El amanecer del 15 de noviembre de 2024 quedará marcado en la memoria de Villafranca de Ebro, una localidad zaragozana que, a tan solo 20 minutos de la capital, ha sido escenario de una tragedia devastadora. Un incendio en la residencia psicogeriátrica Jardines de Villafranca ha dejado un saldo de al menos diez muertos y varios heridos, dos de ellos en estado crítico, según han informado las autoridades. La tragedia, cuyas causas aún se investigan, ha movilizado a decenas de efectivos de emergencias y ha conmocionado a toda la comunidad.
Una madrugada de horror
El incendio se declaró alrededor de las cinco de la mañana en la residencia situada en la calle Alfonso Bes Labuerta. En ese momento, el centro albergaba a 82 personas, la mayoría ancianos con trastornos de demencia y problemas de salud mental. Las primeras informaciones apuntan a que el fuego, iniciado en un ala del edificio, provocó una densa humareda que saturó rápidamente las instalaciones.
Los bomberos del Ayuntamiento de Zaragoza acudieron con celeridad, desplazando un amplio dispositivo que incluía dos bombas nodrizas pesadas, dos bombas urbanas ligeras, una autoescala automática y un furgón de apoyo. A su llegada, el fuego estaba ya muy desarrollado en una de las áreas de la residencia. Tras una lucha intensa, los efectivos lograron extinguir las llamas y ventilar el edificio, permitiendo la evacuación de los residentes.
Diez vidas apagadas y varias heridas
Diez personas fallecieron, presumiblemente por inhalación de humo. Además, dos residentes fueron trasladados en estado crítico al hospital Royo Villanova de Zaragoza, mientras otros presentaron síntomas de intoxicación leve y fueron atendidos in situ. Los hospitales Miguel Servet y Clínico Universitario también activaron protocolos de prealerta para recibir posibles heridos.
El Gobierno de Aragón ha confirmado que el consejero de Interior, Roberto Bermúdez de Castro, y el gerente del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS), Ángel Val, se desplazaron al lugar para supervisar las operaciones y ofrecer apoyo a los afectados.
"Hemos hecho todo lo humanamente posible"
La alcaldesa de Villafranca de Ebro, Volda Ramírez, se mostró profundamente consternada en declaraciones a la Cadena SER. "Nos avisaron a primera hora y acudimos inmediatamente. Hemos intentado sacar a la gente y hacer todo lo que humanamente se puede", afirmó. Según Ramírez, el incendio podría haberse originado en un colchón, aunque esta hipótesis deberá ser confirmada por los investigadores.
Un centro con historia y preguntas por responder
La residencia Jardines de Villafranca lleva en funcionamiento desde 2008 y cuenta con parte de sus plazas concertadas con el Gobierno de Aragón. Este hecho subraya la relevancia del centro en la atención a una población vulnerable. Sin embargo, la tragedia abre interrogantes sobre las medidas de seguridad y prevención de incendios en este tipo de instalaciones.
Por el momento, la Guardia Civil ha asumido la investigación para esclarecer las causas del siniestro. Las primeras hipótesis apuntan a un fallo fortuito, aunque no se descarta ninguna línea de investigación.
Apoyo psicológico y despliegue masivo de emergencias
El impacto emocional de este suceso ha llevado a activar un amplio dispositivo de apoyo psicológico y social. Psicólogos, trabajadores sociales y voluntarios de Protección Civil han acudido al lugar para asistir a los residentes y a sus familias. Asimismo, los centros de salud de Alfajarín y Fuentes de Ebro movilizaron a sus equipos médicos para reforzar la atención sanitaria en el área.
Por otro lado, la Delegación del Gobierno en Aragón, representada por Fernando Beltrán, ha emitido un comunicado lamentando profundamente lo ocurrido. "Nos mantendremos atentos a la evolución de los heridos y al avance de la investigación para entender qué ha sucedido y prevenir tragedias similares", señaló Beltrán.
Villafranca de Ebro, un pueblo en duelo
La pequeña localidad de Villafranca de Ebro se ha volcado en el apoyo a los afectados. Vecinos y autoridades locales han mostrado su solidaridad con las familias de las víctimas y los residentes evacuados. "Es un día muy triste para todos nosotros. Perdemos a vecinos, amigos y parte de nuestra comunidad", expresó una habitante de la localidad que colaboró en la evacuación.
El incendio, que ya está completamente extinguido, ha dejado no solo una estela de muerte y destrucción, sino también una profunda reflexión sobre la necesidad de garantizar entornos seguros para los más vulnerables.
Un recordatorio de la fragilidad de la vida
Mientras las investigaciones continúan y los servicios de emergencias trabajan para atender a los afectados, la tragedia en Villafranca de Ebro se suma a la lista de incendios que han puesto de manifiesto la importancia de la prevención y la preparación en centros de atención a mayores. Este hecho, que ya es considerado uno de los más trágicos en Aragón en los últimos años, deja un amargo recordatorio de la fragilidad de la vida y la importancia de protegerla en todos los contextos.
Hoy, Villafranca de Ebro llora a sus fallecidos y espera respuestas que permitan dar sentido a lo ocurrido y evitar que algo así vuelva a suceder.