, y en Corea del Sur se han proporcionado bonos por valor de 2,4billones de wons (2.000 millones de dólares de EEUU) a los hogares debajos ingresos con el fin de facilitar el cuidado de los hijos en elhogar, a falta de guarderías diurnas.

Será necesario fomentar medidas similares para seguir ayudando a lastrabajadoras sanitarias en su ardua labor de lucha contra el COVID19 ycuidado de su familia en el hogar. También habrá que adoptar medidas alargo plazo.

Esta pandemia ha puesto de manifiesto la importancia del trabajo deprestación de cuidados, tanto el remunerado como el no remunerado. Esuna buena oportunidad para priorizar las inversiones en los sectoressanitario y de prestación de cuidados. Políticas ineficaces deredistribución de trabajo de prestación de cuidados no remunerado entremujeres y hombres, o entre las familias y el Estado, ya no son unaalternativa viable o sostenible.

Si queremos lograr una sociedad más equitativa tras esta crisis, esnecesario que las mujeres participen plenamente en el replanteamiento yla reformulación del mundo del trabajo después del COVID-19.

Lo + leído