Meses de continuas subidas del precio de la luz, ha vuelto a unir a colectivos y entidades sociales, ecologistas y sindicatos en una gran manifestación en Madrid contra las eléctricas y para exigir al Gobierno que asuma su responsabilidad.
La manifestación que ha dejado pequeña la Plaza De la Villa, sede del antiguo Ayuntamiento de Madrid, se ha llenado con las pancartas y los gritos de los centenares de personas que quieren que se fije por ley el precio de la luz y el gas.
Beneficios de las eléctricas
El objetivo de la primera manifestación contra los precios de la luz, que no contra la pobreza energética, es denunciar la subida de los precios de la luz y del gas, de la que culpan a las eléctricas y a sus grandes beneficios a costa de la energía verde. Por eso, exigen una tarifa progresiva en función de los ingresos de los hogares así como un sistema de fijación de los precios de la energía.
Entre los convocantes están Ecologistas en Acción, Alianza contra la Pobreza Energética, Greenpeace, Fridays for Future Madrid, Amigos de la Tierra, Yayoflautas Madrid, CGT, Anticapitalistas y los sindicatos de inquilinos de Cataluña y Madrid, UGT y CC.OO.
Paremos la estafa de la luz
En el manifiesto, los convocantes exigen al Gobierno de Pedro Sánchez que cumpla “sus promesas y compromisos y obligue a las eléctricas a consultar a los servicios sociales sobre la situación de las familias antes de cortar la luz, el agua o el gas y se les garantice el suministro mientras estén en situación de vulnerabilidad y durante el tiempo que sea necesario”.
El precio de la luz no ha dejado de subir y de encender indignación. “Semana tras semana hemos visto cómo los precios batían récords históricos, bajo la sombra de una mafia de grandes multinacionales que controlan el 90% del sistema eléctrico español, y que especulan y se lucran con un bien de primera necesidad como es la electricidad.
Una mafia de grandes multinacionales
Estas subidas se producen en medio de un aumento general de precios que es todo un ataque contra nuestra capacidad adquisitiva. En el último año la factura de la luz ha subido en un 44%, el coste de los combustibles en un 23% y la inflación general se sitúa ya en más de un 4%, subiendo también el precio de los alimentos y otros productos básicos. Mientras el coste de la vida no deja de aumentar, el paro sigue disparado, “los trabajos precarios se extienden como una mancha de aceite, nos condenan a pensiones de miseria, y continúan los desahucios de familias que no pueden más”, señalan los convocantes.
La falsedad de la transición energética
Aunque insistan en el relato sobre la transición energética, estas subidas de precios nada tienen que ver con el ecologismo, “y de hecho están aprovechando las políticas para reducir emisiones de CO2 para sacar más beneficios”, denuncian. El negocio de la energía es tal que, “aunque consumimos menos que hace unos años, los beneficios de estas empresas no han dejado de multiplicarse, igual que los sueldos de sus directivos. En el caso de la luz, un sistema de precios fraudulento hace que la paguemos muy por encima de su coste de producción”.
Pese a sus grandes beneficios, estas multinacionales ofrecen un servicio deficiente: miles de familias sufren reiterados y prolongados cortes de luz, especialmente en los barrios y zonas más humildes. Las medidas tomadas por el Gobierno en estas últimas semanas parecen servir para poco, y la crisis seguirá haciendo estragos y agravando las diferencias entre unos ricos que cada vez lo son más, y una mayoría que cada vez lo tenemos peor.
Control de precios
Exigen que se garantice de forma justa “el acceso a los medios de vida más elementales, y a las energías en particular, es incompatible con que éstos estén privatizados al servicio de unos pocos ricos”. Reclaman medidas de carácter urgente para reducir los precios de las energías y de la luz, pero vayamos más allá: el problema de fondo no se solucionará hasta que no saquemos de sus manos lo que es nuestro. Las grandes empresas energéticas deben expropiarse para ponerlas al servicio del pueblo, y bajo nuestro control”.
Oligopólio energético
En cuanto al sistema de fijación de los precios de la energía, consideran que es "crucial disputar el poder al oligopolio energético", que dicen que está integrado por las tres principales eléctricas, para avanzar hacia un modelo controlado por la ciudadanía, en el que cada tecnología tenga un precio acorde a sus costes reales.
Autoconsumo
También propone apostar por el autoconsumo, las comunidades energéticas y las cooperativas, así como por la inversión pública y local. Asimismo, piden que en los fondos para rehabilitación y mejora de la eficiencia energética de edificios se prioricen las actuaciones y ayudas a las comunidades más vulnerables, donde las viviendas son más ineficientes energéticamente y las personas disponen de menos capacidad económica para reformarlas.
La batalla de la electricidad debemos librarla y ganarla en la calle, como otras que tenemos por delante. No hay otra forma y podemos perder más tiempo: es hora de que nos movilicemos, para conquistar la luz contra quien nos impone la tiranía de su oscuridad.